En el PJ provincial ya se habla del “problema Capital” para el oficialismo. La referencia tiene que ver con la candidatura a intendente de Córdoba para 2023, descontando que Martín Llaryora será el postulante a la sucesión del gobernador Juan Schiaretti.
La preocupación de los peronistas por la candidatura para la ciudad de Córdoba se desprende de dos cuestiones que no están confirmadas, pero que descuentan tanto funcionarios schiarettistas como llaryoristas: habrá elecciones unificadas de la Provincia y la Capital y que la principal fuerza opositora, Juntos por el Cambio, irá unida.
Todo sobre las elecciones de 2023
El PJ tiene la potestad de imponer la fecha de la Provincia y la Capital. Despegarlos, sería una señal de debilidad.
Además, en distintas fechas, descontando que la elección para gobernador sería antes, le daría a Juntos por el Cambio la chance presentar su fórmula más potente, según todas las encuestas: Luis Juez - Rodrigo de Loredo.
Los peronistas ya manejan el dato de que el diputado nacional Mario Negri se habría sumado al acuerdo entre Juez y De Loredo, lo cual deja pocas posibilidades para que el radicalismo presente un candidato para la Gobernación.
También ven pocas probabilidades de que el PRO pueda impulsar una candidatura por fuera de la alianza, como se especuló.
En todo caso, los macristas Gustavo Santos y Soher El Sukaria, por la provincia y la ciudad, respectivamente, deberían competir contra Juez y De Loredo, en una posible interna de la alianza opositora.
Ni los peronistas creen que habrá una “gran interna” en Juntos por el Cambio, como piden algunos intendentes radicales del interior o dirigentes del PRO.
Sondeos
En este escenario, tanto en el Centro Cívico como en el Palacio 6 de julio manejan varias encuestas. Todas brindan optimismo por la candidatura a gobernador de Llaryora, pero por el momento, no hay ningún peronista que alcance los dos dígitos en la Capital, en mediciones individuales.
Hay tres funcionarios que están en carrera: el viceintendente Daniel Passerini; el secretario de Gobierno, Miguel Siciliano, y el secretario de Transporte, Marcelo Rodio, el único oficialista que ha dicho de manera pública que aspira a competir por la sucesión de Llaryora.
En el oficialismo también midieron a otros dirigentes, como el titular de la Agencia Córdoba Deportes, Héctor “Pichi” Campana, la senadora Alejandra Vigo y la diputada nacional Natalia de la Sota.
Por distintos motivos, el trío tienen reparos. Campana es el más conocido, pero ya compitió y perdió en la Capital. Vigo está concentrada en el Congreso nacional y Natalia de la Sota apunta a su “proyección provincial”, dicen desde su entorno.
Aunque no lo dicen con todas las letras, la hija del exgobernador preferiría acompañar a Llaryora en una eventual fórmula provincial.
Llaryora tiene una estrategia electoral clara: concentrarse en el municipio, para que la imagen de su gestión supere el 60%, antes de lanzar su candidatura a gobernador.
Con ese objetivo, el intendente casi no deja espacio para que puedan mostrarse sus funcionarios que aspiran a sucederlo.
Un funcionario que pasa gran parte del día con el intendente, en privado, dio una respuesta a este planteo. “Si la imagen de la gestión municipal es superior al 60% todos nos beneficiamos: Martín (Llaryora) y el o la candidata que impulse el PJ. Hay que controlar la ansiedad y trabajar para transformar la Ciudad. Lo otro viene solo”, dijo le llaryorista puro.
Salvo Rodio, Passerini y Siciliano cumplen a pie de la letra la bajada de línea del intendente.
No obstante, por lo bajo, en la militancia de la Capital reconocen que si la oposición saca a la cancha a un candidato a intendente a mediados de año, obligará a modificar el plan de hablar sólo de gestión.
Por ahora, se cumple lo que marca el intendente, mientras el gobernador amaga con su proyección nacional, cuando su prioridad es que el PJ mantenga el poder en Córdoba.
