El anuncio de que Argentina abrirá la importación con ventajas impositivas para determinados alimentos, envasados y productos de higiene, pegó duro en Córdoba, una provincia de perfil netamente agroindustrial.
El rechazo fue manifestado a través de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), que, en contraposición a esa medida, pidió la liberación de todos los insumos necesarios para la fabricación de bienes.
Pero la queja también se expresó a través de los productores de carne porcina y de los agricultores que realizan actividades como la producción de papas, incluidas en la por lo menos polémica apertura.
Desde el supermercadismo, de paso, también aparecieron voces que cuestionan la arremetida del gobierno de Javier Milei contra la política de ofertas. “Son estrategias de promoción que para nada inciden en la inflación”, argumentan en el sector.
La UIC le solicitó al ministro de Economía, Luis Caputo, que directamente liberara las materias primas importadas “para competir de manera justa” con los productos que ingresarán con ventajas impositivas.
Como se sabe, desde el Gobierno anterior existe un fuerte cepo sobre las importaciones, complicadas por la falta de dólares para pagarlas. Pese a la aplicación de un bono especial -el Bopreal-, el flujo no se ha normalizado hasta el momento.
Caputo, en una reunión con seis grandes jugadores del retail, Carrefour, Coto, Cencosud (Jumbo y Disco), Changomás, La Anónima y Día, les reclamó que no aceptaran listas de precios con aumentos, que cortaran las promociones del tipo 2x1 y que fijaran en góndolas el precio real de alimentos, bebidas y artículos de higiene.
Pero, acto seguido, habilitó a que se importaran con flexibilidades tributarias carne porcina y derivados, papas, bananas, atún en lata, café, cacao y productos de higiene. Para la UIC, esta actitud podría tener consecuencias “para el sector productivo y su cadena de valor”.
Pidió, en consecuencia, “evitar asimetrías o privilegios en favor de los importadores, como podría suceder con los plazos de pago en un mercado cambiario actual”.
El ministro de Producción, Pedro Dellarossa, respaldó el comunicado de la UIC y señaló que si bien “el país necesita apertura”, los “consensos son la forma de poder avanzar en esta situación”.
“Tenemos entendido que la lista incluye los alimentos que no se producen en el país (café, cacao o atún), y que también hay otra lista con alimentos que sí se producen aquí”, indicó a este medio. “No podemos, en este momento, pensar en la pérdida de puestos de trabajo”, afirmó.
Más críticas
La Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Carne de Cerdo (Caicha) y la Federación Porcina Argentina rechazaron de plano la apertura. Las decisiones de Caputo “son sumamente discriminatorias con la industria nacional, que deberá competir en desigualdad de condiciones”.
Las entidades señalaron que, desde principio de año, el precio del cerdo en pie ha caído más del 35%, pasando de $ 1.155 a $ 744 y presionando a la baja los precios de los productos porcinos que compran los consumidores argentinos. “Quizás esa tendencia no se ve reflejada en algunas grandes cadenas, ya que las promociones terminan ocultando los precios efectivos”, le devolvió la cámara porcina a los supermercados.
Larry Bartoloni, dirigente de Pormag y del clúster Cadena Porcina de Córdoba, dijo a La Voz que el Gobierno “debería trabajar sobre los costos” que paga la producción. “La medida no va a servir, sólo va a beneficiar a los supermercados, que se quedarán con un margen mayor, sin trasladarlo al consumidor”, refirió.
“Este es un sector que puede no ser fantástico, pero viene trabajando bien pese a las dificultades que siempre plantea la economía argentina. No se puede improvisar así y fundir a las empresas”, insistió Bartoloni. En Córdoba, hay más de 70 establecimientos productores de porcinos y media docena de frigoríficos que faenan cerdos.
El desconocimiento de la situación también afecta a otra actividad en la que la provincia se destaca: la producción de papas en Traslasierra. Juan Perlo señaló que en la actividad “los costos son altos y además se está concentrando la producción”.
El titular de la Asociación de Productores Hortícolas de Córdoba (Aproduco) remarcó que, para obtener rentabilidad, “hay que sacar como mínimo mil bolsas por hectárea y producir de 100 hectáreas para arriba, con semillas libres de virus”.
Por esa presión de costos, la bolsa de 20 kilogramos no se puede comercializar por menos de $ 5 mil, dijo Perlo. “Eso da de base 250 pesos por kilogramo, de piso en el mercado. Va de ahí para arriba, según distintos factores”, refirió. “No saben de lo que hablan”, aseguró.
Desde el supermercadismo, Santiago Tarquino, gerente de un conocido híper de esta Capital, consideró “extraño que los descuentos o promociones que se realizan en los supermercados distorsionen los precios”. “Sólo son incentivos de venta, los supermercados no forman precio, trasladan lo que reciben de la industria con márgenes que son siempre iguales”, indicó.
“Lo importante sería que los productos estuvieran sobreofertados y no faltaran”, evaluó el ejecutivo.
