La inflación de octubre, difundida este miércoles por el Indec, fue del 2,3 %. El dato representa un nuevo repunte respecto de los mínimos de mayo y junio, cuando el índice había marcado 1,5% y 1,6%, respectivamente. Se trata, además, del tercer registro más alto del año, detrás de marzo (3,7%) y abril (2,8%).
El rebote de octubre (y de septiembre), según Federico Furiase, director del Banco Central, se debió a “causas políticas” y no económicas, producto de la inestabilidad previa a las elecciones del mes pasado.
Más allá de que no se pudo sostener por debajo del 2%, el Gobierno nacional todo sigue viendo al comportamiento de los precios una señal económica de fuerte respaldo. ¿Sobre qué se apoya? Simple: en datos. Si en noviembre y diciembre la inflación se mantiene en torno al 2% mensual, el año cerraría con una suba acumulada del 29,8% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a nivel nacional. Para encontrar una cifra anual más baja hay que retroceder hasta 2017, cuando la inflación fue del 24,8%, justo antes de la crisis que comenzó en la segunda mitad del gobierno de Mauricio Macri.
Ese porcentaje proyectado es apenas una cuarta parte del 117,8% que se registró en 2024, y queda muy por debajo del 211,4% de 2023 y del 98,8% de 2022. No es un dato menor. Nadie niega que el frente de precios fue determinante para explicar el resultado electoral favorable a La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de octubre.
“Pasamos de una inflación del 1,5% diario a un rango entre el 1,5 y el 2,5% mensual; falta mucho, y bajar de estos niveles va a ser un desafío, pero nosotros estamos confiados, muy cómodos en que haciendo los deberes vamos a converger a lo que es una inflación internacional el año próximo”, dijo ayer el ministro de Economía, Luis Caputo, durante la conferencia anual de Fiel (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas).
Con octubre, la inflación en lo que va del año acumula un 24,8% y la interanual está en 31,3%, la más baja desde julio de 2018.
Noviembre
Las proyecciones para noviembre anticipan una continuidad en la presión sobre los precios, con incrementos en rubros clave como alimentos, energía y transporte.
De acuerdo con un relevamiento de la consultora EcoGo, dirigida por Marina Dal Poggetto, en la primera semana de noviembre los alimentos consumidos dentro del hogar registraron una suba del 1,1%. Esta aceleración (de 0,9 puntos porcentuales respecto a la semana previa) lleva la proyección mensual para este segmento al 2,9%. Si se suman los aumentos en alimentos consumidos fuera del hogar, que se ubicaron en 1,7%, el índice general de alimentos alcanzaría el 2,7% en el mes.
En ese contexto, la estimación preliminar de inflación general para noviembre, según EcoGo, sería del 2,5%. “Tras un octubre marcado por la volatilidad electoral, noviembre se perfila como un mes de correcciones, ya con los resultados sobre la mesa”, advierte el informe. Entre los principales impulsores del índice se destacan aumentos en carnes, frutas, combustibles y tarifas de servicios como electricidad y gas.
En línea con ese diagnóstico, el Centro de Estudios de la Nueva Economía (Cene) de la Universidad de Belgrano también anticipa una aceleración inflacionaria vinculada al descongelamiento de precios públicos. “Transcurrido el acto electoral, el Gobierno se dispone a reanudar su política de recuperación de tarifas, suspendida durante la campaña”, señala el director del Cene, Víctor Beker, en su último boletín de coyuntura.
El economista advierte que a partir de este mes se esperan subas por encima del promedio en electricidad, combustibles, agua y transporte.
Si bien estas actualizaciones apuntan a reducir subsidios y mejorar el resultado fiscal, su impacto sobre la inflación podría sentirse en lo que resta del año. “Ello va a implicar algún efecto menor sobre el nivel de la inflación en los próximos meses”, completa Beker.
Impacto
Volviendo a los precios de octubre, entre los rubros que más aumentaron en el mes, Transporte lideró con una suba del 3,5%, seguido por Vivienda, agua, electricidad y gas, que marcó un 2,8%. Ambas divisiones estuvieron por encima del promedio general y reflejan, en parte, los ajustes de tarifas y el impacto de la suba de combustibles. Los alimentos y bebidas, en tanto, subieron 2,3%, en línea con el promedio.
En el extremo opuesto, las divisiones que menos aumentaron fueron Equipamiento y mantenimiento del hogar y Recreación y cultura, ambas con una suba de 1,6 %, muy por debajo del índice general.























