El próximo domingo, 35.394.425 argentinos residentes en el país y unos 499.909 en el exterior estarán habilitados para elegir al nuevo presidente de la Nación. Será la 10° vez, desde el regreso de la democracia, que la sucesión de un primer mandatario se define en las urnas.
Se trata de la elección general, luego de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) que se realizaron el pasado 13 de agosto y que determinaron el corte (por el piso electoral del 1,5%) que dejó en pie a cinco fórmulas presidenciales.
El domingo, competirán Javier Milei y Victoria Villarruel, de La Libertad Avanza; Patricia Bullrich y Luis Petri, de Juntos por el Cambio; Sergio Massa y Agustín Rossi, de Unión por la Patria; Juan Schiaretti y Florencio Randazzo, de Hacemos por Nuestro País; y Myriam Bregman y Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de Trabajadores.
Las elecciones tendrán características diferentes a las Paso a nivel legal, pero también se espera que haya más gente votando y que se mantengan ciertas características comunes a las pasadas votaciones.
1) El voto en blanco
Una de las diferencias clave entre las Paso y las elecciones generales es el peso del voto en blanco a la hora de calcular el porcentaje en el escrutinio.
Para entenderlo: la Cámara Nacional Electoral (CNE) explica que el voto en blanco es un voto “válido” porque “representa una manifestación de la voluntad del electorado de abstenerse de elegir entre las diversas propuestas formuladas en un sistema legal de sufragio; expresando así su disconformidad con todos los candidatos y con las propuestas formuladas por los partidos políticos”.
El tema es que solo se toman en cuenta para las Paso, pero no para las generales.
Repasemos: según la ley, en las primarias las listas deben superar el 1,5% de los votos válidamente emitidos; es decir sumando los afirmativos y también los blancos.
Así, la cantidad de votos contra la que se calcula el porcentaje de votos obtenidos incluye a los blancos.
Ejemplo: en las Paso, Milei obtuvo el 29,86%. Ese número se obtiene al calcular qué porcentaje significan los 7.352.244 votos que sacó el libertario sobre los 24.625.774 votos “válidos” del total en todo el país.
En las generales: ahora, la base dejará afuera a los votos en blanco, y solo tomará los votos “afirmativos” (a alguna de las 5 fuerzas). Así lo establece la Constitución, desde 1994.
Eso daría, por ejemplo, un 31,60% para Milei en las Paso.
¿Cuál es la consecuencia de este cambio? Que la fuerza que quede primera podría llegar más fácilmente al 40% que podría darle una victoria en la primera vuelta.
2) Participación
Desde 2011, cuando se usaron por primera vez las primaras, el porcentaje de participación entre las Paso y las generales siempre subió. Y mucho. De repetirse el próximo domingo, el dato podría ser clave para la definición del nuevo presidente.
Repasemos: en 2011, las Paso registraron una participación de 78,67% y luego en las generales, llegó al 79,38. Luego en 2015, pasó de 74,98% a 80,77%. Y en 2019, de 76,40% a 80,47%.
El promedio de participación en las tres generales fue de 80,20%.
El dato es que en las últimas Paso la participación fue la más baja de todas las primarias: 69,62%. Partiendo de esa base, es difícil que pueda crecer más de 10 puntos porcentuales.
Sí podría tomarse como base el crecimiento de las dos últimas (4,93 puntos promedio). De ser así –como hipótesis– en las generales la participación podría ser aproximadamente del 75%.
¿De cuántas personas hablamos? Aproximadamente 1.855.900 votantes más podrían ir a votar.
3) Los votos “sueltos”
En las primarias, hubo 10 agrupaciones políticas que no pasaron el corte exigido por la ley, lo que deja “sueltos” esos votos que en las Paso resultaron positivos y que es dable pensar que volverán a serlo en las generales.
¿De cuánto hablamos? La suma de todos esos votos da 722.309 sufragios que, lógicamente, podrían ir por alguna de las cinco opciones que los argentinos tendremos en el cuarto oscuro.
En total, entonces, los votos posibles de una suba en la participación y los que quedaron “sueltos” significarán un total de 2.578.200.
4) Primera vuelta
¿Cuántos votos son necesarios para ganar en primera vuelta? ¿Cuánta gente es un punto porcentual?
Requisitos: para ser elegido presidente en primera vuelta, el candidato más votado debe obtener el 45% de los sufragios, o el 40% y una diferencia de 10 puntos con el segundo postulante.
Si no lo logra, habrá una segunda vuelta que, según la ley, debe realizarse dentro de los 30 días de efectuada la elección general.
Como se dijo, el cálculo es que la participación en las generales podría ser del 75%.
¿De cuántas personas hablamos? Como dijimos también, es aproximadamente 1.855.900 votantes más, lo que llevaría a 26.791.481 personas el total de participantes.
Trasladando el porcentaje de votos positivos de las Paso, la base para calcular el porcentaje sería de aproximadamente del 93,31% de total. Es decir que en las generales podríamos tener 24.999.130 votos positivos.
¿Cuántos votos serían un punto porcentual en este caso? 249.991 personas.
¿Cuántos votos deberían sumarse para ganar en primera vuelta?
a) El 45% serían 11.249.608 votos.
Así, Milei debería sumar 3.897.364 votos más que en las Paso; Juntos por el Cambio 4.353.667; y Unión por la Patria 4.530.566.
b) El 40% serían 9.999.652 votos.
En este caso, Milei tendría que aumentar su caudal con 2.647.408 votos; Juntos con 3.103.711; y Unión por la Patria con 3.280.610.
Claro que, como ya se dijo, para ganar en este segundo escenario es necesario sumar y que los demás no sumen.
5) Diferencias
A pesar de que se habla de una victoria en primera vuelta, teniendo en cuenta los números que obtuvieron los candidatos en las Paso, lograrlo en las generales del domingo parece muy difícil. Al menos, si se repasan las elecciones anteriores.
En los registros históricos de las tres experiencias políticas en las que hubo Paso presidenciales, nunca se produjo un crecimiento tan fuerte como el que algunos pronostican. Lo máximo que se logró fueron 3,87 puntos porcentuales.
En 2011: las primarias presidenciales fueron ganadas por la fórmula Cristina Fernández de Kirchner-Amado Boudou. En aquella votación, obtuvieron 10.762.217, lo que significó el 50,24%.
Las generales llegarían en octubre y CFK sumó 1.202.838 de votos más sobre lo que había conseguido en las Paso; lo que significó pasar del 50,24% al 54,11%. ¿El crecimiento? 3,87 puntos porcentuales.
La participación creció sólo 1,11 puntos porcentuales (pasó del 78,67% al 79,38%).
En 2015: tuvieron como ganador a Daniel Scioli y a Carlos Zannini, quien sacó 8.720.573 votos en las primarias y llegó al 38,67%.
El crecimiento de Scioli entre las primarias y las generales fue, hasta hoy, el más bajo de todos: apenas 0,39 puntos porcentuales. El candidato del Frente de Todos sumó 617.917 votos más para trepar al 37,08%.
La participación pasó del 74,91% al 81,07%. Son 8,44 puntos porcentuales.
En 2019: tuvo a la dupla Alberto Fernández-Cristina Fernández con una impactante primaria, en la que sumó 12.205.085 votos, lo que le dio el 47,78% del total.
Dos meses después, Fernández-CFK sumaron 740.952 votos más, para quedar en 48,24% de los votos. Son 0,46 puntos porcentuales más.
La participación en aquel año creció 6,45 puntos, al pasar del 76,4% al 80,42%.