La decisión del Gobierno provincial de fusionar las áreas de industria y de agro está bajo observación a nivel del empresariado de ambos sectores.
La medida confirmada desde el Panal, implica que Sergio Busso, actual ministro de Bioagroindustria, quedará a cargo de las dos áreas. Pedro Dellarossa, hasta ahora ministro de Producción, pasará a ocupar la vicepresidencia del Banco de Córdoba.
¿Cómo impactará la fusión?, es una pregunta que transita a lo largo y ancho de la provincias las huestes de estos dos sectores claves para la economía, uno por su alto impacto laboral y el otro también por la generación de recursos.
Luis Macario, presidente de la Unión Industrial de Córdoba, definió la medida como un reacomodamiento de la estructura estatal. Busso había sugerido algo de este cambio durante la denominada Noche de los Quesos, la semana pasada.
El dirigente industrial resumió su posición al señalar que se trata de una “integración que sigue una tendencia nacional”. Afirmó que son dos ministerios que se transforman en uno.
En medios empresarios circula la interpretación de que la medida puede estar vinculada con la derrota electoral del 26 de octubre. “Hay una necesidad de que el Estado eficientice sus costos”, dicen.
En el mundo industrial, Busso tiene buena consideración. Macario recordó el vínculo en su etapa como presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba, como productor agroindustrial de General Cabrera. Describió a Busso como “un dirigente con experiencia y trayectoria política”.
Al ser consultado sobre si la fusión supone el fin de la dicotomía histórica entre campo e industria, Macario indicó que esas diferencias responden a una concepción antigua y que ambas actividades son parte de la producción provincial.
Señaló, sin embargo, que la industria mantiene problemáticas específicas que requieren atención particular.
En relación con la gestión de Dellarossa, Macario consideró que su paso por Producción fue positivo.
El exintendente de Marcos Juárez “debió afrontar la curva de aprendizaje propia de un área con múltiples sectores y dinámicas internas diversas”. Recordó entonces su propia experiencia en la UIC que agrupa actividades con intereses incluso contrapuestos.
La agenda fabril
La agenda industrial presenta varios puntos pendientes. Las autopartistas atraviesan un año especialmente difícil, como se expuso en una reciente declaración de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba, y ya iniciaron contactos con el ministro Guillermo Acosta para hablar de los problemas. Se supone que cuando asuma Busso, el 10 de diciembre, esa línea de conversación se ahondará.

La UIC prioriza el acceso a la promoción industrial como mecanismo para reducir costos operativos en un contexto donde siguen en debate las reformas laboral y tributaria a nivel nacional.
También figura la litigiosidad laboral, que según la entidad avanza en sentido contrario a la caída de la actividad. Otro tema es el impacto del impuesto a los Igresos Brutos para las empresas que no cuentan con beneficios promocionales.
Macario señaló que la agenda industrial requiere un esfuerzo sostenido para continuar avanzando en distintas líneas de trabajo. En la entidad consideran que siempre existe una nómina de temas abiertos debido a la diversidad productiva del sector.
Cómo cayó en el sector rural
En el agro la atención está puesta en la publicación del decreto que formalizará la reestructuración. Las entidades del sector, y varios dirigentes colaterales, sostienen que las actividades de agricultura y ganadería no debe perder el rango ministerial.
Un dirigente que pidió reserva dijo que “no puede ser que agricultura y ganadería corra el riesgo de quedar como una secretaría cuando el área de cooperativas se mantendrá como ministerio”.
Productores recuerdan que ya existió una experiencia previa de fusión durante la gestión de Adriana Nazario junto a Miguel Sobrero.
Mencionan que tuvo resultados favorables y que su funcionamiento dependió de quién ocupó la Secretaría de Agricultura. En las entidades remarcan, entonces, que Busso proviene del sector y consideran que este antecedente resulta relevante para el funcionamiento del nuevo esquema.
Los dirigentes destacan que Busso, “un viejo conocido”, dicen, acumula experiencia política y operativa dentro del área productiva.
Desde Río Cuarto, Heraldo Moyetta, presidente de la Sociedad Rural local, indicó que la entidad observa con buenos ojos la unificación porque coincide con el objetivo nacional de reducción del gasto público.

Agregó que la estructura mantiene relevancia para agricultura y ganadería dentro del nuevo ministerio y mencionó que la denominación de Ministerio de Bioagroindustria podría continuar sin cambios. La Sociedad Rural de Jesús María, quizás la más referencial de la provincia en términos de postura política sectorial, prefirió no emitir opinión por ahora.
En el Gobierno provincial existe un análisis sobre un posible cambio de nombre, aunque sin decisiones tomadas.
Modificar la denominación implicaría iniciar gestiones administrativas como la obtención de un nuevo Código Único de Identificación Tributaria (Cuit), por lo que la idea cambiar todo estaba, al cierre de este informe, bajo evaluación.
Para el sector agropecuario la agenda principal continúa enfocada en las retenciones. Los dirigentes rurales plantean que esperan mantener el acompañamiento por parte de la Provincia en el pedido de eliminación de este esquema tributario, pese a los buenos términos de la relación con el gobierno de Javier Milei.
Sostienen que la carga impositiva sigue siendo uno de los factores que más condiciona la competitividad del sector y esperan precisiones sobre el rol que tendrá Busso en las gestiones futuras con la Nación.



























