Ya lo tenía decidido antes de conocerse el resultado. El histórico triunfo de la oposición provincial en una elección legislativa no modificó el discurso de Juan Schiaretti ante la militancia, que tendrá repercusión en el escenario político nacional.
El gobernador dijo sentirse “contento” con el resultado, aunque el clima de caras largas de militantes, dirigentes y funcionarios no acompañó ese sentimiento.
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En realidad, Schiaretti se refirió a que en la próxima conformación del Congreso nacional, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio no tendrán mayoría propia y deberán negociar con las bancadas que responden a gobernadores. Entre ellas, Córdoba Federal.
El mandatario provincial cree que los tres diputados nacionales y la banca de su esposa Alejandra Vigo en el Senado cotizarán como el dólar blue a partir del 10 de diciembre.
Es su mirada, pensando en el escenario nacional. Tendrá una herramienta de negociación con la Casa Rosada en los dos años que le quedan de gestión.
Mientras tanto, el PJ provincial piensa en las elecciones ejecutivas del 2023. Será otro escenario, pero el motivo de preocupación del oficialismo es el fortalecimiento de la oposición, que tendrá que aprobar el desafío de la unidad.
Impacto nacional
Sin mencionar su eventual aspiración presidencial, Schiaretti confirmó anoche lo que sus allegados venían adelantado: trabajará a nivel nacional para construir una “alternativa federal” al kirchnerismo y a Juntos por el Cambio.
En ese sentido, hizo una referencia política que fue más allá de las bancas legislativas. “Desde Córdoba vamos a trabajar para construir una alternativa federal, para terminar con este país unitario”, enfatizó, en la definición que generó la mayor ovación y levantó un poco el ánimo de los militantes.
Algunos interpretaron como un virtual lanzamiento de su candidatura presidencial.
Sin embargo, uno de sus dirigentes más cercanos trató de bajar los decibeles. “Paso a paso, como dice ‘el Gringo’ (por Schiaretti), utilizando una frase de (Carlos Reinaldo) “Mostaza” Merlo (exentrenador de Racing de Avellaneda). El tiempo dirá, pero ahora va a dialogar con otros gobernadores y dirigentes nacionales para construir una alternativa a los K y a Juntos por el Cambio. Quién encabezará ese espacio será una discusión para más adelante”, sintetizó el schiarettista de la primera hora.
Schiaretti no abandonó su idea de construir un PJ federal como el que había pergeñado con Miguel Ángel Pichetto y el salteño Juan Manuel Urtubey, a lo que se sumó Sergio Massa por un breve lapso, hasta que se fue al Frente de Todos.
Aquel espacio se empezó a derrumbar en aquella noche triunfal para Schiaretti (12 de mayo de 2019), cuando consiguió su reelección con el 57% de los votos pero decidió no nacionalizar la victoria.
El golpe de gracia para aquel peronismo anti-k llegó seis días después (el 18 de mayo), cuando Cristina Fernández anunció que Alberto Fernández sería el candidato a presidente y que ella lo acompañaría desde el segundo escalón.
Massa ya estaba con un pie en aquel armado electoral, que luego llegaría al poder nacional.
Schiaretti sigue pensando que hay lugar para un PJ sin Cristina Fernández. Está convencido de que el rumbo zigzagueante del Gobierno nacional terminará erosionando el poder de la vicepresidenta.
Es lo que viene hablando con varios gobernadores peronistas, desde hace más de dos meses. Hasta algunos schiarettistas tienen dudas sobre este convencimiento.
El armado político deberá esperar. Por ahora, en los próximos días y hasta el 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos diputados y senadores, el gobernador intentará construir un interbloque (Argentina Federal) que vaya más allá de sus legisladores.
“En el próximo Congreso habrá un empate de debilidades entre el kirchnerismo y Juntos por el Cambio, y tendrán que sentarse a dialogar con los legisladores de las provincias”, argumentó el mandatario.
Schiaretti mira con optimismo el futuro escenario nacional, mientras que muchos peronistas cordobeses comenzaron a preocuparse por la pulseada que se viene por el poder provincial.
