El secretario de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), de Río Tercero, David Salto, confirmó que son 32 los empleados de la Fábrica Militar de Río Tercero que ya firmaron la solicitud para acogerse al retiro voluntario que ofreció el Gobierno nacional. Hasta ahora hay 382 empleados en la planta riotercerense, según el gremio.
Los 32 representan el 8% del total. Pero el registro sigue abierto.
La medida está relacionada al achique que implementó el Gobierno nacional con el anunciado objetivo de reducir un 20% el personal, entre retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, para las cinco plantas de Fabricaciones Militares más su sede central en Buenos Aires.
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La estatal Fabricaciones Militares anunció que ocupa hoy a 1.478 empleados en las cinco sedes industriales: las cordobesas de Río Tercero y Villa María; la de Azul (provincia de Buenos Aires), la Fray Luis Beltrán (en Santa Fe) y la unidad de Jachal (San Juan), además de quienes pertenecen a la administración central en Ciudad de Buenos Aires.
Se estimó desde la empresa nacional, que depende del Ministerio de Defensa, que el plan de achicamiento con 288 empleados implicaría un costo de $ 1.914 millones.
Salto explicó a La Voz que hace pocos días se reunieron con autoridades de Fabricaciones Militares, en Buenos Aires.
El gremialista indicó que en ese encuentro se planteó la preocupación por las necesarias inversiones para seguir produciendo. En el caso de Río Tercero, sobre todo para el área metalmecánica. En esa línea, dijo que las autoridades respondieron que estaba la posibilidad de hacer un acuerdo con el Ejército Argentino para proveer insumos, pero que no “había nada definido” por ahora.
En caso de no concretarse esta posibilidad, ese sector de la Fábrica Militar “estaría en riesgo”, según opinó Salto.
En tanto, la unidad de producción química tiene menos sobresaltos por su mayor y estable producción.
A la vez, desde el gremio se sostuvo que en ese encuentro también se confió que “las sedes más complicadas son las de Jachal y de Azul”.
El gremio ATE se mantiene en estado de alerta y con trabajo a reglamento, ante el temor de despidos de personal, según se argumentó.
Salto citó que en esa reunión se planteó que la idea gubernamental es que Fabricaciones Militares se convierta en una Sociedad Anónima, en la que puedan participar capitales privados. De esa manera ya no dependería exclusivamente del Estado, como hasta ahora.