“Acá no se viene a especular. Se viene a defender con uñas y dientes las ideas del Presidente. Y en esa batalla, la lealtad no es una opción: es una condición”. Con esa frase, cortante como un bisturí, Karina Milei rompió el silencio y encendió la mecha de una interna que ya ardía. Su mensaje, directo y sin rodeos, apuntó a los libertarios que osaron desafiar su armado electoral en la decisiva provincia de Buenos Aires.
Detrás de ese mensaje, no hablaba sólo una hermana. Hablaba la mujer más poderosa del círculo íntimo del Presidente. En los pasillos de la Casa Rosada la llaman, con tono entre el respeto y el miedo, “la hermanísima”.
Karina Milei no solo es la figura enigmática que acompaña a su hermano a cada acto, sino también la arquitecta principal del armado nacional de La Libertad Avanza (LLA). Su mano llega hasta Córdoba, el segundo distrito electoral más importante del país.
La Secretaría General de la Presidencia -uno de los despachos con más poder real del Gobierno- utilizó sus redes para responder a las críticas del ala más joven del espacio libertario. Se trata de los autodenominados “Fuerzas del Cielo”, una militancia digital fervorosa, nacida en redes sociales, que responde al influyente asesor presidencial Santiago Caputo.
Karina Milei no solo respondió: se plantó. Salió a respaldar públicamente a su delegado bonaerense, Sebastián Pareja, blanco de las críticas por dejar fuera del armado a los jóvenes libertarios, esos que hacen política desde sus cuentas de TikTok y X (ex-Twitter), y que reconocen como líder natural a Daniel Parisini, más conocido como “el Gordo Dan”.
Con su publicación, la hermana del Presidente dejó expuesta -como nunca antes- la grieta interna dentro de las filas libertarias: de un lado, “las Fuerzas del Cielo”, con Caputo como estratega invisible; del otro, lo que podría llamarse “Las Fuerzas del Territorio”, alineadas con ella, más orgánicas, más tradicionales, pero igual de decididas.
Esta última línea cuenta con tres brazos operativos: Pareja, que comanda en Buenos Aires; y los primos Menem -Martín, presidente de la Cámara de Diputados, y Eduardo “Lule”, histórico operador con base en el Senado, donde tiene un cargo desde el año 1983, aunque ahora tiene un cargo en el área de Karina Milei- que se reparten el trabajo en el resto del país, incluida Córdoba.
“Vinimos a poner fin a una era. A romper con todo lo que condenó a la provincia de Buenos Aires al atraso, la miseria y la resignación. No llegamos hasta acá para adaptarnos ni para negociar con los restos del viejo sistema. Vinimos a destruirlo”, escribió Karina Milei, con tono de cruzada, como si invocara una revolución interna para purgar al movimiento de dudas, fisuras y deslealtades.
La advertencia no dejó lugar a interpretaciones. Era un mensaje a los militantes digitales que habían osado cuestionar las decisiones de Pareja en territorio bonaerense, pero también una demostración de poder. El intento por esquivar la furia de la hermana presidencial, evidentemente, fracasó.
“Quien cuestione a quienes llevan esa bandera no está criticando un armado; está cuestionando al Presidente mismo y a la causa que nos trajo hasta acá”, remató la hermana presidencial, en una sentencia que dejó en claro que todo el diseño electoral bonaerense -incluso en acuerdo con el PRO- cuenta con el aval absoluto del Presidente de la Nación.
¿Mensaje cifrado?
Aunque el discurso fue general, los destinatarios fueron fácilmente identificables. El dedo acusador parecía apuntar directamente a Daniel Parisini, “el Gordo Dan”, una de las figuras más visibles del universo libertario digital.
En su canal de YouTube (Carajo), el streamer evitó confrontar abiertamente con Karina, pero su silencio prolongado en cámara, en medio de uno de sus populares vivos, fue elocuente. Estaba molesto. Y todos lo notaron.
La interna bonaerense acapara la atención, pero la descarga de Karina Milei retumbó más allá de la provincia donde vota el 37% del padrón electoral nacional. El mensaje llegó a Córdoba, donde la tensión entre Caputo y la hermana presidencial también tiene ecos.
Los observadores atentos de esta puja de poder detectaron un nuevo capítulo en la reciente “Derecha Fest”, celebrada el martes en la capital cordobesa.
Allí estuvo el Presidente, acompañado solo por su hermana. Caputo no vino y brilló por su ausencia. Sin embargo, sus cuadros estuvieron presentes: Mario Lugones (ministro de Salud) y Sebastián Amerio (viceministro de Justicia), dos funcionarios de su confianza y perfil bajo, dijeron presente en representación del asesor.
Una jugada que dejó entrever un intento de equilibrio presidencial en el famoso “triángulo de hierro” que integran -al menos por ahora- Javier Milei, Karina y Caputo.
Córdoba: terreno en disputa
En Córdoba también se cuecen habas, como diría el refrán. Acá, Karina Milei depositó su confianza en Gabriel Bornoroni, empresario del sector combustibles, diputado nacional desde 2023, y titular de LLA en la provincia.
Gracias a su aceitado vínculo con Martín Menem, Bornoroni preside hoy el bloque oficialista en Diputados, lugar al que llegó tras la conflictiva salida de Oscar Zago, el desarrollista del MID, enfrentado con el presidente de la Cámara.
Mientras se acerca el 26 de octubre, fecha de las elecciones legislativas, crece la incógnita: ¿quién encabezará la boleta libertaria en Córdoba? Hasta en el propio Centro Cívico admiten que será la lista más votada. Y los nombres en danza son varios, pero sobresalen dos.
Bornoroni apuesta por una jugada audaz: dejar su banca, a pesar de tener mandato hasta 2025, para volver a postularse. Desde su entorno aseguran que no sería una “movida casta”, ya que nunca antes había ocupado un cargo público y, con esta maniobra, volvería a someterse al veredicto popular.
El otro nombre que suena con fuerza es el del escritor Agustín Laje, uno de los intelectuales más escuchados por Javier Milei. Aunque públicamente declaró su deseo personal de terminar el doctorado en Ciencias Políticas que cursa en Madrid -al que le queda sólo un año. Aunque también dejó una puerta entreabierta: si el Presidente se lo pide, no puede decir que no.
“Javier sabe que Agustín quiere terminar su doctorado el año que viene en España. Por eso es difícil que le pida que sea candidato en Córdoba”, explicaron desde el entorno de Laje.
Sin embargo, si finalmente se confirma que Juan Schiaretti encabezará la lista cordobesista, La Libertad Avanza se vería obligada a presentar un candidato fuerte, capaz de dar la pelea en una elección crucial. Y en ese escenario, el perfil combativo y doctrinario de Laje aparece como ideal para contrastar con la figura de Schiaretti y con la del gobernador Martín Llaryora.
El propio Presidente pareció trazar el campo de batalla durante su encendido discurso en la “Derecha Fest”: “En octubre, de un lado va a estar el partido del Estado, la casta política chorra, los periodistas ensobrados, los sindigarcas, los empresaurios prebendarios. Y del otro lado vamos a estar los que queremos abrazar las ideas de la libertad”.
Laje, con su pluma filosa y discurso sin medias tintas, parece el elegido natural para encarnar esa cruzada contra la política tradicional.
Aunque Bornoroni no se da por vencido. Apuesta a su llegada con Karina Milei y los Menem para conseguir ser el cabeza de lista de los libertarios.
