A menos de un mes de la oficialización de las candidaturas, prevista para el domingo 17 de agosto, en el cordobesismo crece el convencimiento de que Juan Schiaretti volverá al ruedo electoral, esta vez encabezando la lista oficialista para enfrentar a los libertarios en su tierra: Córdoba, el distrito donde Javier Milei conserva la imagen positiva más alta del país, aunque con una leve erosión en los últimos dos meses.
“’El Gringo’ (Schiaretti) maneja sus tiempos, y nadie lo sacará de eso. Pero estoy convencido de que será candidato. Es un dirigente con responsabilidad histórica, y no tengo dudas de que este es el momento para enfrentar a los libertarios con una propuesta superadora”, confió uno de los ministros llaryorista, con una mezcla de certeza política y esperanza estratégica.
Quienes frecuentan a diario al gobernador Martín Llaryora aseguran que no muestra signos de inquietud ante la definición de candidaturas para las elecciones legislativas del 26 de octubre. Para sus íntimos, esa calma es una señal: el mandatario da por hecho que su antecesor aceptará competir en octubre.
Hace dos semanas, ambos líderes compartieron una extensa reunión en el Centro Cívico. El saldo no fue menor: Schiaretti oficializó su renuncia a la presidencia del PJ cordobés, y propuso que sea el propio Llaryora quien tome las riendas partidarias. Un gesto que, para muchos, dejó algo más que una definición política: reveló un movimiento pensado con proyección electoral.
El gobernador evita incluso con los suyos referirse a la eventual candidatura de su mentor. No quiere que ninguna palabra fuera de lugar pueda ser leída como presión hacia Schiaretti, cuya decisión -fiel a su estilo- se cocina a fuego lento.
La eventual candidatura del exgobernador podría destrabar un escenario complejo para el oficialismo provincial y marcar una diferencia determinante frente a los libertarios. En el Centro Cívico manejan encuestas que entusiasman: con Schiaretti al frente de la boleta, el cordobesismo l podría aspirar a tres bancas -pone en juego dos- y disputar de igual a igual el primer lugar en la provincia con el espacio de Milei.

Hoy, Schiaretti es además el líder nacional de Hacemos por Argentina, fuerza que busca consolidarse como una tercera vía entre el libertarismo y el kirchnerismo.
En ese contexto, las especulaciones giran en torno a una premisa que toma fuerza: como figura nacional de la “avenida del medio”, Schiaretti no podría eludir el desafío de enfrentar a los libertarios donde mejor miden.
De confirmarse su candidatura, el esquema comenzaría a delinearse. En el segundo lugar de la lista suena una dirigente no peronista: la vicegobernadora Myrian Prunotto. Aunque su postulación aún genera versiones cruzadas. El tercer casillero quedaría para un llaryorista puro: el diputado Ignacio García Aresca, cuyo mandato vence en diciembre.
Ahora bien, si Schiaretti decidiera finalmente no postularse, el tablero se reconfigura y el desafío para el oficialismo se vuelve empinado. En ese caso, el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, y el legislador Miguel Siciliano -ambos recorriendo la provincia- aparecen como posibles plan B para encabezar la lista.
El factor Natalia
Mientras tanto, otra figura con peso propio en el PJ cordobés ya tiene su decisión tomada. La diputada nacional Natalia de la Sota avanza sin pausa hacia su reelección, aunque lo haría por fuera de la lista oficialista.
“Hoy no estamos pensando en el 17 de agosto, cuando se oficialicen las candidaturas. Estamos trabajando para el 7 de agosto, cuando se presenten las alianzas”, dijo a La Voz un dirigente de su círculo de confianza.
La traducción es clara: Natalia será candidata. Y su equipo trabaja contrarreloj para cerrar una alianza amplia con la que competir en las legislativas del 26 de octubre.
Desde su entorno adelantan que quienes la acompañen en la boleta serán “peronistas y del interior”. La aclaración no es inocente: la diputada milita en la Capital, y busca equilibrar territorialmente su propuesta.
En la intimidad, la diputada afirma que hará una campaña “bien peronista”, crítica del rumbo de Javier Milei y sin vínculos con el kirchnerismo.
Todo indica que habrá también una lista kirchnerista pura, pero en campaña Natalia de la Sota deberá responder a los cuestionamientos que seguramente desde el oficialismo provincial apuntarán a su histórica amistad con Sergio Massa.
Tanto llaryoristas como schiarettistas ya lo deslizan sin tapujos: “En campaña, quedará claro quién está detrás de Natalia”, dicen, en una alusión directa al exministro de Economía, socio de los K en la provincia de Buenos Aires. Mientras que los delasotistas aseguran que los oficialistas no tienen nada para recriminar.