La Justicia federal decretó el secreto de sumario en la investigación sobre el avión de carga venezolano con tripulación de nacionalidad iraní que se encuentra desde la semana pasada en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini. La aeronave quedó varada luego de haber pasado por Córdoba y partir desde Ezeiza hacia Uruguay, donde se rechazó su ingreso. La Justicia informó que el avión no está secuestrado.
Al abrir su despacho este lunes, el juez federal Federico Villena ordenó a la Dirección de Migraciones –que depende del Ministerio del Interior– que retuviera el pasaporte de los cinco tripulantes iraníes (alojados en un hotel) y se le tomaran las huellas digitales, por lo que no podrán salir del país al menos por las próximas 72 horas. Fuentes judiciales aclararon que no están detenidos.
Más tarde, el juez Villena dictó el secreto de sumario por pedido de la fiscal Cecilia Incardona, quien abrió un expediente en torno del avión de la empresa venezolana Emtrasur.
El asunto ya trascendió los tribunales. Este domingo, en representación de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia), su titular Jorge Knoblovits pidió que citen a declarar como testigos al diputado nacional Gerardo Milman (PRO-Bullrich), quien alertó sobre el avión; al flamante titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, y al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, entre otros funcionarios.
A su vez, el bloque de diputados nacionales radicales pidió la interpelación del canciller Santiago Cafiero. “Queremos saber si el avión venezolano con tripulantes iraníes tiene vinculación con acciones de inteligencia de Teherán. Pesan como antecedentes los dos atentados terroristas y el pacto K con Irán de 2013″, dijeron los diputados de la UCR.
Al respecto, la fiscal Incardona investiga si los tripulantes iraníes tienen vínculos con grupos terroristas internacionales.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, explicó que al entrar al país ninguno de los tripulantes del avión contaba con alertas rojas, pero “con posterioridad al ingreso se recibe por distintos canales información de organismos extranjeros que advertía de la pertenencia de parte de la tripulación a empresas relacionadas con la fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán”.
“La Argentina tiene respeto y relación con todos los países soberanos, pero si hay situaciones de esas características, debe tomar determinadas acciones”, explicó Fernández a la prensa.
Entre estas acciones, por ejemplo, figura la prohibición de vender combustible a aviones que cuenten con un alerta sospechosa. De ahí que la nave está inmovilizada.
Sobre los tripulantes iraníes, Aníbal Fernández aclaró que “nunca se les negó la posibilidad de que pudieran moverse en Argentina con un permiso provisorio”, pero había “alguna complicación en papeles de la aeronave y situaciones que revisar y definir”, ante las denuncias de organismos internacionales.
El canciller Santiago Cafiero afirmó que el Gobierno espera que el juzgado determine “el procedimiento a seguir” respecto del avión en el que viajaban 14 venezolanos, además de la tripulación iraní.
Cafiero dijo que el país aún no tuvo “ningún tipo de requerimiento diplomático de Venezuela. Es estrictamente una cuestión de seguridad. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) actuó bien, conforme a las normativas, y pasó a ser (un tema) judicial. Cuando se determine en el juzgado el procedimiento a seguir, será lo que vamos a hacer”, explicó.
Proveniente de Caracas, Venezuela, y con destino a Ezeiza, el lunes 6 de junio el Boeing –que transportaba autopartes– hizo una escala en el aeropuerto Ambrosio Taravella de Córdoba, a donde había sido desviado por niebla. La Justicia también investiga si en esa escala se abrió la bodega y se bajó algo antes de llegar al aeropuerto internacional de Ezeiza, a las 15.30 de ese mismo día. El 8 de junio el avión partió rumbo a Montevideo, pero debió volver a Ezeiza al no admitirse su llegada a Uruguay.
“Las fuerzas de seguridad argentinas lo retuvieron” y eso derivó en la investigación, que “todavía no tiene resultados”, dijo Cafiero.
“Este tema por supuesto que activa todas las sensibilidades y es algo totalmente razonable. Queremos ser muy cautos y separar las cosas. Nosotros seguimos con nuestros reclamos al gobierno iraní de que exista colaboración para la investigación de fondo en la causa Amia y es algo que vamos a seguir permanentemente reclamando”, dijo Cafiero.
“Al dejar entrar este avión, se puso en riesgo no sólo la seguridad de todo nuestro país, sino de América del Sur. Dejar ir a los tripulantes sin haberlos indagado al respecto (...) sería una oportunidad perdida de poder ayudar a combatir el terrorismo internacional”, dijo la Daia en su denuncia.
De acuerdo con información difundida por la agencia de noticias AFP, Irán vinculó el episodio del avión a la tensión creciente entre Teherán y países occidentales por cuestiones nucleares y consideró y lo atribuyó a “operaciones” para sembrar “sospechas” en su contra.
“Las últimas semanas están llenas de propaganda, operaciones psicológicas, guerra de palabras para provocar un sentimiento de inseguridad (en Irán) y este caso forma parte de ello”, afirmó el portavoz iraní del Ministerio de Asuntos Exteriores, Said Khatibzadeh, según consignó la agencia internacional. El funcionario agregó: “Creo que hace más de un año, según la compañía (iraní) Mahan Airlines, que el avión fue vendido a Venezuela”.
La autopartista SAS Automotriz Argentina SA aclaró que se contrató el avión para “el transporte de componentes destinados a la producción de paneles de instrumento y asientos para el modelo Taos, provenientes de la ciudad de Querétaro, México”. “La relación entre el forwarder y la compañía aérea para que las mencionadas piezas lleguen a la Argentina es algo que SAS Automotriz Argentina SA desconoce y no tiene relación alguna”, dijo la empresa a través de un comunicado. La carga fue liberada luego del control aduanero.
