La Municipalidad de Córdoba cerró el tercer trimestre del año con equilibrio fiscal, con ingresos totales por $ 1,079 billón y gastos por $ 1,074 billón, tomando como referencia el devengado. Si bien los números muestran estabilidad aparente, el detalle revela tensiones en las cuentas públicas.
En la comparación interanual, los ingresos de la administración de Daniel Passerini aumentaron un 67,2%, pero los gastos lo hicieron en un 72,1%, lo que indica que el ritmo de erogaciones supera al de la recaudación, una tendencia que también se observa en el ámbito provincial.
Un dato importante para sostener el resultado fue la asistencia de la Provincia a través de Aportes del Tesoro Provincial (ATP), que sumaron $ 6.450 millones. Este respaldo fue determinante para mantener el leve superávit fiscal.
Salarios
La partida salarial creció un 73% interanual, por encima de la inflación del período. A su vez, los servicios no personales, como el pago de la higiene urbana, aumentaron 108,7%. En contraste, las transferencias corrientes (como los subsidios al transporte) tuvieron apenas un ajuste nominal, muy por debajo del alza de precios.
En materia de obra pública, se destinaron $ 85 mil millones, lo que implica un incremento del 102% respecto del año anterior. La gestión de Passerini buscó priorizar este rubro, a pesar de las dificultades para acceder al financiamiento en un mercado de capitales prácticamente cerrado. ¿Saldrá a buscar deuda ahora que todo indica que se puede abrir una ventana? Es probable.
En cuanto a la deuda, la Municipalidad amortizó pagos por $ 89.185 millones hasta septiembre, frente a 57 mil millones en igual período de 2023. Por su parte, el uso del crédito aportó $ 81.900 millones este año, frente a $ 69.400 millones del año pasado.
























