En el Centro Cívico hacen una lectura optimista sobre los fríos números de la ejecución presupuestaria del tercer trimestre del año. El resultado muestra un repunte de la inversión, pero aún lejos de lo que sucedió el año pasado en materia de obra pública, que en lo discursivo es uno de los pilares de la gestión del gobernador Martín Llaryora.
Tampoco son sorprendentes las diferencias en la visiones del oficialismo y de la oposición sobre las cifras que arrojó el tercer trimestre que incluyó los meses de junio, de agosto y de septiembre.
Desde el Gobierno provincial remarcaron que “lo peor ya pasó” y que en los últimos tres meses del año se incrementó de “manera sustancial” la inversión en obra pública, pese al ajuste hecho por el presidente Javier Milei en los desembolsos para las provincias.
Dos de los principales funcionarios provinciales consultados prefirieron que su versión no fuera con nombre y apellido, teniendo en cuenta que el gobernador es la voz autorizada para hablar de una cuestión tan sensible como los números de su administración en los primeros nueve meses de gestión.
“El primer semestre del año fue muy complejo, porque no sabíamos cuál era el piso de la caída de la economía. Entonces, no teníamos un panorama claro. En el tercer trimestre, se confirmó que lo peor fue abril y mayo, por eso terminaremos el año con una inversión muy cercana a la del año pasado, que además fue electoral”, argumentó uno de los funcionarios más cercanos a Llaryora.
El propio miembro del gabinete provincial admitió que en años electorales aumenta de manera considerable la inversión en obra pública, con el objetivo de captar votos.
Con una visión siempre optimista, los funcionarios llaryoristas pronosticaron que el año terminará con 1,2 o 1,3 puntos de superávit fiscal, remarcando el aumento de la inversión durante el cuarto trimestre del corriente año.
“Terminaremos el año con superávit operativo y financiero. Contracción del stock de deuda y un nivel de inversión muy importante, pese a las dificultades del primer semestre. A esto hay que sumarle que la Provincia se tuvo que hacer cargo del total del déficit de la Caja de Jubilaciones, ante el incumplimiento del Gobierno nacional, que no mandó un peso, pese a que hay una ley que lo obliga a financiar parte de ese déficit”, cerró uno de los funcionarios que conocen los números de la administración llaryorista.
Críticas opositoras
Desde la oposición, los titulares de los principales bloques legislativos coincidieron en cuestionar que la gestión llaryorista ajustó los salarios y jubilaciones, pero mantuvo alto “el gasto político”.
Alejandra Ferrero, titular del interbloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura, fue contundente.
“Mañana (por este miércoles) presentaré en la Legislatura dos proyectos para mejorar la situación de los jubilados provinciales. El oficialismo critica el ajuste del Gobierno nacional, pero en Córdoba se hace lo mismo. Los jubilados y los trabajadores estatales están pagando el ajuste de esta gestión, que no hace nada para achicar el gasto. Es más, lo incrementa y eso quedó reflejado en el Presupuesto 2025”, cuestionó Ferrero.
En cuanto a la obra pública, el dirigente radical dijo que “es evidente” que las inauguraciones son menos que las que menciona el oficialismo. “En los últimos dos meses hubo un leve incremento, pero este gobierno habla más de lo que hace”, concluyó.
Por su parte, Walter Nostrala, presidente del bloque del juecismo (Frente Cívico), apuntó a las inversión en obras, una de las prioridades que siempre menciona el gobernador Llaryora.
“Este gobierno es puro jarabe de pico en materia de obra pública. Hasta ahora no hicieron casi nada. Y lo que inauguraron es lo que dejó la anterior gestión de Schiaretti. Lo único que hicieron fue achicar las partidas en salarios y en jubilaciones, que fueron la variable de ajuste”, remarcó el legislador juecista.
Nostrala trató de desmentir la versión del oficialismo, que asegura que se achicó el gasto de funcionamiento del Estado. “Todos los días nos enteramos de que crean nuevos cargos, aumentando la planta política. Los 24 ministerios, contando las agencias, son el reflejo de que inventan cargos para comprar voluntades políticas”, concluyó muy crítico el legislador opositor.