Los incendios en Córdoba están controlados, pero se mantiene el riesgo de que se reaviven. El fuego será una amenaza latente mientras se mantenga la sequía. Lo que tampoco se apagará es el ruido político. Detrás de las densas columnas de humo en las Sierras, asomaron las disputas y las especulaciones electorales.
Tarde, desde la Casa Rosada salieron este viernes a enumerar la asistencia del Gobierno nacional a Córdoba. Fue una tibia reacción a las agrias críticas que recibió el presidente Javier Milei por no haber bajado a tomar contacto con los bomberos y las víctimas de los incendios en su breve –y aérea– visita del miércoles pasado a Córdoba.
Los libertarios cordobeses le endilgan al Gobierno provincial, o al menos a algunos de los funcionarios del gobernador Martín Llaryora, una supuesta campaña para tratar de esmerilar a Milei.
Según la versión de los libertarios, el Presidente nunca dijo que iba a bajar en la Base Operativa de Capilla del Monte, donde los bomberos se formaron para recibirlo. Creen que hubo una estrategia comunicacional del oficialismo provincial para dejar mal paradoal Presidente.
Gabriel Bornoroni, presidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, fue muy crítico con la gestión llaryorista. El domingo pasado, en uno de los peores momentos de los incendios, en sus redes sociales le apuntó a un talón sensible para el oficialismo provincial: mostró números de que el año pasado la anterior gestión peronista de Juan Schiaretti gastó 28 mil millones de pesos en publicidad y sólo 5.800 millones en el programa de Prevención de Lucha Contra el Fuego.
“Juez no habla y ahora aparece Bornoroni, y con el mismo discurso del ‘Petiso’ (por Juez)”, describió con ironía un encumbrado funcionario llaryorista.
Varios legisladores provinciales oficialistas salieron a responderle al diputado libertario, quien no oculta su aspiración de ser candidato a gobernador opositor en 2027.
La respuesta desde el Centro Cívico a Bornoroni y a otros opositores locales, como el radical Rodrigo de Loredo, fue la buena sintonía que mostró el presidente Milei con el gobernador Llaryora en su corta estadía en Córdoba.
“¿Qué van a decir ahora Bornoroni y De Loredo, luego del trabajo en conjunto que muestran la Provincia y la Nación?”, tiró otro ministro provincial.
Llamativamente, Luis Juez, el opositor más férreo de la gestión llaryorista, se mantuvo en silencio. El senador nacional aplicó una estrategia distinta a la de De Loredo, su socio político: no hablar y pedir a sus legisladores provinciales que hicieran propuestas, como por ejemplo la creación de una “fiscalía ambiental”.
El senador también sorprendió en el Congreso nacional, cuando reclamó a viva voz –por momentos al borde del llanto– que la Nación declare en Córdoba la “emergencia ambiental, económica y habitacional”.
El estallido de Juez fue con los seis senadores libertarios que no apoyaron esa iniciativa. El pedido de tratamiento sobre tablas fue realizado por la senadora Alejandra Vigo (PJ cordobés), en un acuerdo con los otros dos senadores cordobeses.
Juez había conseguido un guiño del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para impulsar el pedido de emergencia. “El Gobierno nacional debe dar una muestra de sensibilidad con los afectados, para la reconstrucción”, habría sido el argumento del senador para convencer al jefe de los ministros.
Pero a la hora de la votación, de los seis senadores libertarios, tres se abstuvieron y otros tres se retiraron. Esos votos no fueron necesarios. Hubo una amplia mayoría de 51 senadores que dieron la media sanción a la emergencia en Córdoba. Ahora pasa a Diputados.
Juez se sintió traicionado por sus pares oficialistas. Sus colaboradores más cercanos aseguran que el senador aún no sabe quién dio la contraorden a los libertarios. Dicen que Francos no fue.
“No es para recibir una cachetada en la nuca, cuando yo vengo poniendo el pecho por este Gobierno”, dijo en su enfervorizado discurso, en referencia a los senadores libertarios que desnudaron el desmanejo político que existe en la gestión de Milei.
“Remediación”
En tanto, Llaryora siente haber salido menos golpeado de lo que esperaba, tras esta catástrofe ambiental. Al menos es lo que dicen convencidos sus funcionarios más cercanos. Por ser el gobernador, es el responsable político de que se hayan quemado más de 45 mil hectáreas en una semana.
Este viernes, Llaryora presentó el “plan de remediación” para las zonas afectadas. La Provincia destinará 15 mil millones de pesos en este programa.
Para los funcionarios llaryoristas, lo más importante fue lo simbólico, en la diferenciación que siempre intentan con la gestión libertaria nacional.
El gobernador se mostró otra vez con los bomberos y los pobladores afectados. Esas fotos que difundió la Secretaría de Prensa oficial contrastan con la otra imagen que publicaron los medios el miércoles pasado: los bomberos formados en Capilla del Monte y el helicóptero presidencial pasando a varios metros de altura.
El plan oculto de Llaryora es mostrarse colaborativo en la gestión con el Gobierno nacional, pero marcar diferencias con el Presidente. En el Centro Cívico, consideran que Milei seguirá perdiendo adhesión social, aunque en Córdoba esta sigue siendo superior al 50%.
En el oficialismo provincial siempre sobrevuela una visión tan optimista que a veces no se condice con la realidad. Parece difícil que un espacio político que lleva un cuarto de siglo en el poder saque réditos de una tragedia ambiental.
