El Gobierno quedó envuelto en una nueva polémica diplomática que podría trasladarse al Congreso. Fue por la presencia del embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich, en el acto de reasunción de Daniel Ortega como presidente de ese país, junto al iraní Mohsen Rezai, acusado de ser autor intelectual del atentado terrorista contra la sede de la AMIA.
La escena que compartieron Capitanich y Rezai se llevó el repudio de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) y la Embajada de Israel. Pero también levantó fuertes críticas en la oposición, que además viene de cuestionar la falta de pronunciamiento del Gobierno sobre las elecciones en Nicaragua.
A su vez, diputados de Juntos por el Cambio pidieron la interpelación del canciller Santiago Cafiero en el Congreso. Fundamentalmente, quieren saber por qué el Gobierno no pidió la extradición del iraní, que tiene pedido de captura internacional.
La reacción de Cancillería llegó un día después del acto, con un comunicado donde expresó “su más enérgica condena” a la presencia de Rezai, al sostener que “constituye una afrenta a la Justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista” perpetrado en 1994 en la mutual judía.
“El Gobierno argentino exige una vez más al Gobierno de Irán la cooperación plena con la Justicia argentina, permitiendo que las personas que han sido acusadas de participar del atentado contra la AMIA sean juzgadas por los tribunales competentes”.
Ministerio de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, para Juntos por el Cambio no fue suficiente. “No alcanza con que el Gobierno critique o repudie la presencia del acusado iraní del ataque a la AMIA, esas son sólo palabras. Presidente Fernández: ¡Pida a sus amigos de Nicaragua que apresen y extraditen al fugitivo!”, exhortó la titular del PRO, Patricia Bullrich.
En el mismo sentido se expresó el titular de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, quien consideró que lo sucedido “es una deshonra para el país y un insulto a la memoria”. Asimismo, el auditor general de la Nación Miguel Pichetto calificó lo sucedido como un “papelón” y advirtió que “la Argentina persiste en el error de vincularse con terroristas y dictadores”.
Por ese motivo, diputados de Juntos por el Cambio anunciaron que presentarán un proyecto para que Cafiero brinde explicaciones. Aunque la interpelación tiene escasas posibilidades de prosperar (al menos, en lo inmediato) ya que el Congreso se encuentra en receso hasta el 1ro. de marzo y la única salida sería que el Poder Ejecutivo habilite el tema en extraordinarias.
Uno de los legisladores más críticos fue Waldo Wolff (PRO), quien habló de “complicidad” de la Cancillería. “El gobierno debería haber pedido su detención (por Rezai), llamar ahora a consulta al embajador de Nicaragua y hacer comparecer al canciller al Congreso”, cuestionó el diputado, miembro de la comunidad judía.
Wolff consideró que la gestión de Alberto Fernández “debe pedir inmediata y oficialmente” la detención del iraní, porque “el no hacerlo ya involucra a varios funcionarios en el delito de incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos”.
En ese sentido, el titular del interbloque de Juntos por el Cambio en el Senado, Alfredo Cornejo, presentó un proyecto de comunicación para conocer si se avanzó en el pedido de detención provisional del acusado y si se arbitraron los medios necesarios para obtener su extradición.
En su proyecto, Cornejo también pidió saber si Capitanich sabía con antelación sobre la asistencia de Rezai a la asunción de Ortega, en la ciudad de Managua. Para el mendocino, el repudio posterior de Cancillería desató sospechas. “A las claras se demuestra que sabían que estaba allí”, deslizó.
Por su parte, la AMIA exigió al Gobierno que explique por qué el embajador argentino no se retiró de la ceremonia ni tampoco notificó a las autoridades sobre la situación. Además, la entidad recordó que ya había repudiado la asunción de Rezai como vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, en agosto pasado.
La DAIA, en tanto, consideró que “es absolutamente inadmisible y preocupante que el embajador haya respaldado con su asistencia y pasividad un hecho delictivo como es la presencia de un acusado por la Justicia argentina (…) sin reclamar su inmediata detención”. También sugirió que Cancillería “no puede alegar desconocimiento” sobre la presencia del diplomático iraní.
