Luis Juez ya avisó que quiere volver a pelear por la Gobernación en 2027. El senador nacional sabe que no corre solo: además del radical Rodrigo de Loredo, apareció el libertario Gabriel Bornoroni como otro competidor serio para encabezar la eventual unidad opositora.
Juez construyó una muy buena relación personal con Bornoroni, pero, como ya le ocurrió con De Loredo hace dos años, ambos desean lo mismo. Sin embargo, algo parece haber cambiado en Juez. Mantiene su aspiración, pero ahora proclama que lo primordial es derrotar al PJ provincial. Ese matiz abre la puerta a interpretaciones: quizá su postura no sea tan innegociable como en 2023, cuando sentenciaba: “Soy candidato a gobernador o nada”.
El sábado pasado encabezó un acto en el que asumió la nueva conducción juvenil del Frente Cívico. La consigna, contundente: “Aquí nadie se rinde”.
En su discurso, Juez volvió a insistir en que la batalla es lograr que un opositor llegue al poder y ponga fin a los 28 años de hegemonía que el peronismo cumplirá en 2027. Mientras tanto, el senador sostiene reuniones discretas con intendentes y dirigentes del interior. A todos les promete lo mismo: que a partir de febrero recorrerá la provincia para reencontrarse con quienes lo acompañaron en 2023.
Santilli, anoticiado de primera mano del “volantazo” de Llaryora
Las pautas impositivas que contempla el paquete de leyes en torno del presupuesto provincial 2026, enviado por el gobernador Martín Llaryora a la Unicameral y presentado como una “rebaja histórica” de impuestos, ya llegó a oídos de las principales autoridades del Gobierno nacional.
El presidente Javier Milei fue anoticiado por el ministro del Interior, Diego Santilli, quien el lunes pasado mantuvo una primera reunión de trabajo con el mandatario provincial y el ministro de Gobierno, Manuel Calvo. De ese encuentro también participó el jefe de Gabinete nacional, Manuel Adorni.

Cuentan quienes escucharon los audios que devolvió Santilli a funcionarios provinciales que el “Colorado” celebró el rumbo de reducción de impuestos que tomó la administración provincial, un camino reclamado en la primera etapa de la administración libertaria.
Santilli quedó a cargo de operativizar los reclamos por los pendientes que tiene Nación con Córdoba. Llaryora aseguró que esas tratativas las llevará adelante Calvo en línea con el ministro del Interior. La relación entre ambos funcionarios es muy buena. Se conocen de cuando compartían cargos similares: Calvo en la Provincia, y Santilli como funcionario en Caba.
Una oficina en el Congreso para un próximo legislador provincial
Oscar Agost Carreño, el diputado nacional que finaliza su mandato en las próximas semanas, conservará una pata en el bloque de Encuentro Federal, que, todo indica, transicionará a Provincias Unidas.
Ocurre que Miguel Ángel Pichetto, titular del bloque de Encuentro Federal, le habilitó a Agost Carreño una oficina en la Cámara de Diputados de la Nación para que trabaje allí cada 15 días.
Además, Pichetto dispuso que el personal técnico de Agost Carreño se quede con la secretaría parlamentaria del bloque de los gobernadores “dialoguistas”.
“La idea es seguir trabajando en el armado de un espacio que sea competitivo de cara a 2027, para que haya en el cuarto oscuro una alternativa al populismo de derecha de Milei y al de izquierda de Cristina”, dijo Agost Carreño días atrás en una ronda de café que compartió con dirigentes de otros partidos.

Entienden que el Congreso será “la gran caja de resonancia” de los debates que vienen en Argentina, “y la idea es no desaprovechar la sinergia lograda ni lo aprendido en este tiempo, y por ello que no quede alejado de lo que pasa en Caba”.
Así, Agost Carreño se mudaría a la Legislatura de Córdoba pero conservaría una oficina en el Congreso Nacional. En paralelo, se abre otro interrogante sobre quién comandará Provincias Unidas en Diputados. Antes de la elección se descontaba que el presidente sería Juan Schiaretti. Ahora, varios ven que “Miguel está entusiasmado” con quedarse con la presidencia. Miguel es Pichetto, por si hace falta la aclaración. La presidencia de bloque trae aparejado un trabajo administrativo y técnico que suele ser desgastante y monótono, sobre todo para un dirigente como Schiaretti, quien gobernó Córdoba en tres oportunidades y está más acostumbrado a las tareas ejecutivas. “Nadie ve a Schiaretti ordenando los viáticos”, dicen en el Congreso.






















