La actividad económica se frenó en septiembre pasado, confirmando su tendencia al estancamiento y abonando los pronósticos de una desaceleración para el próximo año.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad económica registró en septiembre na contracción del 0,3 % en comparación con agosto, cuando el indicador había anotado un avance marginal del 0,7 %.
El Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae), que sirve como anticipo provisional para medir la variación trimestral del PIB, creció en septiembre 4,8 % en comparación con igual mes de 2021, la décimo novena subida interanual consecutiva.
De todas formas, la subida interanual registrada en septiembre implica una desaceleración respecto al ritmo de crecimiento interanual que se había registrado en agosto pasado (6,6 %).
Agotamiento
“La actividad económica muestra signos de agotamiento para la última parte del año”, observó en un informe la consultora Orlando Ferreres y Asociados.
Según los datos oficiales, el crecimiento económico acumulado en los primeros nueve meses del año fue del 6,2 % .
Tras el vigoroso crecimiento del 10,4 % logrado en 2021 para poner fin a tres años de recesión, Argentina cerrará este año recortando a por lo menos la mitad la tasa de expansión económica registrada el pasado año.
Amén del duro panorama internacional, el país sufre los efectos de sus propios desequilibrios macroeconómicos, con una tasa de inflación no vista en tres décadas (88 % interanual en octubre) que incide negativamente en las decisiones de consumo e inversión, y una falta de divisas que obliga a restringir las importaciones, incluidas las de bienes de producción.
Afronta, además, exigentes metas fiscales comprometidas ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) que demandan un ajuste progresivo.
Según la última revisión del acuerdo de facilidades extendidas sellado en marzo pasado por el Gobierno de Alberto Fernández y el FMI, Argentina crecerá este año entre un 3,5 % y un 4,5 %.
Mientras, los economistas privados que mensualmente consulta el Banco Central para su encuesta de expectativas calculan que la economía argentina avanzaría este año un 4,8 %.
Como sea, el desempeño esperado está muy por debajo de la recuperación lograda en 2021.
“Para lo que resta del año no anticipamos un cambio de tendencia sobre el actual enfriamiento de la actividad, y los riesgos de un empeoramiento de las condiciones macroeconómicas no son bajos, por lo que la incertidumbre es alta al mirar hacia 2023″, apuntó la consultora Orlando Ferreres.
Más frío en 2023
Que la economía argentina se enfriará aún más el próximo año es un pronóstico compartido por las autoridades y los economistas privados.
En la revisión del acuerdo con el FMI concretada en octubre, el Gobierno y el organismo rebajaron su previsión de crecimiento para 2023 a un rango de 1,5-2,5 %, un punto por debajo del cálculo hecho en julio.
El pronóstico de las consultoras privadas que mes a mes releva el Banco Central es aún más pesimista: Argentina tendría en 2023 un crecimiento casi nulo, del 0,9 %.
Hay, incluso, proyecciones de contracción económica, como la merma del 1 % pronosticada por BBVA Research, que en su más reciente informe sobre el país suramericano advirtió que “Argentina se encamina hacia un 2023 complejo, con caída en el nivel de actividad y elevada inflación que llevarán a un escenario de estanflación”.
“Los principales retos serán la renovación de deuda en el mercado local por montos desafiantes y la vulnerabilidad del régimen cambiario”, apuntó BBVA.