Con notorias ausencias de la oposición y en un clima de tensión creciente, Javier Milei abrirá este sábado por la noche el 143° período de sesiones ordinarias del Congreso, en una postal que volverá a dejar plasmada la relación tirante entre el presidente y los legisladores. El evento marcará además el reencuentro con la vice, Victoria Villarruel, después de cuatro meses de no verse las caras.
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Se espera que Milei, desde las 21, lea un mensaje de unos 40 minutos, desde un atril que era celosamente custodiado por los trabajadores de seguridad. El mandatario hablará ante un recinto diezmado: por la cantidad de ausencias que suman Unión por la Patria, las dos ramas del radicalismo, la izquierda y algunos otros legisladores, casi la mitad del recinto de la Cámara baja lucirá completamente vacío.
La relación entre Milei y el Congreso se resquebrajó a fines del año pasado, cuando la Casa Rosada cerró las negociaciones por el Presupuesto y prorrogó nuevamente el de 2023. Si la decisión ya era lo suficientemente polémica, la designación de jueces de la Corte por decreto ante la falta de acuerdo del Senado llevó la relación con los legisladores a su peor momento.
“Sobran los motivos”, resumieron los diputados de Unión por la Patria al decidir, al igual que los senadores de ese espacio, no participar de la apertura de sesiones. A los argumentos previos sumaron uno más: el rotundo rechazo del PJ a la intervención federal de la provincia de Buenos Aires por los recientes hechos de inseguridad que salpican la gestión del gobernador Axel Kicillof.
El Gobierno contrarrestará las ausencias en el recinto con militancia en los palcos. La juventud libertaria, que comanda Sharif Menem (sobrino de Martín) colmará las galerías, con los “tuiteros” del presidente en primer plano. Allí también fueron destinados los periodistas acreditados y fotógrafos.
Reencuentro con su vice, Victoria Villarruel
Milei volverá a encontrarse públicamente con Villarruel tras haber compartido un acto de la Policía Federal Argentina en noviembre pasado. La distancia entre ambos se profundizó el año pasado a raíz de al menos dos episodios: el respaldo de la vice al aumento de dietas de los senadores; y la discusión sobre la legalidad de la sesión en la que fue expulsado el aliado oficialista Edgardo Kueider por supuestos hechos de corrupción.
El presidente y la vice no se comunicaron entre sí para organizar la Asamblea Legislativa: solo lo hicieron sus equipos. Para colmo, Villarruel no fue invitada a la cena que ofrecerá Milei, después de la ceremonia, en Casa Rosada, donde sí asistirán los miembros del Gabinete y el titular de Diputados, Martín Menem. Con todos estos condimentos, se espera que el trato en la dupla presidencial sea meramente protocolar.
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Las miradas también se posarán sobre los jueces de la Corte. Habrá sillas disponibles para Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. El primero aún no juró, pero no descartan que asista al Congreso (“se sabrá en el último minuto”, dicen los organizadores). El segundo se incorporó este jueves al máximo tribunal. La designación de ambos por decreto es rechazada por gran parte de la oposición e incluso el PRO. “La experiencia me indica que el mecanismo no es correcto”, advirtió Macri.
Inseguridad y economía
A diferencia de su primera apertura de sesiones, donde hizo énfasis en la herencia recibida de la gestión de Alberto Fernández, se espera que Milei resalte “logros” de su primer año de gobierno, con eje en lo que los libertarios llaman la “batalla cultural”.
La polémica propuesta de intervención de la provincia de Buenos Aires (que, por ahora, no se transformó en un proyecto concreto) promete colarse en el discurso presidencial bajo la idea del “baño de sangre”. En el oficialismo esperan anuncios en materia penal, sobre todo para darle impulso a la baja de edad de imputabilidad, ya que el debate se trabó el año pasado en Diputados.