“Hay que terminar con el liderazgo del kirchnerismo en el peronismo. El apoyo a Milei no significa que nos convirtamos en libertarios. Después de esta elección presidencial, vamos a trabajar a fondo para cambiar la conducción del PJ nacional”, fue la justificación de Luis Barrionuevo, cuando les comunicó a referentes del gremio de los gastronómicos del interior su decisión de apoyar al candidato presidencial libertario.
Que el histórico y polémico líder de La Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra) respalde al candidato ultraliberal fue el dato político de los últimos días en la campaña presidencial.
“Luis no coincide en todo lo que propone Milei, pero menos le gusta lo que está al frente: Massa y Patricia Bullrich. Él nunca es prescindente en una elección presidencial. Ve a Milei como el mal menor en este escenario”, argumentó uno de los cordobeses que escuchó a Barrionuevo, antes de oficializarse el acuerdo con Milei.
Aunque parezca una contradicción, el acercamiento del líder de los gastronómicos con La Libertad Avanza tiene que ver con la interna del peronismo nacional.
Barrionuevo está convencido de que si gana Milei, y probablemente con el PJ haciendo la peor elección de su historia, podría ser el final de la influencia de Cristina Fernández de Kirchner (”el kirchnerismo”, a secas, para el sindicalista) en el PJ nacional.
“Los peronistas no perdonamos una derrota. Y menos si es amplia. Al peronismo nacional deben llegar otros dirigentes y si son del interior, mejor”, explicó Barrionuevo el viernes pasado en una reunión que mantuvo con dirigentes del interior de la sede del gremio en Capital Federal.
Barrionuevo tiene una enemistad personal con Cristina Kirchner. En el año 2003, la entonces senadora nacional pidió su expulsión de la Cámara Alta por “desorden de conducta e inhabilidad moral”, al considerarlo el instigador de los incidentes y la quema de urnas que se produjeron en los comicios provinciales de Catamarca.
En ese contexto, pese al acercamiento con Milei, que lo pone en la vereda opuesta al PJ nacional, Barrionuevo considera que algunos gobernadores, como Martín Llaryora y el salteño Gustavo Sáenz, pueden liderar lo que el gastronómico llama “la renovación peronista”.
En síntesis: sería “un peronismo sin el kirchnerismo” especula el veterano sindicalista. Un gremialista que lleva cinco décadas en la militancia política, pero que construyó una alianza con un candidato presidencial que pregona “terminar con la casta”.
No obstante, cuando Cristina Kirchner lanzó la precandidatura presidencial de Eduardo “Wado” de Pedro, el mandamás de los gastronómicos sorprendió al ser uno de los primeros dirigentes del peronismo tradicional que salió a respaldarlo.
No fue hace 10 años. El apoyo fue en febrero pasado, luego de una reunión de dirigentes de la CGT nacional, en Mar del Plata. El pronunciamiento público del gremialista llamó la atención de muchos en el PJ, porque “Wado” De Pedro es uno de los dirigentes más fieles a la vicepresidenta.
Sin embargo, Barrionuevo tenía otra visión sobre el ministro del Interior. “Wado es joven y un tipo muy inteligente. Si es Presidente, se aleja de Cristina a los dos minutos. Conoce de la lógica del peronismo en el poder”, dicen que argumentó en su momento su sorpresivo apoyo a uno de los fundadores de la agrupación La Cámpora.
La precandidatura presidencial de “Wado” De Pedro duró tanto como la paciencia de Barrionuevo. Cuando surgió el nombre de Sergio Massa, luego de la presión de los gobernadores peronistas, el gastronómico empezó a mirar para otro lado, más precisamente hacia la derecha del arco ideológico nacional.
Apoyo al “León”
El acuerdo con Milei quedó oficializado con el acto que el candidato presidencial liberal encabezó el viernes pasado en Parque Norte, de Capital Federal.
El gremialista evitó la foto con “el León”, como le gusta que le digan al candidato, pero fue el organizador del acto que se realizó en un edificio (el salón Golden Center de Parque Norte) propiedad del también poderoso gremio de Comercio que conduce Armando Cavalieri.
Nota: desde el gremio de Comercio aclararon que no hubo un acercamiento político con Milei.
De todos modos, en política, y más en campaña electoral, ningún gesto es inocente: cederle el lugar para un acto al candidato presidencial que encabeza todas las encuestas no es dato menor.
Barrionuevo dejó trascender que no fue al acto porque había viajado a Mar del Plata. En realidad, lo siguió por streaming desde la sede central del gremio gastronómico, en la Avenida de Mayo, y a ocho kilómetros de Parque Norte.
Dicen que cuando los jóvenes libertarios comenzaron a cantar “la casta tiene miedo…” Barrionuevo sonrió ante sus íntimos.
Viejo zorro de la política, percibió que recibiría un manto de críticas en los medios con esos cánticos durante el acto, y al lado de Milei.
El objetivo de la convocatoria fue recaudar fondos. Si bien no se difundió una cifra oficial, se habló de 800 mil dólares que quedaron en las arcas de La Libertad Avanza para la campaña.
El acuerdo entre Barrionuevo y Milei se habría cerrado cinco días antes del acto del viernes, en una reunión a solas que no trascendió.
En ese encuentro, el gastronómico se comprometió a fiscalizar las elecciones con los delegados y militantes de su gremio en todo el país.
Barrionuevo también buscará armar la mesa sindical “Milei Presidente”, en la mayoría de las provincias; entre ellas, Córdoba.
Mirando a una eventual gestión de Milei, en charlas reservadas el dirigente gastronómico no habla de reforma laboral. Pero admite que hay que “modernizar en parte” las leyes laborales.
Una postura que lo enfrenta con la CGT nacional que apoya la candidatura del oficialista Sergio Massa.
¿Cuál fue la promesa de Milei? No se sabe. Barrionuevo nunca aspiró a ocupar cargos relevantes de una gestión. Cuando pudo elegir, se hizo cargo de las cajas sindicales y de las obras sociales.
Durante la gestión de Carlos Menem fue interventor en el Instituto Nacional de Obras Sociales (Inos) y luego estuvo al frente de la Administración Nacional del Seguro de Salud (Anssal).
Barrionuevo se ganó en aquel momento la confianza del riojano, cuando para afrontar la interna peronista de 1988, contra Antonio Cafiero, el gastronómico –como ahora con Milei– le organizó un acto multitudinario y habría aportado un millón de dólares para la campaña.
En aquel momento, Barrionuevo admitió de manera pública su aporte a la campaña de Menem, pero aseguró que fueron “aportes personales” de empresarios, sobre todo gastronómicos, y no de su gremio.
Vínculos en Córdoba
Más allá del elogio a Llaryora en la reunión reservada con los dirigentes del interior de su gremio, Barrionuevo apoyó la candidatura del ahora gobernador electo, a través del titular del gremio en Córdoba, Juan Carlos Rousselot.
En la campaña provincial, el gremio de los gastronómicos organizó un acto masivo para Llaryora, en el hotel Quinto Centenario.
En Córdoba, el referente gastronómico local está organizando la mesa sindical “Milei presidente”, como Barrionuevo le prometió a Milei.
Rousselot tiene aceitados vínculos con Llaryora y con el intendente electo, Daniel Passerini, a través del secretario de Gobierno municipal, Miguel Siciliano.
El gremialista reconoció que los afiliados a su sindicato fiscalizarán en Córdoba los comicios presidenciales para Milei, porque “fue una decisión que tomó la conducción nacional del gremio”, tratando de no herir susceptibilidades en el PJ cordobés.
Algunas versiones indicaban que el exintendente Germán Kammerath, se había acercado a Barrionuevo para colaborar en la campaña de Milei.
Ante una consulta de La Voz, desde el entorno de Kammerath negaron estas versiones.
“Germán no participa de ninguna actividad política. Él está concentrado en la actividad privada. Además, nunca tuvo contactos con Barrionuevo”, aseguró alguien muy cercano al exintendente, que mantiene su amistad personal con Mauricio Macri.
El apoyo de Barrionuevo a Milei intenta ser una puerta de ingreso a al menos una porción del voto peronista.
Más allá de su prédica contra la casta, el candidato libertario evita cuestionar al poder sindical. Así se entiende su acercamiento con el polémico referente del poderoso gremio de los gastronómicos.
