El lunes pasado, el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, encabezó una misa en la explanada de la Catedral en homenaje al papa Francisco, quien había fallecido en la madrugada de ese día.
La convocatoria de la máxima autoridad de los católicos cordobeses tuvo una fuerte presencia del “cordobesismo”, encabezado por el gobernador Martín Llaryora, el intendente capitalino Daniel Passerini y el exgobernador Juan Schiaretti, quien se sentó en primera fila, entre ambos gobernantes peronistas.
Llamó la atención la ausencia de los principales dirigentes opositores, al menos en el sector de los invitados especiales. Uno de los más enojados por esa situación fue el senador Luis Juez, quien asistió a la misa pero, según contó, se quedó “con la gente” cuando vio que el oficialismo había “copado” los primeros lugares.
“Tengo un almuerzo pendiente con el arzobispo Rossi, a quien le tengo un gran respeto y cariño, pero cuando comamos esos canelones que me prometió le voy a decir que se dejó copar la misa de Francisco por el PJ. Parecía más un acto peronista que un misa en honor a nuestro papa”, aseguró Juez en los días posteriores.
El radical Rodrigo de Loredo no asistió a la ceremonia porque horas antes había viajado a la Ciudad de Buenos Aires.
Desde el Arzobispado, comunicaron que fueron convocados los distintos gobernantes, miembros del Poder Judicial y legisladores nacionales y provinciales, quienes tenían reservados lugares entre los invitados especiales.
Más allá de las explicaciones del Arzobispado, Juez sigue convencido de que el oficialismo tuvo el objetivo de “copar” el homenaje en Córdoba por Francisco.
Reparto de ATP: quejas y denuncias del radicalismo
El gobernador Martín Llaryora encabezará este martes el acto de lanzamiento del denominado “acuerdo federal” entre la Provincia y los 426 municipios del interior, ya que la ciudad de Córdoba no está incluida. Este programa, que ya se está ejecutando, tiene tres patas fundamentales: refinanciación de deudas de los municipios con la Provincia, un fondo de préstamos para obras y los aportes del Tesoro provincial (ATP).
Precisamente, los ATP, unos 60 mil millones para este año que salen del 1% de la coparticipación provincial y se entregan de manera discrecional, son tema de debate entre los legisladores provinciales radicales.
En la Unicameral, el bloque radical está haciendo un minucioso estudio sobre los fondos que viene distribuyendo el ministro de Gobierno, Manuel Calvo.
Según los primeros datos que manejan los intendentes de la UCR, hay dirigentes de ese partido que estarían próximos a saltar al “cordobesismo”. Y se trataría de aquellos que administran localidades que recibieron más de cuatro veces el monto asignado a municipios que tienen el doble de cantidad de habitantes.
“Están comprando intendentes con los ATP. Eso queda demostrado en las planillas”, aseguró un legislador que fue intendente.
Desde en el PJ admiten que la estrategia será “la de siempre”: que los intendentes radicales desdoblen los comicios locales de los provinciales, en 2027. Además, el oficialismo les promete otra cuestión a los radicales que despeguen las elecciones: no le presentarán un candidato peronista fuerte ni el gobernador irá a hacer campaña a esos pueblos. Una oferta difícil de rechazar para intendentes que vayan por su reelección.
La lista “combinada” que empieza a sonar con más fuerza
En un escenario electoral atomizado en el que (salvo Rodrigo De Loredo) no hay candidatos “puestos”, empiezan a aparecen borradores con eventuales listas.
Quienes imaginan cómo podría ser la nómina liderada por De Loredo ubican en segundo lugar a la “patricista” Laura Rodríguez Machado e inscriben en el tercero a Gonzalo Roca, mano derecha de Gabriel Bornoroni tanto en la política como en la Fecac, la federación que reúne a los dueños de estaciones de servicio.
Roca es propietario de una estación de servicios en Villa Dolores y tesorero de la Fecac.
En medio de las tensiones entre De Loredo y Luis Juez, quienes arman el borrador de una eventual lista de “unidad opositora al peronismo” quieren ubicar en el cuarto lugar a una “mujer juecista”.