La principal incógnita de la oposición provincial no se develará hasta el 6 de mayo, día en que vence el plazo para la presentación de candidaturas para los comicios provinciales del 25 de junio. Eso asegura el radical Rodrigo de Loredo, quien se fijó la estrategia de estirar hasta el minuto final la incertidumbre sobre si será o no candidato a vicegobernador de Luis Juez en Juntos por el Cambio.
De Loredo cree que no hay necesidad de terminar de mostrarle el juego al peronismo. El correlato lógico del análisis que hace en privado el radical debiera concluir en su postulación provincial, en línea con los movimientos que viene mostrando.
Pero, en paralelo, el diputado nacional no clausura el apartado capitalino. Se entiende el doble juego: no rechazar aún la segunda opción es fundamental para estirar la indefinición sobre la primera. Además, De Loredo dice tener listos sus argumentos para defender en público una eventual doble candidatura, pese a que esta opción fue clausurada legalmente.
Juez y De Loredo trabajan como dupla provincial. El martes, en Buenos Aires, mantuvieron una primera reunión conjunta con uno de los socios de una consultora nacional que desde 2015 trabaja para las principales figuras nacionales de Juntos por el Cambio.
“Por primera vez vamos a poder hacer una campaña de primer nivel y como queremos”, se entusiasma el entorno de la dupla opositora.
Ese esquema contempla el modelo que internamente fue bautizado “50 al 100%”. Refiere a una campaña corta, de 50 días, a la máxima intensidad. Los primeros conceptos sobre los ejes de comunicación comenzaron a ser analizados. El apoyo de Horacio Rodríguez Larreta comienza a cristalizarse en hechos concretos.
El alcalde porteño deposita en la elección cordobesa demasiadas expectativas. Pretende hacer de esos comicios, que se realizarán el día después de la presentación de listas presidenciales para las Paso de la que será protagonista, su primer acto de campaña nacional. Para eso, claro, Juez primero debe ganarle a Martín Llaryora.
Más nombre que socios nuevos
En Hacemos Juntos por Córdoba, la nueva denominación del PJ que será presentada por Llaryora y por Juan Schiaretti el lunes o martes de la semana que viene, posiblemente en Río Cuarto, comenzará a explicitarse en público un discurso que incorpora el debate nacional al provincial, un terreno que el peronismo siempre buscó evitar, bajo el argumento de no contaminar la escena cordobesa. El “los de afuera son de palo” que repite Schiaretti en cada proceso electoral pasará al archivo.
Ese replanteo, dicen cerca de Llaryora, responde a la lectura de una última tanda de encuestas que situarían a Schiaretti como favorito entre los cordobeses para las Paso presidenciales, seguido de cerca por Javier Milei. En el tercer lugar, y alejados de los buenos números que siempre obtuvo Juntos por el Cambio, se ubicarían Patricia Bullrich y Rodríguez Larreta, aseguran en el PJ.
“La pelea nacional en Córdoba ya no es con Juntos por el Cambio. Ahora nosotros competimos contra Milei. Tenemos en Schiaretti al mejor candidato a presidente; debatir lo nacional ya no es un problema. La marca Juntos por el Cambio está desgastada. Ya no son ni la Coca Cola ni la Pepsi, ahora son la Manaos”, se entusiasman y chicanean voces del llaryorismo.
Como Juez con De Loredo, Llaryora también esperará hasta el filo del cierre de listas para presentar a su compañero/a de fórmula.
Los últimos trabajos de opinión pública a los que le presta atención el PJ reafirman que ni Juan Manuel Llamosas, ni Natalia de la Sota ni Alejandra Vigo –los nombres que se mencionan para vice de Llaryora– le suman votos a Llaryora. En el peronismo insisten con la posibilidad de que un extrapartidario ocupe ese espacio, pero hasta el momento no hay avances concretos en ese sentido. Sobran los transcendidos y las operaciones al respecto.
Pese al objetivo trazado meses atrás, Llaryora no logró sumar figuras de peso de la UCR y del PRO. Eso quedará evidenciado la semana que viene cuando se presente el nuevo nombre y el logo del frente oficialista.
Lo que sí tendrá impacto público en los próximos días es la confirmación de que la inseguridad crece en Córdoba. El Observatorio del Delito expondrá que los delitos contra la propiedad, que incluyen robos, hurtos y arrebatos en la vía pública y en inmuebles se incrementaron más de 10% en 2022 respecto de 2021.
Con razón, el oficialismo sostendrá que el fenómeno no es sólo provincial sino transversal en todo el país por efecto de la degradación social que no cesa. La explicación, sin embargo, no bastará para frenar las críticas de la oposición, que sabe que, como con la inflación, el Gobierno provincial sólo puede atinar a poner parches y esperar a que la situación no escale y se descontrole en pleno proceso electoral.
