Mientras Guillermo Kraisman espera en prisión ser indagado por el fiscal en lo Penal Económico Franco Mondino, en el oficialismo se cerró un pacto de silencio respecto de qué legislador de Hacemos por Córdoba nombró en el Poder Legislativo a Virginia Martínez, la “empleada fantasma” cuyo DNI tenía en su poder el puntero peronista y con el cual quería cobrar de manera irregular un millón de pesos por salario y aguinaldo.
Sin romper el silencio, la vicegobernadora Myrian Prunotto, presidenta de la Legislatura, reconoció en declaraciones a El Doce que la mujer integraba la nómina del bloque de Hacemos Unidos, pero omitió blanquear quién tramitó su contrato.
La opacidad y la discrecionalidad son los denominadores comunes de la contratación de personal en la Unicameral. Como explica un legislador: al momento de contratar empleados “mucho es lo de cada uno logra pidiendo. Hay un número (de contratos disponibles) y siempre se lo manejan a discreción porque no hay nada escrito”.
Un legislador oficialista dice que “hay unos 900 contratados; lo que daría unos 12 empleados por cada uno de los 70 legisladores”. Sin embargo, aclara, “son cinco empleados por legislador, el resto son asistentes para las comisiones”.
Oficialmente, la Legislatura informó que tiene 1.072 contratados. De ellos, 163 son asistentes funcionales (administrativos) y 909 son asistentes legislativos. A cada legislador le corresponden cinco asesores (sumarían 350), y en el caso de los bloques deben tener un secretario, un prosecretario y un director.
De los contratos informados por los jefes de bloque para esta nota no surge cómo se reparten y en qué repartición cumplen tarea los más de 1.000 contratados.
Además está el personal de planta: el número de efectivos ascendía en junio de 2024 (último dato) a 661, aunque no todos están en la Unicameral: también son considerados legislativos el personal de la Defensoría del Pueblo, del Consejo de la Mujer y de la Defensoría de Niños y Adolescentes. Aunque la gran mayoría revista en la Legislatura.
En Hacemos Unidos recuerdan que el gasto de la Legislatura representa apenas 0,38% del total provincial, “lo que hace a la Unicameral cordobesa la más austera del país en relación a la población que representa, con un costo anual de 4.300 pesos por cada cordobés”, repiten los oficialistas como un mantra.
Qué dicen los bloques
Desde Hacemos Unidos por Córdoba (33 legisladores), Miguel Siciliano explicó que “cada uno de los legisladores tiene cinco asistentes, y después están los cargos del bloque según el trabajo que los legisladores realizan en las comisiones; y además están el secretario, el prosecretario, director y el director general” del bloque. Ese número da 169 asesores.
Pero el oficialismo no informó cuántos asesores hay en cada una de las 30 comisiones en que se divide el trabajo legislativo.
Los 33 legisladores que llegaron por Juntos por el Cambio multiplicaron varios contratos luego de atomizarse en distintos bloques. De haber continuado en un sólo grupo, tal como se presentaron a elecciones, deberían tener los 165 contratados (cinco por cada uno) y los tres jerárquicos del bloque.
Tras la escisión, en la UCR (18 legisladores) que comanda Matías Gvozdenovich hay 90 contratados a razón de cinco por parlamentario, el secretario, el prosecretario y director del bloque y un asesor por comisión, es decir otros 33 contratos: 123 personas.
En el caso del Frente Cívico (siete legisladores) suma los 35 asistentes (cinco por cada uno) y los tres que corresponden al bloque, pero, según Walter Nostrala, no tienen contratados en las comisiones. “El Frente Cívico no negoció ningún contrato por fuera de los que están establecidos en el reglamento”, dijo Nostrala, presidente del bloque.
Por su parte el PRO (tres legisladores) diseñó un esquema que le permite tener seis empleados a cada legislador al eliminar los cargos de bloque. Sumó, además, tres monotributos que llevan adelante las tareas del bloque parlamentario. Como el Frente Cívico, no tienen asesores en las comisiones.
En el caso de Construyendo Córdoba (dos legisladores de origen radical, Dante Rossi y Sebastián Peralta) tienen seis asistentes legislativos, cinco contratos en el bloque y cuatro monotributos, conformando 15 personas. El bloque no tiene secretario, prosecretario ni director.
Gregorio Hernández Maqueda, otro de los que escindió y creó un monobloque, dice que tiene tres asesores, un director de bloque y dos asesores de bloque; en total seis personas.
Karina Bruno, exbloque PRO, informó que a sus cinco asistentes sumó un monotributo y una persona de planta en comisión que está en comisión. La radical Graciela Bisotto, la última de los escindidos, no me respondió la consulta (está de carpeta médica).
Los monobloque originales
Rodrigo Agrelo, de Encuentro Vecinal, un monobloque de origen electoral, repasa su plantilla: una empleada de planta permanente en comisión, seis asistentes legislativos y un director de bloque. En su caso, dividió el cargo de “secretario de bloque” para sumar asistentes.
“Presenté un proyecto el 27 de diciembre de 2023 del cual surgía la obligación de publicar todos los lunes el listado de empleados legislativos. Lo rechazaron el 2 de octubre del 2024. Voy a insistir”, dijo Agrelo.
Al igual que Encuentro Vecinal, el MST de Luciana Echevarría es un monobloque de origen electoral. Informó que cuenta con ocho contratos: cinco como legisladora y tres por el bloque.
En el caso de Agustín Spaccesi (La Libertad Avanza), confirmó la contratación de los cinco asesores. “Después están los cargos del bloque y los de comisión, que varían según en cuántas comisiones se esté trabajando, y éstos entran de manera eventual o mediante un monotributo que ganan 310.000 pesos aproximadamente”, dijo el libertario sin precisar cuántos son quienes estarían en esta situación.
Finalmente, el peronista Federico Alesandri –también monobloque de origen– suma a los ocho contratos un número no precisado de personal efectivo que está en comisión en su despacho.
La suma de los contratos informados oficialmente por el Poder Legislativo y los que cada bloque reconoce refuerza el interrogante respecto de cómo contrata personal en la Unicameral.
El PJ preside la Legislatura desde que se convirtió en unicameral. La contratación de personal, y sobre todo de contratados. Aunque nadie lo admitirá, los contratos siempre fue una herramienta que utilizó el oficialismo para negociar con legisladores opositores. El “caso Kraisman” destapó una situación poco clara.