La industria metalúrgica, metalmecánica y autopartista en su conjunto alertó que con la actual carga tributaria de la Argentina se achican drásticamente las posibilidades de ganar mercados en el exterior, pese a las oportunidades que se avizoran en distintos ámbitos.
La advertencia se produjo a través de un trabajo elaborado por 11 entidades sobre la base de datos públicos y alcanzan ítems directamente involucrados con la competitividad de los productos que se fabrican en el país.
En síntesis, cualquier producto, elaborado sobre la base de la chapa como principal insumo, desde una heladera o un lavarropas, a un acoplado o una cosechadora, paga impuestos que van del 26% al 40%, sin contabilizar el IVA.
El trabajo fue suscripto por Admira, Afac, Fedehogar, Fabricantes de Tubos de Acero y Caños, Cafma y Propymes, entre otras.
Según el informe, la industria es el principal sector transable de la Argentina y el mayor generador de empleo formal. Aporta el 20% del PBI, el 63% de las exportaciones, el 19% del empleo privado registrado y el 22% de la masa salarial total.
En ese aspecto, reúne 1,2 millones de empleos directos y salarios un 16% superiores al promedio.
El trabajo también intenta despejar un asunto crítico: la industria es superavitaria en U$S 105.500 millones más que nada por la sustitución de importaciones que alcanza los U$S 90 mil millones.
En lo estrictamente vinculado con su balanza de importaciones y exportaciones, el saldo es positivo en U$S 15.500 millones.
En ese contexto, de acuerdo con las 11 cámaras sectoriales, las actividad metalúrgicas integran el complejo más importante de la industria y “explican el 5,6% del PBI de Argentina”.
Son 17 mil empresas, más del 90% de nivel Pyme, en su mayoría de capital nacional, con presencia en todo el país. Generan 350 mil empleos directos que suman el 30% del empleo industrial total.
Con la oportunidad que implica el desarrollo de Vaca Muerta, la minería, las energías renovables y la foresto industria, las metalúrgicas podrían alcanzar ventas incrementales por U$S 7.400 millones por año durante los próximos 10.
Pese a su potencialidad, el sector tiene un muy restringido acceso al crédito, situándose en el lugar 132 sobre 141 países. En Latinoamérica está detrás de Chile (102), Brasil (72), Paraguay (53), México (33) y Uruguay (29).
A esa barrera se agrega que los plazos de los préstamos son más cortos (cinco años contra 16 de Brasil), con tasas que alcanzan hasta el 110%.
Otra dificultad es la logística: Argentina se ubica en el puesto 72 sobre 138 países, entre las naciones de “mínimo desempeño”, por la baja eficiencia de sus sistemas portuarios, el limitado transporte ferroviario y una infraestructura vial en general deficiente, muy afectada por regulaciones.
En el capítulo salarial, las cámaras metalmecánicas y autopartistas destacan que es “el más alto de los países de la región y un 25% más elevado que el promedio”. Aparece, asimismo, una impactante incidencia de los juicios laborales con un promedio de 114 cada 10 mil trabajadores, versus 9,5 en España y 5,8 en Chile.
Al citar datos del Banco Mundial, las entidades se meten con las habilidades del capital humano. En formación y conocimiento el país obtiene el mejor posicionamiento, pero empeora cuando se califica la fuerza laboral futura y las habilidades digitales. Así, queda en la mitad de la tabla.
Carga tributaria
Finalmente, las entidades abordan la cuestión central de la carga tributaria. “En puerta de fábrica y sin IVA (la actividad) tiene en promedio una carga impositiva del 32%, el doble que en Brasil y México”, sostiene el estudio.
“De esta carga impositiva, un tercio son impuestos distorsivos, que no existen en otros países como Brasil y México”, agrega. “Los impuestos explican en promedio el 44% del precio final de los bienes metalúrgicos”, cuando se incluye el IVA, recalca.
En los productos vinculados con el agro (estructuras metálicas, silos, remolques, acoplados, sembradoras, secadoras, etcétera) es donde se produce la mayor incidencia que va del 32% al 40%.
En los vehículos cero kilómetro, ronda el 33% (versus el 16% de Brasil), y en artículos del hogar se sitúa en el 26% y 29%, el doble respecto del principal socio del Mercosur.
En un acoplado, por ejemplo, el 33% son impuestos como débitos y créditos (3%), ingresos brutos (6%), sellos (1%), tasas municipales (2%) y 22% de otros tributos.
En el caso de un lavarropas, el 43% son impuestos, versus 40% de Brasil y 26% de México. Lo mismo sucede con una cocina o un termotanque. Para una heladera la carga es similar, 42%, contra 25% de México y 38% de Brasil.
