La restitución en el esquema fiscal del Impuesto a las Ganancias -que sería rebautizado- fue uno de los principales ejes de la reunión que funcionarios del Gobierno nacional mantuvieron este viernes con los gobernadores durante casi cuatro horas en la Casa Rosada.
La vuelta de este tributo sería la “moneda de cambio” para la aprobación de una nueva ley “bases”, aunque más acotada, con menos de 300 artículos, muchos de ellos vinculados con desregulaciones y con privatizaciones.
Las conversaciones por la vuelta de ese polémico tributo fueron remarcadas por el ministro del Interior, Guillermo Francos, en una conferencia de prensa luego de haber encabezado el encuentro junto con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
El intercambio, por momentos intenso, fue considerado como una primera reunión y las partes coinciden en que todavía queda mucho por acordar, ya que sobre el tema Ganancias aún no hay entendimiento. Como se sabe, muchos de los gobernadores (no todos) pretenden el regreso del impuesto para recuperar parte de los fondos que se les cayeron a las provincias.
En ese marco, los gobernadores de Unión por la Patria solicitaron que la cuarta categoría “afecte a los ingresos más altos”.
“El tema Ganancias lo conversamos, algunos gobernadores están de acuerdo y otros no. Quedamos en seguir hablando y se formará una comisión de ministros de Economía provinciales para seguir negociando”, sostuvo el ministro Francos.
Como se sabe, el encuentro se desarrolló sin la presencia del presidente Javier Milei. Concurrieron representantes de los 24 distritos.
Diferencias
Entre el Gobierno y las provincias existe una cerrada disputa acerca de cómo se le presentaría a la sociedad la restitución de Ganancias para ver quién paga el costo político de la medida.
Como se sabe, este gravamen sobre los salarios más altos de la economía fue eliminado sobre el final del gobierno anterior por decisión del entonces ministro de Economía, Sergio Massa, en campaña, con el apoyo de gobernadores que luego cambiaron de postura.
Inclusive Milei, por entonces diputado nacional, votó a favor de la desaparición del tributo con el criterio de que se debe bajar la carga impositiva en el país.
Según el Instituto Argentino de Análisis de la Realidad Fiscal (Iaraf), en el primer bimestre de 2024, las transferencias automáticas a las provincias cayeron un 11,7% real (es decir, descontando el efecto de la inflación) con respecto a igual período de 2023.
“La caída es explicada principalmente por el mal desempeño en la recaudación del Impuesto a las Ganancias”, con una disminución de 38,3% real interanual. En términos reales, el acumulado de transferencias automáticas a las provincias en el primer bimestre del año es el peor en nueve años, desde 2016.
El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, discrepa del regreso a un tributo como el anterior. Es partidario de ir por un esquema similar al aplicado en la cuarta categoría, pero no sobre los ingresos de los trabajadores, sino de las personas con altos ingresos formales.
La Casa Rosada pretende rebautizar el impuesto y llamarlo “impuesto a los ingresos personales”, lo cual iría en esa dirección. Para hacerlo, impulsa una ley separada de la ley “bases”. Como las provincias están urgidas por fondos y se quedan con el 70% de lo recaudado, impulsaría un trueque: que la oposición apruebe el paquete ómnibus a cambio del impuesto que les asegura fondos.
Si se restableciera el impuesto tal como regía hasta el año pasado, desde el 1º de enero deberían pagar los salarios situados por encima de $ 1.250.000 para empleados sin carga familiar y se actualizaría sobre la base de la inflación.
El neuquino Rolando Figueroa afirmó que el bloque de gobernadores de la Patagonia es contrario a la vuelta del impuesto. “Los patagónicos dejamos claro que no queremos el Impuesto a las Ganancias para nuestros trabajadores”, posteó.
