Desde que nació y muchos años después de su fallecimiento, María Eva Duarte inspiró manifestaciones artísticas en distintos campos. Se transformó en un personaje literario más allá de su dimensión política. La literatura, el teatro, el cine, las artes plásticas se ocuparon de su figura en Argentina y en el mundo.
Evita comenzó muy joven su carrera artística cuando se mudó de Junín a la ciudad de Buenos Aires en 1935, con apenas 15 años. Arrancó con papeles secundarios en obras de teatro, actuó en radioteatros, fue locutora comercial, participó en seis películas, las dos últimas (La cabalgata del circo y La pródiga) cuando ya estaba en pareja con Juan Domingo Perón. Fue tapa de revistas de la época.
Después, escribió dos libros, La razón de mi vida y Mi mensaje, que fueron textos escolares obligatorios durante el peronismo.
Pero la vida de Eva, desde su humilde origen relegado y marginal para las pautas sociales de la época hasta su breve, pero intenso esplendor en la vida pública más todo lo rodeo a su muerte y su cadáver, fue objeto de múltiples manifestaciones artísticas.
En literatura, sin duda, la principal obra es Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez, un clásico de la literatura argentina.
Escritor y periodista, Martínez se basa en hechos reales pero ficcionalizados en una novela que tuvo tanto impacto. La novela gira en torno al derrotero del cadáver de Eva desde que es embalsamado hasta que se lo devuelven a Perón en Madrid, pasando por las copias, las vejaciones, las tramas para ocultarlo.
El historiador Norberto Galasso aporta en La compañera Evita algunos datos documentados que ponen en tela de juicio algunas cuestiones publicadas sobre el ascenso político de la esposa de Perón.
En 1966, Rodolfo Walsh publicó el cuento Esa mujer, que recibió premios a nivel internacional. Es la historia de la obsesión del coronel que custodiaba el cadáver.
En 2019, María Seoane y Víctor Santamaría se tomaron de ese cuento para escribir Eva Perón, esa mujer, donde ponen foco en el amor entre Eva y Perón.
En 2015, la cordobesa Liliana Lardone recogió testimonios para analizar la figura de Eva Perón en el interesante 20.25, quince mujeres hablando de Eva Perón.
Hay numerosos libros periodísticos, como La Enviada de Jorge Camarasa, Secreto de Confesión, cómo y por qué la Iglesia ocultó el cuerpo de Eva Perón durante 14 años de Sergio Rubín o Los últimos días de Eva de Nelson Castro.
Para afuera, la mayor proyección artística fue el musical Evita, de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, que incluye el célebre tema No llores por mí, Argentina.
La ópera rock implica una visión crítica de Evita y debutó en Broadway en 1979 y durante 40 años tuvo diferentes versiones no sólo en Nueva York sino en diferentes lugares del mundo.
Evita Perón en pantalla grande
En cine, hubo numerosas películas. En 1984, Eduardo Mignona filmó un documental ficcionalizado, Evita, quien quiera oír que oiga, con Flavia Palmiero en el papel central. El foco está puesto en la infancia de Eva.
En 1996, Alan Parker lleva al cine el musical Evita, con Madonna como protagonista y Antonio Banderas como el Che Guevara. El rodaje fue en Buenos Aires.
Ese mismo año y casi como una respuesta a la película de Parker, Juan Carlos Desanzo, con el guión de José Pablo Feinmann y el protagónico de Esther Goris, rodó Eva Perón, con eje puesto al forzado renunciamiento a la candidatura a vicepresidenta.
En 2011, se estrena Juan y Eva de Paula de Luque, con Julieta Díaz y Osmar Nuñez. La trama gira alrededor de la forma que se conocieron.
En 2015, Pablo Agüero filmó Eva no duerme, que narra todas las peripecias del cadáver de la abanderada de los humildes.
