La salida de la pandemia es, en términos sanitarios, prácticamente total. La desarticulación de los centros de operaciones de emergencia (COE) lo demuestra.
Sin embargo, en la macro y micro economía, los efectos aún perduran; y lo harán por un buen tiempo.
Una evidencia es la situación laboral, escenario en el que si bien se advierte una clara recuperación luego del desastre del 2020, los números siguen mostrando un panorama complejo.
Los datos del Indec publicados este miércoles dicen que en el Gran Córdoba la tasa de desocupación se ubica en el 10,1%. La información corresponde al cuarto trimestre del año pasado.
El valor es una contundente mejora de casi tres puntos porcentuales respecto del mismo periodo de 2020 (13%), cuando la provincia (y el país) iniciaba la lenta salida de las restricciones producto de la pandemia.
Sin embargo, si se compara con los cuartos trimestres de años anteriores, la tasa de desocupación en el trimestre final de 2021 en Córdoba es superior a todas (en 2019 era de 9,5%; en 2018, de 9,2%; y en 2017, 6,6%).
En cantidad de personas, según el Indec, en la Argentina urbana había, entre octubre y diciembre de 2021, 947 mil desempleados, 450 mil menos que en igual trimestre de 2020.
En el Gran Córdoba, las dificultades laborales impactaban en el mismo periodo a 80 mil personas, 18 mil menos que un año antes, pero 10 mil más que antes del covid.
Los 80 mil desocupados, en tanto, representan casi el doble que los 46 mil que estaban en esa situación en el cuarto trimestre de 2017, cuando aún no había impactado la crisis económica que comenzó con la estampida del dólar en 2018.
El vaso medio lleno, sin embargo, deja ver que los 80 mil desocupados de ahora son un número muy inferior a los 130 mil que llegó a contabilizar el Gran Córdoba en el pico de las restricciones.
Si se suman los desocupados (gente que busca trabajo y no lo consigue) con los subocupados demandantes (tienen un empleo de pocas horas y quieren trabajar más), los cordobeses con graves dificultades laborales totalizan 201 mil personas.
Son 54 mil menos que en el mismo periodo de 2020, pero 6 mil más que antes de la crisis sanitaria.
Crece la actividad
Un dato significativo, tanto a nivel nacional como en Córdoba, es el aumento de la tasa de actividad: más gente que ingresa al mercado laboral, ya sea que consigue empleo o que lo busca activamente. En el Gran Córdoba en particular, está en 50,2%, el más alto para el último trimestre en los últimos 10 años.
Para Laura Caullo, investigadora en el Ieral, lo que se está viendo es que después de la pandemia, “la actividad todavía se está recuperando, lo que hace que aumente la tasa”.
La especialista del área Empleo del organismo de Fundación Mediterránea advierte que parte del fenómeno es “producto de la pérdida de poder adquisitivo: la caída del salario real de las familias hace que muchas personas que estaban inactivas se vuelquen al mercado laboral para suplir ingresos. Así, de alguna manera, buscan contrarrestar el problema desde el lado de los ingresos”.
Empleo, pero precario
Si estas personas no consiguen trabajo, el resultado es un aumento de la tasa de desempleo. Si lo encuentran, lo más probable es que sea de baja calidad. “Se insertan en mercados informales. Siempre estas crisis con niveles de pobreza tan elevados tienen un correlato en la alta informalidad laboral”, explica Caullo.
“Por otra parte, el empleo formal se expande, pero lo hace lo justo y necesario, porque las empresas no están tomando más de lo que el aumento de la demanda de bienes y servicios les requiera; un poco por la incertidumbre política”, analiza.
Por qué en Córdoba el desempleo es más alto
El mayor deterioro del mercado laboral en el Gran Córdoba en relación con el resto de los aglomerados que mide el Indec se vincula con que se trata de uno de los más industrializados del país y con menor cantidad relativa de empleados públicos.
Además, la actividad manufacturera, muy fuerte en Córdoba, ha sido una de las más afectadas, junto con el turismo, sectores también muy importantes.
