Sin declaraciones públicas, el gobierno de Javier Milei prefirió los trascendidos en off, para referirse a la designación de Mauricio Claver-Carone por parte de Donald Trump como su principal asesor para Latinoamérica. Evitando la controversia, desde fuentes oficiales se limitaron a expresar que “era esperable”, a la vez de evaluar que el nombramiento no debería afectar las relaciones entre los presidentes.
Claver-Carone es un viejo conocido de la Argentina. Además de haber sido funcionario de la primera presidencia de Trump, también ocupó un lugar en el directorio del Fondo Monetario Internacional y después fue presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de donde fue destituido por cometer una falta ética.
Como representante de Trump ante del FMI, se le atribuye un papel clave en el otorgamiento del megapréstamo al gobierno de Mauricio Macri, en 2018. Después, ya como titular del BID, mantuvo fuertes encontronazos con el gobierno de Alberto Fernández, que pretendía la presidencia del banco multilateral para Gustavo Béliz. La punta de lanza de aquella embestida fue el actual jefe de gabinete, Guillermo Francos, que por entonces había sido designado por Alberto Fernández como representante ante el BID.
Hace poco, Claver Carone, sin cargo público, pese a dejar fuera de sus críticas al presidente Milei, cargó contra los funcionarios del gobierno libertario, a los que calificó de “casta”, de conducirse “como peronistas” y de “malgastar las reservas”.
“La elección de Claver-Carone no cambia la cercanía y el aprecio entre Trump y Milei. No hay ninguna preocupación”, sostuvieron desde el entorno de Francos.
“Es un trumpista línea dura y seguro que van a prevalecer las relaciones entre los países por sobre cualquier tema personal que pudiera arrastrar Carone”, dijo otra fuente de de Casa Rosada.
“En los últimos cuatro años, el caos y la anarquía han invadido nuestras fronteras. Es hora de restablecer el orden en nuestro propio hemisferio. Mauricio conoce la región y sabe cómo poner los intereses de Estados Unidos en primer lugar. También conoce las terribles amenazas que enfrentamos por la migración masiva ilegal y el fentanilo. Como Enviado Especial del Departamento de Estado, Mauricio trabajará incansablemente para proteger al pueblo estadounidense”, argumentó Trump al anunciar el domingo la designación del abogado de 50 años, de familia cubana y nacido en La Florida, y considerado políticamente un “duro” o un “halcón”.
Claver-Carone presidirá el Departamento de Estado para América Latina y en el gobierno argentino sostienen que su responsabilidad estará enfocada a los intereses estratégicos de los Estados Unidos en relación a México, Cuba, Venezuela y Centroamérica. Se agrega que Claver-Carone, pese a sus recelos declarados por habilitar créditos internacionales a países con discutible capacidad de pago, no debería ser un elemento que perjudique a la Argentina respecto las negociaciones en marcha con el Fondo Monetario Internacional.
En declaraciones periodísticas hechas en julio pasado, Claver Carone se manifestó críticamente sobre el gobierno libertario. “Milei en el exterior habla extraordinario, en las conferencias internacionales habla como un verdadero liberal ortodoxo. Pero domésticamente tiene un equipo que está gobernando como peronistas”, dijo.
También criticó “las políticas peronistas de reforzar el peso argentino, de seguir buscando maneras de gastar reservas para reforzar el peso en vez de ir por la liberalización de la que tanto habló Milei en las elecciones”.
Sobre el ministro de Economía, Luis Caputo, fue especialmente duro: dijo que está dilapidando las reservas y de repetir “lo mismo que fracasó la primera vez cuando era presidente del Banco Central, durante la presidencia de Mauricio Macri”.
Claver-Carone ocupaba la silla de los Estados Unidos en el directorio del FMI, cuando se aprobó el préstamo por 57.000 millones de dólares para el gobierno de Cambiemos.
En septiembre de 2020, el BID rompió la tradición de elegir un presidente latinoaméricano y fue designado Claver-Carone. Pero dos años después fue despedido (por unanimidad del directorio) al trascender una relación con una colaboradora, a la que también benefició económicamente, con sucesivos aumentos salariales. “Conductas inapropiadas”, calificaron desde la administración de Joe Biden. En esos momentos, Francos era director por la Argentina para el BID. Claver-Carone lo acusó de fogonear su despido. El nuevo funcionario trumpista, que siempre negó los cargos de su despido del BID, dijo hace poco que Francos representaba “lo peor de la casta política argentina” y de ser “más kirchnerista que Cristina y más albertista que Alberto”.
