Luego de recuperar su libertad tras ser arrestado por hacerle “fuck you” en una calle al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, el joven Germán Malkiewiez hizo público el calvario que vive debido a no poder referirse -por restricciones judiciales- a la causa que enfrenta, acusado de “atentar” contra el mandatario formoseño.
“La causa se inició contra Germán por un gesto que le hizo a Insfrán y la persecución contra él continúa ahora contra su libertad ambulatoria. Germán tiene un impedimento para hablar en las redes sociales y ante la prensa sobre lo que pasó. Germán esté dando la cara y está acá para demostrar que los jóvenes quieren apostar a vivir en una provincia en libertad. Él no puede referirse a la causa ni al Gobernador”, comentó Julieta González, la abogada del joven de 27 años, en una entrevista a LN+ en la que debió hablar más ella que su representado.
Qué dijo Malkiewiez, el joven detenido en Formosa
Malkiewiez sólo pudo dar pocos detalles sobre lo que vivió la semana pasada en una avenida formoseña y terminó con él siendo reducido por la seguridad de Insfrán.
“Ese día fui a comprar una garrafa para tener de reserva, por eso la tenía en la moto. Tengo miedo por mis familiares. Vivo con mis cuatro hermanos, mi abuela, mi tío y mi madre. El día a día acá es complicado, siempre estamos apretados económicamente y sin poder expresarnos como queremos”, dijo el acusado por Insfrán, en diálogo con LN+.
En tanto, su abogada continuó el relato. “Esta es una provincia que el gobierno está con este régimen de hace más de treinta años, comete errores y tiene intolerancia política. Esos errores son peligrosos para la sociedad. Insfrán es un dictador en tiempo de descuento. El juez está sometido, la provincia vive al margen de la República. La Justicia se activa y acelera contra los que piensan distinto”ó.
Malkiewiez circulaba en su moto cuando en el semáforo de la intercepción de la avenida Néstor Kirchner con la calle Trinidad González se le puso al lado la camioneta oficial que llevaba a Insfrán y a su comitiva. En ese momento, el motociclista -que trasladaba una garrafa y tal vez reaccionó ante una maniobra vehicular- no dudó y le hizo el gesto obsceno, sin pensar lo que más tarde le iba a suceder.
