Julio Piumato es el líder del gremio de los empleados judiciales nacionales. Llegó a Córdoba para encabezar un reclamo de recomposición salarial, que consistirá con un “expedientazo”, el lanzamiento de papeles que se realizará este jueves al mediodía, en el edificio de Tribunales Federales del Parque Sarmiento. Más allá de su tarea gremial, el dirigente sindical sorprendió con su fuerte apoyo a la candidatura del juez federal Ariel Lijo para integrar el máximo tribunal, en un contexto de fuertes críticas contra el postulante impulsado por el presidente Javier Milei.
“No tengo dudas de que el ingreso del juez Lijo le haría muy bien a la Corte Suprema. Se trata de un hombre que viene del Poder Judicial y conoce muy bien todo lo que sucede en la justicia federal. El máximo tribunal de Justicia es la última instancia judicial, pero también debe administrar el Poder Judicial. En ese sentido, se necesita de magistrados que conozcan lo que pasa en la Justicia”, argumentó Piumato.
–Pero el juez Lijo tiene muchos cuestionamientos de distintos sectores, y genera polémica suposible designación en la Corte Suprema.
–No es tan así. La gran mayoría de los jueces y funcionarios judiciales apoyan que Lijo llegue a la Corte Suprema. Hay sectores políticos y algunos medios que lo critican, pero en el Poder Judicial no percibo esos cuestionamientos, más bien todo lo contrario. Desde el gremio siempre dijimos que lo ideal era que se postulara a una mujer, porque está la vacante de (Elena Inés) Highton de Nolasco, desde el año 2022. Pero el nuevo Presidente de la Nación decidió postular a dos hombres. Creo que el juez Lijo rinde todas las condiciones para ser un miembro de la Corte Suprema, que seguramente le haría mucho bien, reitero, por su conocimiento del Poder Judicial nacional.
–¿Cree que va a salir la designación de Lijo?
–Yo creo que sí, va salir. Me parece que estarán los votos en el Senado para que el juez federal llegue a la Corte. Hay cuestionamientos políticos, pero la realidad es que se necesita a un miembro del Poder Judicial en el máximo tribunal. Le reitero que lo ideal hubiera sido que el Presidente propusiera a una mujer con mucho prestigio que no tuviera cuestionamientos, pero la decisión fue impulsar a Lijo, que fue bien recibida al menos en el Poder Judicial. Veremos.
–En este casi primer año de gestión del presidente Milei, ¿Cómo está la situación en la justicia federal?
–Mal. Si bien es cierto que los problemas salariales de los empleados judiciales vienen de años atrás, en este año se profundizó la crisis. En lo que va del año hemos perdido el 24,7%, es decir, durante este gobierno de Javier Milei. La política del nuevo Gobierno nacional es bajar los salarios de los judiciales a los niveles más bajos del Estado nacional. El problema es que los empleados judiciales no podemos tener otro ingreso. No sé si el Gobierno desconoce esto o no le importa. También fue muy grave la reincorporación del Impuesto a las Ganancias, que es un impuesto al trabajo.
–¿Cómo afectó la administración de Justicia todas estas idas y vueltas para la designación de dos nuevos miembros de la Corte Suprema?
–Es todo una complicación, porque ya venía muy demorada la designación de vacantes en la justicia federal, y con toda esta discusión, siguen sin cubrirse más de 300 vacantes en todo el país. Hay que reconocer que es un problema que venía de muchos años atrás, pero en este año no se avanzó en nada.
–Sin embargo, el Gobierno anunció que cubrirá más de 150 vacantes en todo el país.
–Fue un anuncio que aún no se concretó. Ojo con eso. El Gobierno ha dicho que tiene los pliego para enviar al Senado de 150 vacantes, pero antes espera que se resuelva la cuestión de sus dos propuestas para la Corte Suprema. Los cargos que no están cubiertos deterioran la administración de justicia. Hay muchos jueces que son designados para cubrir otros juzgados. Imagínese que si todos los jueces tienen problemas para resolver las causas en sus juzgados, si le agregan otros, la situación se complica mucho más. Hay que modificar el mecanismo para designar a los jueces. Una vacante no debería demorar más de un año en cubrirse. Pero esto no ocurre desde hace muchos años. Aunque en este último año el problema se agravó. Además, hay que ser muy claros en reconocer que los jueces que se designan están en sintonía con el gobierno de turno. Esto es así desde hace mucho tiempo y sigue siendo así. Lamentablemente falta independencia en la justicia nacional. Está muy deteriorado el funcionamiento del Poder Judicial.
–El gremio de los judiciales le tiene que reclamar a la Corte Suprema los aumentos salariales, pero luego la Corte depende del presupuesto que le asigna el Gobierno nacional.
–Así es. La Corte Suprema es quien tiene la facultad de fijar los salarios, y nosotros como gremio, tenemos que reclamarle al alto tribunal. Entonces, todo es muy complicado. Todos sabemos la relación dificultosa que existe entre la Corte y el Gobierno nacional. Venimos reclamando un aumento salarial para no seguir perdiendo contra la inflación, pero también un poco más para recuperar casi el 25% que hemos perdido en el año. Todas las semanas venimos con distintas medidas en todo el país. Este jueves habrá un “expedientazo” en los tribunales federales de Córdoba, que consistirá en arrojar papeles desde las ventanas del edificio. En cada provincia el gremio elige el modo de la protesta. Y este viernes habrá un paro en todo el país. Hay que recalcar que el gremio de los judiciales cordobeses tomó todas las medidas para que esos papeles luego sean recogidos. Además, está la carpa de la dignidad que decidieron los compañeros en Córdoba.
–¿Cómo ve la relación entre el Gobierno y la Corte Suprema?
–Es compleja, y más ahora con este tema de la designación de los nuevos jueces. Veo que la Corte Suprema es bastante independiente en sus fallos, pero en mi opinión debería tener mayor peso en reclamar más recursos para el funcionamiento del Poder Judicial. Nosotros reclamamos una mejora salarial, pero luego desde la Casa Rosada tiran todo para atrás.