La Navidad anticipó el febril año electoral que compartirán, sea como alianza o como competidores, La Libertad Avanza y el PRO. Los socios políticos (junto a la mayoría de la UCR y a sectores provinciales) que apuntalaron las políticas de Casa Rosada, terminan el 2024 cruzando mensajes que anticipan duras negociaciones electorales sin cerrar.
Javier Milei ya avisó que su objetivo para 2025 es plebiscitar la gestión en las elecciones intermedias (asumiendo el riesgo que supone una derrota con dos años más para gobernar). Y también esbozó el marco en el que espera disputar su desafío. Lo explicó en una reciente entrevista al aludir a eventuales negociaciones con el PRO sobre las listas.
“No hago ese cálculo. Me niego rotundamente. Eso es hacerle trampa al electorado. O vamos juntos en todo o vamos separados. Trampas al electorado, no. Los que estamos del lado de las ideas de la libertad, nos ponemos de este lado”, definió Milei.
Mauricio Macri le contestó: “Esa fue siempre mi posición: poner todas las ideas sobre la mesa, cumplir con la palabra como nosotros hicimos este año, ser absolutamente transparentes con el electorado y, ante todo, cuidar la República”.
Los mensajes reflejan que nada está cerrado entre ellos y las desconfianzas no ceden.
Escenarios
Los escenarios electorales en la provincia de Buenos Aires y Caba desvelan a los operadores del PRO y de LLA. Son dos distritos de gran importancia política y simbólica.
La provincia es gobernada por el kirchnerismo y aquí podría acunarse la próxima candidatura presidencial del peronismo (Cristina Kirchner, Axel Kicillof, por qué no Massa de nuevo). Se renuevan 35 lugares en Diputados, 14 del peronismo, 7 el PRO y 2 LLA.
El oficialismo buscará la reelección de José Luis Espert; el macrismo quiere lo mismo para Diego Santilli y María Eugenia Vidal. ¿Podrá una lista agruparlos a todos? ¿Bajo qué nomenclatura competirían?
Caba es el territorio madre del PRO, partido que gobierna desde 2007. Por sobre las 13 bancas que se renuevan diputados, se destacan las tres senadurías porteñas en juego: el radical opositor Martín Lousteau; Guadalupe Tagliaferri, del PRO (pero ligada a Rodríguez Larreta), y el camporista Mariano Recalde.
Son tres votos que mayormente fueron adversos al oficialismo.
En el entorno del asesor presidencial Santiago Caputo entienden que si LLA y el PRO mueven bien las piezas se pueden quedar con las tres bancas; aunque reconocen que no será sencillo negociar.
Las primeras especulaciones po-nen sobre la mesa candidaturas pesadas que van desde el regreso a la arena electoral de Macri (quien en un principio no está convencido de volver al Congreso), hasta el oficialismo con Patricia Bullrich y con el vocero presidencial Manuel Adorni.
El oficialismo le abre los brazos al PRO, pero la vez le envía mensajes sobre quién tendrá la palabra final en las negociaciones.
En la Rosada aseguran contar con el apoyo del votante del PRO, sin importar lo que diga la dirigencia. Y en paralelo, no ceden las pases de dirigentes macristas hacia LLA.
La fortaleza de la que se jacta LLA tiene su razón en la renovación parlamentaria: en Diputados, el oficialismo renueva solo el 20% de sus bancas, mientras que el PRO y la UCR arriesgan más del 60%.
El peso legislativo del PRO tuvo hasta ahora un papel clave en la sociedad con el gobierno. Milei acaba de elogiar al jefe del bloque macrista, Cristian Ritondo, y lo defendió contra las denuncias por el sorprendente aumento patrimonial.
En el entorno de Milei insisten con la idea de contar con el apoyo del “electorado macrista”. Ven allí una debilidad de Macri para negociar condiciones. En el entorno del expresidente dicen está que convencido de que la marca electoral “PRO” sigue vigente.
