“El triángulo de hierro” que integran los hermanos Milei y el influyente asesor Santiago Caputo debe tener marcado en rojo el 14 de febrero pasado. No es por el Día de los Enamorados. Fue en el anochecer de esa jornada cuando el presidente Javier Milei envió el tuit que sugería invertir en la flamante criptomoneda $Libra.
Desde aquel día, pasadas las 19, comenzaron los problemas para el Gobierno. Hasta ese momento, la imagen positiva del Presidente superaba el 50%, en el promedio nacional, una muy buena marca para una gestión de 14 meses, pese a que hizo del ajuste su principal bandera.
El escándalo de la cripto $Libra le pegó donde más le duele al Gobierno libertario: sus soldados (trolls: personas que publican mensajes provocativos en internet) perdieron batallas, que antes venían ganando en las redes sociales.
Publicar aquel tuit en la red X, para incentivar la inversión de la desconocida cripto, que a las pocas horas se desinfló como un globo, dejando un gran negocio para unos pocos, y muchos perjudicados, fue la peor decisión de Milei en su gestión. O al menos la que más lo afectó, hasta ahora.
El impacto del escándalo cripto parece más fuerte que otras medidas antipopulares. El Presidente vetó una ley en el Congreso que les proporcionaba a los jubilados un aumento del 8% a sus exiguos haberes.
También tumbó otra norma que aumentaba el presupuesto a las universidades, con un impacto mínimo en las finanzas nacionales.
En aquel momento, agosto y septiembre del año pasado, la imagen del Presidente perdió unos seis puntos –en promedio–, según la mayoría de las consultoras.
Ahora, el impacto fue un poco mayor, entre el 8 y el 10% de caída, según coincidieron las consultoras más prestigiosas.
Aunque el problema mayor fue el impacto político: ahora parece que todos se le animan a Milei. En el Congreso y en las calles.
Como si fuera poco, la CGT nacional parece salir de su largo letargo de los últimos meses. Ahora analiza una medida de fuerza contra la gestión libertaria, que seguramente será confirmada en los próximos días.
Violencia y represión policial
La violenta manifestación de este miércoles, en los alrededores del Congreso, fue la primera protesta callejera que casi se le va de las manos al Gobierno.
No fue una marcha de jubilados. Hubo una convocatoria llamativa de barras bravas del fútbol, que habitualmente responden a jefes políticos del conurbano.

La represión policial fue feroz. Alguien debería responder ante la Justicia por los excesos policiales que quedaron registrados en numerosos videos.
También quedó corroborado que no fue una de las habituales marchas de los jubilados, que desde hace meses van a reclamar frente al Congreso.
Esta vez hubo oportunistas, como estos autodenominados “hinchas de fútbol”, que no tienen nada que ver con el amor por la camiseta de los verdaderos hinchas de los distintos clubes de fútbol.
Según un informe oficial del Gobierno porteño, el 60% de los más de 150 detenidos durante los incidentes tenían “frondosos” antecedentes penales. Todos fueron liberados, luego de unas pocas horas.
Desde la Casa Rosada, y también el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, aprovecharon la oportunidad para denunciar un intento de desestabilización del gobierno de Milei
Los libertarios apuntaron directamente al kirchnerismo, por ahora, sin llevar pruebas a la Justicia.
En medio de la represión policial, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, no tuvo mejor idea que asegurar que “era kirchnerista” el fotógrafo free lance Pablo Grillo, gravemente herido durante los incidentes.
La funcionaria libertaria cruzó un límite con sus declaraciones. Dio a entender como que ser un militante político en una manifestación es un motivo para que le rompieran el cráneo con una cápsula de gas lacrimógeno lanzada por la Policía, dejándolo moribundo en la calle. Sigue internado en grave estado.
Sin presentación política
Esta movilización, fogoneada por muchos violentos, que fue repelida con más violencia, fue una exposición de cielo abierto de la falta de representación política.
Salvo algunos grupos de izquierda, no hubo partidos políticos que participaran de la protesta. Fueron barras bravas que se sumaron al justo reclamo de los jubilados.
¿Por qué participaron los barras? Porque desde el Ministerio de Seguridad amenazan con aumentar las restricciones para el ingreso de estos seudohinchas a los estadios de fútbol.
Hablando de representación política, dentro del Congreso también “pasaron cosas”, según una definición del pasado de Marcos Peña, exjefe de Gabinete macrista.
En el mismo momento que se sucedían los incidentes frente al Congreso, en el interior del Parlamento, los diputados daban otro espectáculo dantesco: legisladores libertarios y aliados, casi a las trompadas, en la discusión por el cuórum para iniciar una sesión para debatir la conformación de una comisión investigadora del escándalo cripto.
Finalmente, La Libertad Avanza consiguió el objetivo que no hubiera sesión. Aunque los libertarios, y algunos aliados como diputados del MID, dejaron una imagen bochornosa.
Con la embestida de la oposición en Diputados por crear una comisión para investigar al Presidente (faltó un voto para conseguirlo en el Senado), no terminaron los problemas del Gobierno en el Congreso.
En el Senado avanza la orden de la expresidenta Cristina Kirchner de voltear al catedrático Manuel García-Mansilla como flamante miembro de la Corte Suprema.
García Mansilla ya juró como cortesano, impulsado por un DNU del Presidente. Aunque el Senado podría rechazar esa designación.
Si esto ocurre, el nuevo magistrado del alto tribunal sólo podría quedar en el cargo hasta el 30 de noviembre, cuando terminen las sesiones ordinarias del Congreso.
No obstante, desde el Gobierno amenazan con llevar al límite la ley. Aseguran que en sesiones extraordinarias, el Presidente podría volver a designar a García Mansilla. Todo un enredo, y más desgaste para el Gobierno.
Octubre, en la mira
Milei comenzó el año fortalecido en las encuestas, por la tendencia a la baja de la inflación y dólar quieto.
El tuit por la cripto le generó muchos problemas políticos. Más otros judiciales que serán a largo plazo.
El problema autoinfligido sorprende al oficialismo, en los meses previos a la discusión por la conformación de posibles alianzas electorales.
Precisamente, la caída de apoyo popular y la decisión de algunos sectores de la oposición por salir a embestir contra el Gobierno le producen un dilema político a La Libertad Avanza.
La estrategia electoral del oficialismo será distinta, según los distintos escenarios políticos posibles: con un Presidente fuerte en las encuestas, muy probablemente LLA que conduce Karina Milei impulsaría candidatos propios en las listas de todas las provincias.
Si cae el respaldo social a Milei, tal vez, el oficialismo deba repensar su plan electoral, para buscar aliados que le permitan ganar las elecciones legislativas nacionales.
Al menos esa es la expectativa de algunos espacios, como el PRO que lidera Mauricio Macri. El expresidente cuestionó algunos aspectos de la gestión libertaria, pero no descarta acordar con los hermanos MIlei.
Algunos dirigentes cordobeses tienen la misma expectativa que Macri: el radical Rodrigo de Loredo y Luis Juez también aspirarían a tener un acuerdo electoral con los libertarios en Córdoba.
Una eventual derrota electoral en los comicios de medio término podría tener consecuencias impensadas para el Gobierno. Más allá de los problemas, este escenario preocupante aún no aparece en las encuestas, en un contexto de dispersión de la oposición. No obstante, los últimos tropiezos de Milei generan mucha preocupación política en la Casa Rosada.