El jefe de Gabinete del gobierno de Milei, Guillermo Francos, sostuvo este martes que el gobernador Martín Llaryora “debiera estar contento con la Nación”, y defendió el envío de fondos para cubrir parte del déficit de la Caja de Jubilaciones de Córdoba.
En diálogo con La Voz en Vivo, destacó que la provincia tiene “una ciudadanía que entiende las causas profundas de la crisis económica” y afirmó que el Gobierno nacional tiene en Córdoba una imagen positiva “muy alta”.
Además, Francos relativizó el conflicto con los gobernadores por los aportes del Tesoro nacional y el Impuesto a los Combustibles y dijo que no hay vínculos rotos. Pero advirtió sobre el reclamo por más fondos: “En algunos casos, buscan limitar el impacto de la alta valoración que tiene Milei”.
–¿Se puede recuperar el vínculo con los gobernadores? ¿Qué balance hace de esa situación?
–En primer lugar, no creo que haya un vínculo roto. Puede haber diferencias de opinión con algunos con los que veníamos trabajando en conjunto. Hay un grupo de gobernadores que nos ha acompañado durante todo este período, especialmente en el primer tramo, cuando se sancionó la Ley Bases. También nos respaldaron cuando el presidente Milei vetó algunas leyes que generaban un impacto fiscal imposible de afrontar. Con ellos, por supuesto, vamos a seguir dialogando. Somos conscientes de que estamos en un período electoral, lo que complica las negociaciones, ya que cada gobernador lleva adelante su campaña en su provincia. Sin embargo, soy optimista. Creo que se puede llegar a acuerdos. En caso contrario, tenemos un gobierno, y en particular un Presidente, convencido de cómo debe llevarse adelante esta etapa. Aplicaremos los vetos necesarios y judicializaremos lo que haga falta en relación con las leyes vetadas y procuraremos llegar a las elecciones de manera razonable. Y como señalan muchos analistas, creemos que obtendremos un resultado electoral que nos permitirá contar con un bloque más sólido tanto en Diputados como en el Senado.
–¿Qué sucedió en la relación con esos gobernadores? En el reclamo, hubo unanimidad entre ellos, a pesar de pertenecer a fuerzas políticas y estilos muy distintos. ¿El Gobierno no hace una autocrítica sobre ese vínculo?
–Por supuesto que siempre hay que hacer autocrítica. En la gestión de gobierno se cometen errores y a veces no se presta suficiente atención a ciertas señales que pueden enviar uno o varios gobernadores. Pero también hay que entender cómo suelen ser las relaciones entre el Gobierno nacional y las provincias. Los gobernadores siempre le piden al Gobierno nacional, y este trata de dar lo menos posible, porque lo contrario genera un déficit que no puede sostenerse. La política de este gobierno es muy clara en ese sentido. En cuanto al reciente encuentro en el CFI (Consejo Federal de Inversiones), los temas principales fueron los aportes del Tesoro nacional y el Impuesto a los Combustibles. Los ATN surgen de la Ley de Coparticipación, que deriva un 1% de los fondos para atender emergencias provinciales. A lo largo de la democracia, estos fondos se han distribuido de distintas maneras: a veces no se repartieron, en otras ocasiones sólo se entregaron a gobernadores del mismo signo político, y en otros casos se destinaron a emergencias. Nosotros no tenemos gobernadores propios; por lo tanto, no hemos utilizado criterios partidarios para su distribución. Sí atendimos emergencias concretas, como incendios, lluvias e inundaciones. Por ejemplo, en Bahía Blanca creamos un fondo especial de 200 mil millones de pesos. Lo que proponen los gobernadores, o lo que inspiró al Senado para otorgar media sanción a ese proyecto, es que se coparticipen esos fondos. Veremos cómo avanza en Diputados y, si se aprueba, actuaremos en consecuencia, tal como ya anunciamos. Además, si se cortan esos fondos, las provincias deberían asumir las funciones de atención de emergencias. Por ejemplo, si una provincia tiene una crisis financiera, ¿se va a hacer cargo el conjunto de las provincias? Me parece una medida generalista, que no contempla las distintas realidades y que además impacta fiscalmente en la Nación.
–Mencionó que hay un grupo de gobernadores con los que desea conversar. ¿Está entre ellos el gobernador Martín Llaryora? ¿Cuál es la posición del Gobierno Nacional respecto de Córdoba?
–Con el gobernador Llaryora hemos tenido buenas conversaciones. Intentamos solucionar uno de sus principales reclamos: el déficit de la Caja de Jubilaciones. Llegamos a un acuerdo para otorgarle un flujo mensual que ayude a mejorar la situación del déficit. Por supuesto, siempre tiene reclamos para hacer. Pero considerando las situaciones de gobiernos anteriores, creo que el gobernador Llaryora debiera estar contento con la Nación. Siempre por su propia personalidad está demandando más y no lo cuestiono. Es su rol como gobernador. Córdoba es una provincia muy particular, donde la gente tiene mucha inclinación a entender las causas de la crisis económica. Es una provincia que históricamente ha sido bien administrada. Hoy, vemos en Córdoba encuestas muy, muy favorables, tanto en imagen presidencial como en intención de voto para las legislativas. Tal vez se dé una de nuestras mejores elecciones en octubre, como también lo fue en la presidencial. Y entendemos que Llaryora es consciente de esta realidad. Como todos los gobernadores. Por eso, como señalé al principio, se mezclan las necesidades de sus provincias y el contexto político nacional. Saben que Milei tiene una valoración muy alta en muchas provincias, y en algunos casos buscan limitar ese impacto. Es una manera de intentar horadar el resultado de las elecciones.
Una relación dificultosa
-En el planteo de los gobernadores, se habla de una gestión muy dificultosa para las cosas concretas, como las rutas, por ejemplo. ¿Observa eso? ¿Eso es parte del diálogo con los gobernadores?
-Siempre eso es parte del diálogo con los gobernadores. El desastre de la Argentina que heredamos no es solamente macro: el desastre de infraestructura también estaba vigente en diciembre del 2023. Eso demanda inversiones enormes. Tenemos una expresidenta presa y un conjunto de funcionarios que están presos por el desastre y el manejo delictivo de los fondos de Vialidad Nacional. Eso pasó y no podemos cerrar los ojos. El desastre de la infraestructura viene de muchos años y demanda inversión. Obviamente, esa inversión demanda esfuerzo. ¿Existen los fondos para hacer esa inversión en un año y medio? No. En un año y medio no se mejora la infraestructura del país ni se solucionan los problemas. Va a llevar tiempo. ¿Si nos debemos hacer una crítica respecto de este reclamo de los gobernadores? Sí, por supuesto. Tal vez no hemos sido tan eficientes, preocupados por estos temas de la reorganización del Estado, en atender algunos reclamos que nos han hecho varios gobernadores respecto del pase de rutas en las provincias. Eso sí lo podemos asumir y lo podemos conversar.
La relación con Juez y el voto “sorpresa”
–Señala que algunos gobernadores intentan erosionar al Gobierno, pero Luis Juez votó a favor de dos proyectos que ustedes consideran riesgosos en términos fiscales. ¿Qué opina de ese voto?
–El senador, como lo manifestó en su discurso, tiene una visión personal sobre el tema de discapacidad, producto de su historia de vida. Y respecto de las jubilaciones, supongo que se vio sensibilizado por la situación de todo ese sector, algo que también nos preocupa y nos sensibiliza. Pero una cosa es la sensibilidad y otra son los recursos disponibles. El Gobierno debe equilibrar necesidades con recursos. Todos tenemos sensibilidad, pero quien gobierna enfrenta restricciones reales. Esa es la diferencia entre querer ayudar y poder hacerlo. Es muy distinto cuando uno le quiere hablar con el corazón, porque la sensibilidad la tenemos todos, pero quien tiene la responsabilidad de gobernar es quien gobierna. Y veces quien gobierna tiene que manejar su propia sensibilidad sabiendo que tiene recursos escasos para necesidades infinitas.
-Entonces, ¿la postura de Juez no dañó su relación con el Presidente?
-Eso habría que preguntárselo al Presidente. Yo no lo puedo decir. Sí me sorprendió el voto de Juez en el tema de las jubilaciones, sinceramente.