Pasadas las 21 de este domingo, el búnker de Hacemos Unidos por Córdoba se convirtió en un salón con mucha música cuartetera y clima de festejos. Unos pocos dirigentes bajaron a la sala principal para hablar con los periodistas, todos coincidentes al asegurar una tendencia favorable para el candidato a gobernador, el oficialista Martín Llaryora.
Las banderas de argentina en alto, junto con los cánticos de “Llaryora, gobernador” se comenzaron a sentir con más fuerza desde las 20.30, cada vez que el sitio oficial para el escrutinio electoral daba cuenta de nuevas mesas cargadas.
Pero a las 21 ya comenzó a poblarse el salón con dirigentes y militantes, los que rodean el escenario a la espera de nuevos resultados. Desde las 18, sólo el vicegobernador y candidato a legislador, Manuel Calvo, subió el escenario. Miguel Siciliano y el ministro Paulo Cassinerio, ambos postulantes a legisladores, lo hicieron a un costado del escenario. Ambos con un discurso triunfalista.
“Ganamos, ganamos”, gritaron casi a coro entre la militancia algunos dirigentes cuando Llaryora aventajó a Juez. Fue en ese momento cuando la música funcional que sonaba para manejar las expectativas del oficialismo dio un giro y pasaron a escena las canciones de Ulises, Q’ Lokura, La Konga, Dale Q’ Va y otros grupos cuartetero.
Antes de las 21 había sido un clima más moderado.
Cómo estuvo el búnker desde las 18
Mucha música, tal como si se tratara de uno de los boliches de la zona del Chateau Carreras de Córdoba capital, así se vio a pocos minutos del cierre de las elecciones provinciales el búnker oficialista de Hacemos Unidos por Córdoba.
En uno de los salones principales de Quorum Hotel, hay cinco largas mesas dispuestas para la prensa, 10 livings en los que periodistas de medios locales y nacionales esperan los primeros resultados.
Sólo el vicegobernador, jefe de campaña y candidato a legislador, Manuel Calvo, pasó en un comienzo por el salón principal para hablar con la prensa en un discurso sin adelantar resultados, cauto y a la espera de las primeras mesas. A las 18.17 dio sus primeras palabras en el escenario y, luego, atendió por separado a los periodistas.
Desde el primer piso vidriado de este espacio –que será el centro de reunión del oficialismo– ya se vieron las primeras caras de los candidatos a legisladores, y funcionarios municipales y provinciales. Desde ahí se los ve intercambiar datos desde sus celulares, además de una clara competencia por quién tiene más certezas acerca de los resultados. Luego el desfile se fue incrementando, aunque cada vez más se cubrieron las ventanas con cortinados.
“Soy cauto, 4 o 5 puntos”, dice un hombre de la mesa chica del gobernador Juan Schiaretti.
“Nos quieren instalar que no estará bien el conteo, la fiscalización. Ya sabía que ahora salen a ensuciar la cancha”, le respondió otro funcionario provincial.
Aunque hay quienes que están eufóricos, la mayoría, y hacen señas desde el primer piso con las dos manos en alto, marcando que la diferencia con el candidato Luis Juez es de más de 10 puntos.
Entre los primeros en llegar y que están expectantes desde estos ventanales –desde donde tienen una vista privilegiada del armado del escenario y de una súper pantalla con la imagen de Martín Llaryora y Myrian Prunotto– aparecieron la legisladora Nadia Fernández, quien va por la reelección; el secretario de Gobierno y candidato a legislador, Miguel Siciliano; la titular del Coys, Victoria Flores; el presidente de la Agencia Córdoba Deportes, Héctor Campana, entre otros.
En el exterior del salón también se lo vio al expresidente del PRO y candidato a viceintendente por la ciudad de córdoba, Javier Pretto.
“Ganamos, ganamos. Estoy llorando”, le confió un llaryorista de la primera hora a otro dirigente provincial. “Están nerviosos en Juntos por el Cambio”, respondió otro.
Pero hasta las 19 de este domingo ninguno de ellos salió de esa cautela. “Ya sabemos que vamos ganando en los barrios ciudad, en barrio Oña. Son datos de las bases que nos van pasando, seguimos esperando”, confió una de las candidatas.
La concurrencia al bufé
Mientras todas las charlas en este espacio transcurren acerca de los puntos de diferencia –en lo que parece una elección polarizada entre Llaryora y Juez–, hay quienes que en el salón principal se hacen un tiempo para el bufé, donde hay frutas, masas finas, facturas, café y gaseosas. Por momentos este espacio es el más concurrido, hay colas de hasta 15 personas por algo para tomar. Otros, en cambio, no se despegan de las computadoras.
Hay cinco mesas de unos cinco metros de largo cada una con manteles negros, en las que trabaja buena parte de los periodistas. En una tarima que ocupa casi todo el ancho del salón se apostaron desde las 18 los camarógrafos y periodistas de televisión.
Desde ahí hasta el escenario principal hay varios metros. Desde ahí hablará Llaryora, aunque nadie se anima a predecir a qué hora estará en el escenario.
“Venimos bien, es una elección polarizada. En el interior también en las ciudades muy bien”, dijo Siciliano, quien a las 19.40 dejó el primer piso, donde se encuentra en la dirigencia, para hablar con los periodistas.
Después todo siguió con música e incertidumbre, aunque con más caras de dirigentes oficialistas relajados, sobre todo, con los primeros datos de sus militantes en los barrios de Córdoba y en el interior.
