El Gobierno provincial sufrió este domingo una histórica derrota en Marcos Juárez, donde apostó por Verónica Crescente, ex-mano derecha de Pedro Dellarossa, para arrebatarle a Juntos por el Cambio su “kilómetro cero”. El resultado fue tan demoledor que los funcionarios provinciales que poblaron la ciudad a la espera de un palco victorioso no encontraban una explicación.
Carlos Massei, ministro de Desarrollo Social y jefe del peronismo en el departamento Marcos Juárez, intentó que el daño no se expanda.
La derrota del PJ de Schiaretti en Marcos Juárez
“Quien quiera nacionalizar o provincializar la elección se equivoca”, dijo a apenas pasadas las 20, luego de que Verónica Crescente admitiera la derrota, tan contundente como inesperada por la diferencia. Fue el único funcionario provincial en hablar, como manda el manual.
La expectativa en el peronismo era claramente otra: por eso viajaron a Marcos Juárez (además de Massei, instalado en esta ciudad desde varios días atrás) los ministros Paulo Cassinerio (Vinculación Comunitaria), Sergio Busso (Agricultura) y Facundo Torres (Gobierno); el titular de Deportes, Héctor Campana; el viceintendente Daniel Passerini; y el legislador Oscar González, entre otros.
También estaba Roberto Sposetti, estratega del gobernador en el plano comunicacional.
Incluso, una avanzada de la custodia oficial alimentó el rumor de que Schiaretti viajaría a la ciudad, al igual que Martín Llaryora.
La contundencia del resultado desalentó cualquier incursión, y finalmente tanto Schiaretti como Llaryora hicieron públicas sus felicitaciones a Majorel a través de sendos tuits.
“Tengan la certeza de que vamos a seguir trabajando junto a la Municipalidad de Marcos Juárez”, escribió el mandatario provincial. “Esta elección ha dejado en claro que cuando una gestión es bien valorada por sus vecinos, aún con buenos candidatos al frente, es difícil derrotarla”, escribió Martín Llaryora. No es un mensaje inocente: el intendente capitalino deja claro nuevamente que su estrategia de campaña será apostar a la gestión.
Sin encontrar un discurso unificado, Cassinerio ensayaba otra respuesta en el lobby del hotel donde se congregaron los funcionarios provinciales a la espera de los resultados.
“Un primer análisis posible, es que en esta ciudad que es un bastión del antikirchnerismo, ante la situación vivida por la vicepresidente, la población haya decidido apoyar a Juntos por el Cambio que trajo a sus tres candidatos presidenciales. El peronismo de Córdoba no alimenta la grieta, y eso puede habernos dejado fuera del radar. Pero es prematuro sacar conclusiones”, dijo el ministro cuando la tendencia era irreversible.
Se refiere a Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, los tres con sobrevuelos en la campaña de Majorel-Dellarossa.
“Gran papelón”
En paralelo, otros importantes funcionarios del Gobierno provincial hablaban de “gran papelón” y le reprochaban a Massei el “haber subestimado” a Pedro Dellarossa. “Otra vez, la enseñanza es que la política no se hace con encuestas”, agregaron, antes de partir al búnker céntrico de “Unidos”, el nombre de la franquicia local de Hacemos por Córdoba. A 300 metros, los militantes de Juntos por el Cambio bailaban en la calle.
A las 20.07, Crescente reconoció la derrota a viva voz, sin que le acercaran un micrófono: “Los resultados son contundentes”, dijo con la voz quebrada.
Y agregó: “”He felicitado personalmente a Sara”. No mencionó a Dellarossa, su vecino –viven separados por una calle, como en la cumbia– en esta ciudad con alma de pueblo.
Aunque los funcionarios provinciales hacían un esfuerzo desesperado por despegar a Schiaretti de la paliza, Crescente le agradeció al gobernador “que puso todo en la campaña”. Además de varias visitas, el mandatario dijo que sería el “garante” de las promesas de su candidata. Jugó a fondo y perdió.
En el cierre de su breve discurso ante un puñadito de fiscales, Crescente dijo: “No puedo dejar de agradecer a Unión Vecinal, a todo el equipo del PJ y al ministro Massei y a (la legisladora) Julieta (Rinaldi). En la democracia hay que respetar la voluntad del pueblo”.
El palco que estaba contratado no fue armado. El peronismo esperaba que, sobre él, Schiaretti y Llaryora le levantaran las manos a Crescente.
La foto que no fue iba a servir como detonador de la candidatura a gobernador del intendente capitalino y de la proyección nacional del “modelo Córdoba”, esa construcción “por encima de la grieta” que imagina el mandatario provincial para 2023.
Con más de 16 puntos de ventaja, Juntos por el Cambio convalidó su supremacía en el corazón de la “zona núcleo”, histórica aliada de Hacemos por Córdoba.
La coalición se entusiasma con la elección por la Gobernación, aún sin fecha confirmada. Pero también Dellarossa mostró su poderío territorial: “Esta claro que él es el dueño de los votos y los traccionó a favor de Majorel”, dijo otro funcionario provincial, advirtiendo la incidencia que podría tener su prédica en la elección provincial.
