“Podemos pensar distinto, pero podemos trabajar juntos”, expresó el gobernador Martín Llaryora este sábado en un acto en Villa del Dique. La definición política no es una más en su discurso oficial. Se trata del eje central de la estrategia de campaña del mandatario provincial, en su relación con el presidente Javier Milei, en un año electoral: diferenciarse, pero sin confrontar directamente con el jefe del Estado, que conserva altos niveles de adhesión en Córdoba.
En ningún momento mencionó al Presidente de la Nación, pero quedó claro que la convocatoria al diálogo y “a trabajar juntos” fue una referencia hacia la Casa Rosada.
Aunque inmediatamente, Llaryora marcó diferencias con la gestión libertaria. “Nosotros no queremos construir trincheras, preferimos construir puentes, rutas y llevar soluciones a cada localidad. El diálogo permanente con los intendentes y jefes comunales es lo que mantiene a Córdoba de pie, que la hace pujante y nos permite continuar ejecutando obras de infraestructura”, agregó el gobernador, tomando distancia de la postura de Milei, quien asegura que la obra pública es un “nido de corrupción”.
En ese sentido, desde que los libertarios llegaron al poder, la obra pública nacional se redujo al mínimo, sobre todo en los municipios.
Sobre el diálogo que Llaryora asegura que mantiene con todos los intendentes, también es un modo de diferenciarse del Presidente, que salvo algún diálogo esporádico con legisladores nacionales opositores, no tiene contactos con intendentes del interior.
La elección de Llaryora de visitar Villa del Dique para expresar este mensaje político no fue al azar. Al lado del gobernador estaba el intendente de esa localidad, Emiliano Torres, de origen peronista, pero que en las pasadas elecciones municipales derrotó a Ricardo Scoles, un dirigente encolumnado con el kirchnerismo y que fue por su reelección con el apoyo del PJ cordobés que aquel momento liberaba el entonces gobernador Juan Schiaretti.
En una profunda diferenciación con la gestión nacional libertaria, Llaryora insistió con remarcar la inversión que su administración destina a la obra pública.
“Una de las cosas que nos distingue a los cordobeses es la inversión en infraestructura. La infraestructura para nosotros es una parte central del progreso, del crecimiento”, puso de relieve el gobernador.
Armado opositor
El diálogo que propone a los intendentes –sobre todo los no peronistas– es reflejo del convencimiento que tiene Llaryora sobre el armado electoral que se avecina en la provincia de cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre.
En el Centro Cívico creen que la mayor probabilidad es que Milei arme en Córdoba una lista de candidatos libertarios puros sin aliados.
Aunque también está la posibilidad que el radical Rodrigo de Loredo haga un acuerdo electoral con los libertarios.
Luis Juez ya confirmó que apoyará a los candidatos del Presidente “sin pedir nada a cambio”. Se descuenta que Milei le brinde lugares en su lista al Frente Cívico.
En el hipotético escenario, por ahora poco probable, que De Loredo acuerde con los libertarios, Llaryora interpreta que muchos radicales rechazarán esa alianza y podrían sumarse al “partido cordobés” que pregona el gobernador.
En el oficialismo provincial tampoco descartan que, ante la eventualidad que De Loredo integre la lista libertarios, un sector importante de la UCR cordobesa vaya con lista propia de candidatos.
En el análisis que hacen en el Centro Cívico –siempre optimista para sus intereses electorales– el radicalismo cordobés, como a nivel nacional, está en riesgo de una profunda división.
Una situación que los operadores llaryoristas esperan poder usufructuar para alimentar las filas del cordobesismo.
Llaryora arrancó el año mostrando sus cartas para las elecciones legislativas que se avecinan.
El gobernador no lo dirá en público, pero sus colaboradores más cercanos admiten que serán unos comicios “muy incómodos” para el oficialismo provincial.
Las encuestas marcan que los libertarios ganarán con comodidad y que se quedarán al menos con cinco bancas. De todas maneras, la principal preocupación de Llaryora es que ningún opositor quede bien posicionado para disputarle el poder en el lejano 2027.
Candidaturas oficialistas
Por otro lado, con la casi certeza de que el exgobernador Juan Schiaretti no será candidato en las elecciones legislativas de este año, el gobernador Llaryora comenzó a mover las piezas para ir levantando el perfil de quien podría ser el cabeza de lista oficialista de Hacemos en Córdoba.
En los últimos tiempos, el legislador provincial Miguel Siciliano y Héctor “Pichi” Campana, responsable del área de Deportes de la Municipalidad de Córdoba, aparecen como los nombres que más fuerte suenan para ser candidatos del cordobesismo.
Tampoco se descarta al ministro de Gobierno, Manuel Calvo, aunque el mandatario provincial preferiría que siga en el gabinete. La vicegobernador Myrian Prunotto, y los diputados nacionales Natalia de la Sota y Ignacio García Aresca, también figuran como potenciales integrantes de la lista oficialistas.
Ante el convencimiento que los libertarios serán los candidatos más votados en Córdoba, en el Centro Cívico aseguran que el objetivo en los comicios de octubre es defender las dos bancas que el oficialismo pondrá en juego: las que hoy ocupan los mencionados Natalia de la Sota y García Aresca.