Una economía nacional que todavía da pasos de transición a la espera de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se combina en Córdoba con un tema instalado: la asimilación por parte de los contribuyentes de los nuevos montos de los impuestos provinciales, en particular aquellos que inciden sobre el patrimonio, como el Inmobiliario.
Se trata de dos temáticas de dimensiones muy diferentes. Es si se quiere incomparable la negociación de la deuda de un país con el peso de los tributos locales. Pero ambas cuestiones reconocen una trascendencia central para las personas y para los agentes económicos a partir de un eje que el oficialismo nacional convirtió en lema: fin del cepo y la baja de impuestos.
“Toto” Caputo terminó la semana con un anuncio rutilante de parte del Banco Central: la tasa de interés de referencia bajó desde este viernes del 32% al 29%, en línea con la caída de las expectativas inflacionarias. A la vez, la tasa que el Banco Central les paga a los bancos por los títulos de deuda que les entrega bajó tres puntos, del 36% al 33%.
Como se sabe, los bancos se dan vuelta y automáticamente reducen la tasa de interés para las colocaciones a plazo y, con el nuevo crawling peg al 1%, que debutará el lunes próximo, el esquema se alinea hacia una baja de la inflación que ya se preanuncia en torno al 2% en el primer mes del año.
Ese camino de transición está a la vez alimentado por otros datos a la vista. El Gobierno no quiere incrementos en las tarifas de gas y de electricidad que superen el 10%. Abrirá ese grifo, pero sólo caerán gotas para las empresas que esperaban algo más. Al menos en el caso de la energía, es difícil que ocurra de la manera como lo piensa Caputo, hay costos que son difíciles de alinear, como el valor agregado de distribución, que corre por otros andariveles.
Otro elemento que el ministro busca perfilar en sus objetivos de aquí hasta abril son los acuerdos salariales que comienzan a aparecer en las negociaciones paritarias. El sector mercantil, que por su enorme tamaño marca el rumbo de diversas actividades del sector privado, acordó un incremento de 5,1% para el primer trimestre del año.
Se pagará en tres tramos de 1,7% en enero, en febrero y en marzo. Son porcentuales que parecen de ciencia ficción para la realidad que el país vivió en los últimos años, razón por la cual poner un pie sobre los costos que inciden en la vida cotidiana resulta central.
En ese contexto de maniobrar el gasto cotidiano con la punta de los dedos, los contribuyentes van tomando contacto con la actualización tributaria dispuesta por la Provincia, en particular con el impuesto Inmobiliario Urbano, cuyo pago anual o primera cuota vence en 10 días.
Compatibilizar niveles
El problema que tiene el Panal es cómo compatibilizar aquella economía nacional en transición, en la que los salarios subirán a cuentagotas para una inflación dominada y para el salto calculado en la evolución del Ripte (de octubre de 2023 a igual mes de 2024, un 172,51%). Explicar que el salario sube apenas una fracción de lo que aumenta un impuesto o servicio nunca ha sido sencillo.
El propio Llaryora ha dicho que, para el 99% de los contribuyentes, el tributo subió un 150% y sólo el uno por ciento de ellos ha tenido actualizaciones mayores producto también de redeterminaciones ante el atraso que presentaban. Ahí, en esa minoría, cayeron por ejemplo las playas de estacionamiento, los countries y las grandes superficies.
En los foros empresariales que funcionan en las redes sociales, el tema explota. Quizás porque, precisamente, muchos de los inmuebles a los que les llegaron actualizaciones, que se sitúan en el 300%, en el 500% o en más –según afirman–, pertenecen a hombres y mujeres que toman decisiones en la actividad económica. Hay mucho de catarsis en las quejas, pero también motivos de preocupación.
Por ejemplo, en el sector comercial es común que los locales o inmuebles para que funcionen los negocios sean alquilados. A esos comerciantes les resulta imposible poder administrar el pago del tributo de acuerdo con su flujo de caja. Cuando abonan el alquiler, automáticamente recae el cedulón o su proporcional con impuestos y servicios.
Parte de la problemática podría diluirse si la actividad económica mostrara signos de recuperación en los meses que vienen. El PIB crecería 5% este año, pero el punto es si será parejo para todos o motorizado sólo por algunos rubros.
Lo dicho, la macro y la micro caminan juntas.