La deuda de Córdoba, hasta el 31 de octubre, equivalía a $ 808.274 millones, según el último informe del Ministerio de Finanzas.
El número es algo “mentiroso”, porque de ese total, sólo poco más de 7 mil millones correspondían, en esa fecha, a instrumentos en pesos. Todo el resto, más del 98%, se debe en dólares (también hay algo de euros y de dinares kuwaitíes). Al tipo de cambio de octubre ($ 350, según el mismo informe), eran aproximadamente U$S 2.280 millones.
El problema es que con la devaluación brusca de la moneda argentina de más del 50%, el impacto en el stock es directo: básicamente, el Panal necesitará más del doble de pesos para hacer frente a cada uno de los vencimientos programados. Todo el stock, con el dólar a $ 800, subió a más de $ 1,8 billones.
Hasta ahora, incluso con complicaciones impuestas por el Banco Central en los últimos meses, el Centro Cívico podía acceder al valor oficial del dólar. Con el aumento de la cotización, habrá complicaciones.
La Provincia, con Juan Schiaretti aún en el Panal, siempre dijo que esto no sería un problema mayor ya que la deuda, en relación con los ingresos del Estado, representa una porción baja y manejable.
Mónica Zornberg, en su rol de secretaria de Administración Financiera, dijo a finales de noviembre que la deuda provincial, en cuanto al compromiso con las cuentas públicas, tiene un nivel en relación a los ingresos corrientes de 3,9. “Eso significa que los ingresos corrientes correspondientes a menos de cuatro meses son suficientes para cancelar la totalidad del stock de deuda”, explicaba la funcionaria schiarettista.
El flamante mandatario cordobés, Martín Llaryora, abonó a ese argumento durante la campaña.
Cuando se le preguntó al respecto antes de las elecciones del 25 de junio, Llaryora dijo que la deuda de Córdoba “es sostenible” porque “la Provincia tiene ahorros para afrontar los próximos vencimientos” y porque su administración será “austera en gastos operativos”, lo que le permitirá tener “una importante capacidad de ahorro”. Aseguró también que “no constituye ninguna traba ni condicionante para el futuro”.
En ese sentido, el gobernador electo dijo que incluso en 2025, cuando el peso de los servicios de la deuda sobre los ingresos corrientes “seguramente va a crecer”, los compromisos “no sobrepasarán el 10%”, es decir que estarán por debajo del 15%, el límite máximo que establece la Ley de Responsabilidad Fiscal, a la que Córdoba está adherida.
El problema es qué pasará si se caen los ingresos. Aurelio García Elorrio, el exlegislador por Encuentro Vecinal Córdoba, fue el primero en advertir esta semana el impacto nominal en la deuda de Córdoba. “La deuda se duplicó en horas, desde hace años le venimos advirtiendo (Juan) Schiaretti del tema”, dijo.
“La devaluación con una deuda del 97% en dolares es una catastrofe fiscal para Cordoba y para los cordobeses. Se lo dije en el 2016 pero fue en vano”, amplió.
“Córdoba tenía hasta el martes una deuda de 800 mil millones, pero con la devaluacion Córdoba perdió otros 800 mil millones más en un dia”, dijo.
