En la política argentina, todo se discute. Antes el kirchnerismo, y ahora los libertarios, se esmeran en negar los hechos. Todo está en debate; hasta lo evidente y concreto. El dato incontrastable del último mes, desde que nació el escándalo cripto, el 14 de febrero pasado, es que el presidente Javier Milei perdió apoyo popular. Una referencia política fuerte, en un año electoral. El oficialismo trata de negarla, o al menos minimizarla.
Llamativamente, este dato político genera lecturas optimistas entre los principales actores del escenario cordobés. Con matices, y por distintos motivos, el gobernador Martín Llaryora y los opositores Luis Juez y Rodrigo de Loredo creen que podrían beneficiarse del evidente debilitamiento político del presidente de la Nación.
No obstante, en la Casa Rosada están convencidos de poder capear este temporal político. Milei ya lo hizo. Entre agosto y septiembre del año pasado, el Presidente había perdido alrededor de seis puntos de imagen positiva luego de vetar las leyes que beneficiaba a los jubilados y a las universidades públicas.
Un mes después, con la inflación con tendencia a la baja, la quietud del dólar, el descenso del riesgo país y el control de la calle, a través de la mano dura de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, Milei recuperó esos puntos perdidos. Y hasta sumó algunos más.
El “triángulo de hierro” que el Presidente integra con su hermana y el influyente asesor Santiago Caputo tiene clara una cuestión: el apoyo popular a Milei se concentra en la baja de la inflación y en las ásperas políticas de seguridad.
Por estas horas, el trío debe estar preocupado: la inflación que subió en febrero (2,4%, contra 2,2% de enero) y la represión a la violenta protesta del miércoles pasado frente al Congreso pusieron algunos interrogantes sobre los dos logros más importantes de la gestión libertaria.
En su visita de este viernes a Expoagro, en San Nicolás, Milei intentó mostrarse entero. “Siempre acelero en las curvas, y ahora lo voy a hacer mucho más”, prometió, flanqueado por la ministra Bullrich, ante un auditorio compuesto por empresarios, productores agropecuarios y políticos.
No dio precisiones, aunque el Presidente se refirió a los incidentes del miércoles pasado y la embestida opositora en el Congreso. A lo que sumó la decisión de la CGT de hacer el mes próximo un paro general nacional.
Recta a octubre
El Presidente prometió acelerar en las curvas, pero la recta hacia los comicios legislativos de octubre se puede hacer cuesta arriba si no controla la inflación.
En este escenario, no dejan de llamar la atención algunas lecturas políticas optimistas en Córdoba. Todos hacen una aclaración imprescindible: nadie desea que al Gobierno nacional le vaya mal.
Por lo bajo, admiten que tampoco beneficia a nadie un Presidente que se sienta súper poderoso y que se lleve a todos por delante.
En el Centro Cívico creen que los tropiezos de Milei alimentan una posibilidad que desde hace meses hace perder el sueño a muchos llaryoristas: que Juan Schiaretti acepte encabezar la boleta del cordobesismo en octubre.
El exgobernador se mantiene hermético, aunque da señales de que está a punto de comenzar a mostrar en público sus diferencias con la gestión libertaria.
En el entorno del gobernador Llaryora reina el optimismo. Están convencidos de que Schiaretti competirá este año en las urnas para evitar su “jubilación política”. Un Milei debilitado en las encuestas fortalece la chance de que el exgobernador sea candidato.
En la vereda de la oposición cordobesa tampoco se espantan con los problemas que afronta Milei.
Luis Juez es el único dirigente cordobés con un vínculo directo con el Presidente. No abonaría ninguna teoría negativa en contra de Milei, pero también tiene sus intereses políticos, que apuntan más a 2027 que a octubre próximo.
El senador ya anunció su postura para los comicios legislativos: apoyará la lista libertaria en Córdoba, esta vez sin preocuparse –ni preguntar– por la estrategia electoral del radicalismo.
Juez se ilusiona con un escenario que dos meses atrás parecía de ficción política: ser candidato a diputado nacional si Schiaretti encabeza la lista del cordobesismo. La ilusión del senador es que sea con el respaldo de Milei.
Este escenario que entusiasma a Juez sería imposible con un Milei fortalecido en las encuestas. Karina Milei ha dado señales de jugar con libertarios puros en todos los distritos. Esta estrategia podría cambiar si el apoyo popular al Gobierno se debilita.
Rodrigo de Loredo también se anima a soñar despierto. El diputado está obligado a jugar en octubre, porque se le termina su mandato. Ya tiene un acuerdo de palabra con Mauricio Macri para renovar la alianza UCR-PRO en Córdoba.
No obstante, para jugar a ganador el máximo anhelo del diputado radical es encabezar la boleta de un acuerdo que también incluya a los libertarios y al juecismo.
Ninguno le desea el mal al Presidente, pero las especulaciones y alquimias electorales que hacen en el oficialismo y la oposición provincial serían imposibles con encuestas que le sonrieran a Milei.
Llaryora, Schiaretti, Juez y De Loredo, con sus diferencias, tienen claro que deberían mirar con la ñata contra el vidrio si los libertarios se sintieran poderosos en las urnas.