Los medios nacionales mostraron el festejo de los diputados libertarios en el Congreso. También contaron la satisfacción de los funcionarios en la Casa Rosada por la media sanción de la suspensión de las Paso.
Sin fotos ni videos, también hubo celebración en el Centro Cívico cordobés. Martín Llaryora tuvo un gran motivo para sentirse aliviado. La posible supresión de las primarias para las elecciones legislativas de octubre (falta la sanción del Senado) le otorga más tiempo para tratar de convencer a Juan Schiaretti de que encabece la lista que enfrente en Córdoba a la boleta que sea bendecida por el presidente Javier Milei.
Sus íntimos comentan que al exgobernador lo irrita que se hable de su eventual candidatura, y mandó a decir a través de sus voceros que “no hay ninguna chance” de que sea candidato a diputado nacional.
Los delasotistas memoriosos recuerdan que Schiaretti ya le sacó el cuerpo a una candidatura que parecía segura.
En 2005, el presidente Néstor Kirchner había acordado con el entonces gobernador José Manuel de la Sota la lista de candidatos en Córdoba para aquellas elecciones legislativas. Schiaretti, entonces vicegobernador de De la Sota, iba a encabezar la boleta de lo que sería el primer acuerdo electoral entre el kirchnerismo y el PJ cordobés.
Cuando Schiaretti se enteró del pacto, puso el grito en el cielo. Al vicegobernador, que aspiraba a ser el sucesor de De la Sota dos años después, no lo seducía volver a una banca en la Cámara Baja del Congreso nacional.
Después de muchas idas y vueltas, finalmente Schiaretti no fue candidato. En aquel momento, los delasotistas comentaban –con cierto sarcasmo– que en la semana en que debían confirmar las candidaturas, el vicegobernador armó un “imprevisto” viaje “oficial” a Moscú.
La distancia fue un modo que encontró Schiaretti para cubrirse de la presión que ejercían el gobernador y el Presidente.
En aquel momento, De la Sota debió recurrir a su ministro de Gobierno, Eduardo Accastello, para que encabezara la lista acompañado en el segundo lugar por la kirchnerista Patricia Vaca Narvaja.
La lista del acuerdo entre Kirchner y De la Sota fue la más votada en Córdoba, aventajando al ascendente Frente Cívico liderado por Luis Juez (los principales candidatos fueron Daniel Giacomino y Norma Morandini), que por primera vez en Córdoba dejó en tercer lugar al radicalismo, representado con la boleta que encabezó Oscar Aguad.
Schiaretti tiene experiencia para esquivar una candidatura que considera que no le suma, pero ahora el contexto es distinto. El exgobernador se retiró del poder provincial luego de tres mandatos no consecutivos, con una alta imagen entre los cordobeses.
Para iniciar el operativo seducción sobre Schiaretti, los llaryoristas buscan instalar una pregunta: ¿para qué sirve tener un alto predicamento en Córdoba si no competís en las urnas?
En el Centro Cívico tienen encuestas que indican que el exgobernador sumaría a la lista del cordobesismo 10 puntos más que cualquier otro candidato peronista.
Mal que le pese a Schiaretti, su eventual candidatura será tema de especulación. Si se suspenden las Paso, las definiciones de las listas serán recién a fines de julio.
Decisión tomada
Como está dicho, Schiaretti tiene la decisión de seguir al frente de la conformación del nuevo espacio nacional Hacemos, sin participar de estos comicios legislativos. Si las Paso nacionales se realizaran el domingo 3 de agosto, como están previstas en la ley electoral, Llaryora ya estaría buscando candidato para encabezar su lista. Como todo indica que las Primarias serán suspendidas, el gobernador aguardará hasta último momento la definición que adopte su antecesor.
Hay una única cuestión que podría hacer cambiar de opinión a Schiaretti: que la gestión de Milei pierda apoyo popular en los próximos meses. Hoy ese escenario es el menos probable, admiten en el oficialismo provincial. Pero en política, y menos en el convulsionado escenario nacional, nada está dicho hasta que venza el plazo para presentar las listas.
En el schiarettismo tampoco pasó inadvertida una amenaza de Luis Juez. “Sólo sería candidato a diputado nacional si Schiaretti encabeza la lista de Llaryora”, lanzó hace tiempo el senador nacional.
Cerca de Schiaretti creen que se trató de una de las “habituales bravuconadas” de Juez. Pero la foto de esta semana del senador con Milei siembra dudas en el cordobesismo.
El miércoles por la noche, Milei esperó a Juez con milanesas, en la cena que ambos compartieron en la quinta presidencial de Olivos. “Son las que te sobraron de la cena con Macri”, dicen los juecistas que fue la broma inicial del exintendente de Córdoba y que le arrancó la primera carcajada al jefe del Estado.
La relación entre el Presidente y el senador parece hoy más un vínculo personal que un probable acuerdo electoral. Aunque en el PJ cordobés genera intriga.
Llaryora no admitirá en público que no descarta una candidatura de Schiaretti. El exgobernador, fiel a su estilo de manejar los tiempos, no se pronunciará al respecto.
De todos modos, en sus recorridas por las distintas provincias para armar el partido Hacemos, sus aliados seguramente le preguntarán a Schiaretti por su futuro inmediato. Un dirigente tiene un horizonte político más acotado si no compite en las urnas.
Es la última carta en la que confía Llaryora para que Schiaretti salte la encrucijada y decida ser candidato para enfrentar a los libertarios en Córdoba.