Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) arribará en los próximos días a Buenos Aires para avanzar en el diseño de un nuevo acuerdo, que incluiría un desembolso de dólares frescos para fortalecer las reservas del Banco Central y favorecer la salida del cepo.
Así lo acordaron el presidente, Javier Milei, y la titular del organismo internacional, Kristalina Georgieva, durante una reunión que por 70 minutos mantuvieron este domingo en Washington.
“Fue una excelente reunión. Discutimos el progreso de nuestra cooperación”, enfatizó la funcionaria tras el encuentro, al tiempo que indicó que “un equipo del Fondo va a viajar a Buenos Aires la semana que viene a Buenos Aires para trabajar en un nuevo programa”.
Goeorgieva dijo que la intención en trabajar “con rapidez” para cerrarlo, aunque no dio plazos y aseguró que “el resultado será una Argentina más próspera”.
La reunión se dio en el marco de la visita que MIlei está realizado a Estados Unidos, invitado especialmente para participar de la toma del mando de Donald Trump.
Junto a Milei también estuvieron presentes su hermana Karina Milei, y el ministro de Economía, Luis Caputo.
Al cruzarse con la prensa, Georgieva volvió a destacar los resultados del programa económico que está llevando adelante Milei y sostuvo que “los argentinos están comenzando a percibir los beneficios”.
El viernes el FMI publicó su documento de World Economic Outlook (WEO) –Perspectiva de la Economía Mundial- correspondiente a enero donde ratificó que la economía argentina crecerá 5% en 2025 y 2026, elevando la previsión para ese año.
Georgieva puso énfasis en el convencimiento de Milei para abordar reformas y en ese sentido dejó una frase que puede interpretarse como un guiño al pedido del Gobierno argentino por nuevos fondos: “El impulso para las reformas es fuerte y por eso es un buen momento para darle más viento a las velas de la Argentina”.
El FMI valora que la inflación está cayendo más rápido de lo que habían pronosticado y que la recuperación económica también se está dando en plazos más breves.
“Argentina está superando los avances en la reducción de la inflación, tan importante para la gente porque la inflación es un impuesto y es un impuesto que golpea más duramente a los más pobres. La economía está creciendo y lo hace más rápido de lo que habíamos previsto y, lo que es muy importante, la gente apoya las reformas”, indicó Georgieva.
Si bien de ambos lados comparten el rumbo, la diferencia está en las herramientas a utilizar en esta nueva etapa del programa, especialmente en el esquema monetario y cambiario a utilizar.
El staff técnico del FMI reiteró en varias ocasiones que el Gobierno debe salir del cepo y dejar flotar libremente el peso, sin intervenciones del Banco Central. Una acción de este tipo conlleva el riesgo de una disparada del tipo de cambio.
Por eso Milei y Caputo no están dispuestos a dar ese paso y a cambio solicitan un respaldo financiero para tomar ese camino.
Para el presidente el piso de ese apoyo es de U$S 11.000 millones, pero además de la cifra a acordar hay un punto delicado que es el formato con el que ese dinero llega a las reservas del Banco Central.
Si hay un nuevo programa con el FMI y eso incluye más endeudamiento, deberá pasar sí o sí por el Congreso, lo cual no es una batalla que Milei quiera dar en el año electoral.
En algún momento se especuló con la posibilidad de que el “nuevo acuerdo” sea una simple ampliación del que terminó en 2024 y se incorporen los U$S 10.000 millones que no le fueron girados al gobierno de Mauricio Macri. En ese caso, la participación del Parlamento podría eludirse, aunque se descuenta que habrá presentaciones judiciales que puedan complicar el escenario.
Una tercera variante sería que el FMI ponga a disposición de Argentina un fondo de contingencia, para que sea usado en caso de ser necesario, esquema similar al que se utilizó en el famoso “Blindaje” de 2001.
El acuerdo también incluiría una reprogramación de los pagos de los U$S 44.000 millones que aún se le deben al FMI cuyos vencimientos están concentrados en los próximos años.
Luego de las últimas medidas lanzadas por el Gobierno y de las palabras de Georgieva, ahora resta calibrar la respuesta de los mercados, dado que la semana pasada cerró con un repunte del Riesgo País que volvió a superar los 600 puntos, con los inversores mirando de reojo la demora en las negociaciones.