Ya se sabe. Luis Juez no es diplomático cuando declara. También es temerario a la hora de decidir sus alineamientos políticos. Cuando aún hay mucha incertidumbre por las candidaturas para las elecciones legislativas de octubre próximo, el senador nacional convulsionó la modorra política del verano al adelantar la campaña para las elecciones provinciales de 2027.
“Me gustaría ser el candidato a gobernador del presidente Milei”, tiró Juez una bomba política, cuyas esquirlas impactaron en el escenario provincial, pero también en el nacional.
En una entrevista al diario La Nación, Juez expuso su alineamiento absoluto con el presidente Javier Milei. Al mismo tiempo, no dudó en tomar distancia de Mauricio Macri.
En el momento en que hay una relación vidriosa entre el macrismo y los libertarios, el impulsivo excandidato a gobernador cordobés se alineó con Milei, en detrimento del buen vínculo que había reconstruido con Macri.
El senador y el expresidente tuvieron muchos chisporroteos en la última década, en una relación controvertida, con idas y vueltas.
Juez anunció que no quiere seguir presidiendo el bloque del PRO en el Senado. Su encumbramiento había sido una rareza de la política nacional. Sin ser miembro del partido que Macri fundó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), en el inicio del mandato libertario, el expresidente le pidió al cordobés que liderara su bancada.
Macri buscó una salida a un problema político que afrontaba en la Cámara Alta. No tenía entre sus senadores alguien que pudiera conducir la bancada.
La única con pergaminos era Guadalupe Tagliaferri, pero la dirigente porteña responde políticamente a Horacio Rodríguez Larreta, enemigo del expresidente desde la campaña presidencial de 2023.
Roces
En realidad, Macri y Juez siempre tuvieron una relación cambiante. Al expresidente nunca lo convenció el estilo personalista de hacer política del exintendente de Córdoba.
Por su parte, Juez siempre creyó que Macri jugó a favor de Juan Schiaretti en las pulseadas por el poder en Córdoba durante las elecciones provinciales de 2015 y de 2019.
Juez, y también algunos radicales cordobeses, estaban convencidos de que en 2015, cuando Macri era un candidato presidencial con chances de ganar, al expresidente no le incomodaba que el PJ cordobés siguiera en el poder provincial.
Según esta lectura, Macri no quería intervenir en la siempre caldeada interna cordobesa de Cambiemos (2015) –y luego de Juntos por el Cambio–. Cuando Macri llegó a la Casa Rosada, Juez solía decir que el flamante presidente había acordado con el nuevo gobernador Schiaretti para sacarlo de Córdoba. Luego aceptó la designación como embajador en Ecuador.
El recelo mutuo entre Macri y Juez se zanjó de manera sorpresiva en la última campaña provincial y presidencial. Rodríguez Larreta, entonces precandidato presidencial en Juntos por el Cambio, intentó ampliar la alianza opositora sumando a Schiaretti y al PJ cordobés.
El acuerdo era más amplio. “El frente de frentes”, según definía Schiaretti, incluía a los liberales José Luis Espert y Ricardo López Murphy; a la progresista Margarita Stolbizer, y a los peronistas federales liderados por Miguel Ángel Pichetto, entre otros.
Esta movida inesperada de sumar al cordobesismo a Juntos por el Cambio, “sólo a nivel nacional”, aclaraban los protagonistas, contó con el aval explícito de dos radicales influyentes: el jujeño Gerardo Morales, entonces presidente del partido a nivel nacional, y el senador porteño Martín Lousteau.
En la interna de Juntos por el Cambio, luego de algunas dudas, Macri terminó apoyando a Patricia Bullrich. De ese modo, resistió el desafío que le planteó Rodríguez Larreta dentro del PRO.
“‘El Pelado’ (Rodríguez Larreta) y ‘el Gringo’ (Schiaretti) me quieren jubilar”, habría dicho Macri, en una sobremesa, en una de sus visitas a Córdoba.
Aquellas conversaciones para ampliar la alianza opositora se dieron cuando faltaban seis semanas para las elecciones de gobernador en Córdoba. Juez era el candidato de Juntos por el Cambio, que enfrentaba al oficialista Martín Llaryora.
Al enterarse de esta negociación, Juez puso el grito en el cielo. Abandonó la campaña por un día y viajó a Capital Federal para quejarse de manera airada ante el radicalismo y el PRO, los partidos que supuestamente lo apoyaban en Córdoba.
Entonces, Juez recibió un inesperado y fuerte respaldo de Macri y de Patricia Bullrich, quienes se convirtieron en los principales sostenes nacionales de su postulación en el último tramo de la campaña provincial.
Un detalle que no es menor. Las versiones –nunca desmentidas– hablaban de que Rodríguez Larreta, entonces jefe de Gobierno porteño, había sido el principal aportante financiero para la campaña de Juez, hasta aquella movida de acordar con Schiaretti.
El final es conocido. El peronista Llaryora derrotó a Juez por sólo 64 mil votos.
Luego de aquel resultado estrecho, el senador culpó a Rodríguez Larreta, a Morales y a Lousteau de haber incidido para que el PJ siguiera en el poder en Córdoba.
Mientras que, desde el entorno de Llaryora, argumentaban que aquel fallido intento de sumar a Schiaretti a Juntos por el Cambio había favorecido las chances electorales de Juez.
Según la visión de los llaryoristas, aquel episodio convenció al radicalismo provincial de jugar fuerte por el fundador del Frente Cívico.
Más allá de las lecturas, aquel episodio en el tramo final de la campaña cordobesa fortaleció el controvertido vínculo que hasta ese momento tenían Juez y Macri.
El quiebre
En el juecismo aseguran que fue el expresidente quien le sugirió al presidente Milei que tuviera un vínculo con Juez, quien asumió la presidencia del bloque del PRO en el Senado, una cámara en la cual los libertarios sólo tenían siete bancas.
A partir de esa supuesta sugerencia de Macri, la relación personal entre Milei y Juez fue creciendo, con varias reuniones a solas, en la quinta presidencial de Olivos y en la Casa Rosada.
Hubo un hecho que fue el quiebre entre Juez y Macri, que el senador expuso en la entrevista que brindó: en una reunión que mantuvo con el Presidente, en los primeros días de diciembre, el cordobés acordó que Milei recibiría al bloque del PRO en la semana previa a Navidad.
Cuando Macri se enteró de este encuentro, ordenó suspenderlo, en medio de las idas y vueltas en su relación con los libertarios.
Según un dirigente muy cercano a Juez, fue el momento en el cual el senador decidió apostar por Milei, tomando distancia de Macri, con la renuncia a la presidencia del bloque del PRO en el Senado.
No se sabe si Juez tomó esta decisión con el aval del Presidente. Lo cierto es que volvió a alejarse de Macri.
Por otro lado, Juez se anticipó a Rodrigo de Loredo y confesó que quiere ser el candidato a gobernador bendecido por Milei, en el distante 2027.
El diputado radical quiere lo mismo, pero busca por otra vía: se recuesta en Macri para, en un eventual acuerdo entre los libertarios y el PRO, sumar al radicalismo a esa alianza en Córdoba.
En ese hipotético escenario, De Loredo cree que tiene chances de encabezar la lista del acuerdo, que le garantizaría un triunfo en la provincia para posicionarse y poder disputarle a Juez la principal candidatura opositora.
Por ahora, son más especulaciones, en una realidad política incierta. Nadie sabe qué pasará en la conformación de alianzas para octubre próximo, como para pensar en la pulseada por el poder cordobés dentro de más de dos años.
Pero, entre sus íntimos, Juez cree que le sacó ventaja al radical De Loredo en la pulseada por tener el aval del indescifrable Milei para el lejano 2027.