La jornada inicial del juicio por la Causa Cuadernos se vio marcada por un momento de tensión cuando la expresidenta Cristina Kirchner fue obligada a encender su cámara y aparecer visiblemente en la audiencia virtual que sigue desde su prisión domiciliaria.
La exmandataria, que cumple detención domiciliaria en su departamento de San José 111, intentó seguir el debate por Zoom sin mostrarse. Sin embargo, el juez Enrique Méndez Signori, integrante del Tribunal Oral Federal 7, advirtió que no todos los imputados estaban visibles en la plataforma.
El magistrado intervino, señalando que es “deber del tribunal velar” porque la lectura de la acusación se haga “en presencia de los mismos, para resguardar la defensa a juicio”. Tras la advertencia (“reto”), la expresidenta, quien sigue el debate por su condena previa en la causa Vialidad, debió encender su cámara y apareció junto a su abogado, Carlos Beraldi.
La acusación formal: “jefa de la asociación ilícita”
El Tribunal Oral Federal 7, encargado de llevar adelante este proceso, comenzó la primera jornada -que duró cuatro horas- con la lectura de la acusación principal. La imputación formal contra CFK establece que “quedó demostrado que intervino en la asociación ilícita en carácter de jefa”.
La acusación sostiene que tanto Néstor como Cristina Kirchner fueron los jefes de la organización dedicada a recaudar sobornos de contratistas del Estado. En total, el juicio cuenta con 87 imputados, entre ellos exfuncionarios clave como José López, Julio De Vido y Roberto Baratta.
Durante esta primera audiencia, sólo se leyeron 132 de las 678 páginas que componen la acusación principal. El juicio está programado para continuar el próximo jueves.
Cruce de posturas: “show” vs. “elementos probatorios”
Horas antes del inicio de las audiencias, Cristina Kirchner había utilizado su cuenta de X para calificar el proceso como un “escandaloso bodrio judicial” y un “show” montado para “distraer la atención”.
En una postura completamente opuesta, el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), Paul Starc, enfatizó la solidez del caso: “Llevo más de 30 años como fiscal, nunca vi tantos elementos probatorios”.
En la misma línea, el fiscal Carlos Stornelli recordó ante la prensa la gravedad de las imputaciones, mencionando los relatos que indican que “los Kirchner no subían al helicóptero hasta que no llegaban los bolsos con dólares”.
El desarrollo del juicio, que comenzó con la obligatoriedad de la visibilidad de los imputados, subraya la necesidad de transparencia judicial.
El acto de obligar a la exmandataria a aparecer en cámara funciona como un recordatorio visual de que, incluso en audiencias virtuales, la presencia (física o digital) del acusado es fundamental para garantizar el debido proceso y la defensa a juicio, actuando como si la cámara fuera la única ventana a la sala de audiencias desde el arresto domiciliario, y esa ventana debe estar abierta.


























