La posibilidad de que la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea) pase a manos de la Provincia de Córdoba es observada con cautela por la oposición local. Desde los sectores de mayor representación se resalta la inexistencia de información oficial y se pone como prioridad el análisis de un plan de negocios sustentable para la firma, pero no se cierra la puerta de antemano a esa idea que el Gobierno de Martín Llaryora está analizando con el equipo del presidente Javier Milei.
El martes, el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, hizo público que existe una conversación al respecto con el Gobierno de Córdoba y después trascendieron algunos detalles de esa gestión, de la que participan el propio Llaryora, Francos y el presidente de Fadea, Fernando Sibilla, entre otros.
Lo que trascendió es que se analiza el traspaso del 100% de las acciones a la Provincia, que se comprometería a que la empresa sea gerenciada por el sector privado. Hay conversaciones con sectores productivos de Córdoba –entre otros, la Unión Industrial– para establecer ese esquema público-privado y en los principales despachos del Centro Cívico hay entusiamo porque consideran que se trata de una industria estratégica, que bien gerenciada puede ser rentable.
Dado que la Nación hasta ahora analizaba la privatización, ya hay cambios operativos dentro de Fadea, que en lo que va del año reestructuró su plantel y pasó de 922 empleados a 757 puestos, de los cuales 537 son empleados bajo convenio colectivo de trabajo, mientras que 205 están fuera de convenio y hay 15 contratos. También se establecieron cuatro unidades de negocio: mantenimiento comercial, mantenimiento militar, ingeniería y fabricación.
La postura del juecismo
Luis Juez solicitó información operativa de Fadea. Consideró que es imposible fijar postura sobre un tema tan complicado y difícil sin contar con datos precisos sobre los contratos, perspectivas, déficit y personal de la empresa.
“Tenemos que aprender de los errores del pasado. Cuando el Estado nacional en los ‘90 se sacó de encima la salud y la educación, y las provincias las agarraron pensando que la coparticipación cubría los costos. Ahora vemos que no fue así y que es un fracaso”, indicó el senador y principal dirigente de la oposición, que consideró que aunque Fadea sea un símbolo de Córdoba “hay que ser muy cautos en la decisión”.
Walter Nostrala, titular del bloque del Frente Cívico en la Legislatura, también apuntó a la falta de información sobre el tema, pero además abrió el paraguas respecto de la deuda de la Nación con Córdoba: “Me preocupa que la Nación se saque un problema de encima traspasando Fadea y que no le pague la deuda a la Caja de Jubilaciones”, indicó.
“La Nación debe pagarle a Córdoba lo que le debe, porque es lo que corresponde. Después veamos Fadea, qué quiere hacer el gobernador con la fábrica de aviones y si le conviene o no a la Provincia”, indicó Nostrala.
Para el radicalismo, hay una chance
Desde Washington, el diputado Rodrigo de Loredo también señaló que hasta ahora se desconocen las condiciones del posible acuerdo. “En el supuesto que el traspaso sea en las mismas condiciones que está actualmente Fadea, es un mal negocio para Córdoba porque lo que vamos a estar adquiriendo es una empresa deficitaria y a su vez condonando deuda a la Nación”, indicó.
No obstante, también expresó que Fadea puede ser muy competitiva, aunque “para eso necesita un volumen de inversiones que difícilmente la provincia pueda gestionar, y la integración de capitales privados puede ser una alternativa”. Recalcó que bien admnistrada, la potencialidad de Fadea es grande, que el Pampa que fabrica es un avion muy competitivo en toda Latinoamérica y que, ademas, “Fadea puede ser un gran taller para la reparación de aviones comerciales de gran porte”.
También aportó sus dudas sobre la administración que el peronismo pueda hacer de la empresa. “En 25 años no ha demostrado precisamente ser eficiente en el manejo de empresas públicas”, indicó De Loredo.
Alejandra Ferrero, titular del interbloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura, celebró que la Nación inicie un diálogo político con las provincias por las deudas y reiteró que Córdoba tiene que salir beneficiada de esa negociación en la que sería incluido el traspaso de Fadea.
“Desconozco los números y la rentabilidad de Fadea, pero se trata de una industria que no es menor para Córdoba y de una unidad de negocios que hay que estudiar. Me parece importante analizarlo, y también que la clase política se haga cargo de resolver las diferencias y las deudas sin que tenga que salir a pedir que lo hagan los miembros de la Corte Suprema de Justicia”, indicó.
El libertario Agustín Spaccesi fue quien más respaldo brindó al posible traspaso de Fadea a la Provincia y consideró que sería importante que Nación y Provincia se pongan de acuerdo. “Puede ser una oportunidad para Córdoba de recuperar las acreencias con Nación y además el gerenciamiento sería de gestión privada, con lo que me gusta más la idea”, indicó.
Consideró que “sería una buena noticia para los trabajadores de Fadea, para la Provincia y para todos, si con una buena gestión la empresa deja de ser deficitaria”. También insistió en la necesidad de que se apruebe un proyecto de ley de su autoría para la desgrabación fiscal para la creación del hub Córdoba, que podría potenciar la actividad de Fadea mediante la prestación de servicios de mantenimiento a las empresas aerocomerciales que hagan sede en Córdoba.
Los que se oponen desde el vamos
La negativa más rotunda al posible traspaso de Fadea a la Provincia la exhibió la izquierda. “No creemos que vaya a ser una solución, porque Llaryora haría con Fadea lo mismo que hace con otras empresas estatales, que es transformarlas en sociedades para hacer negocios en el sector privado y que al mismo tiempo los funcionarios aprovechen las ventajas del Estado, como lo hace con Caminos de las Sierras. Además exige que primero echen trabajadores”, indicó Luciana Echevarría, legisladora por el MST en el FIT Unidad.
Echevarría también cuestionó a Llaryora por avalar el desguace del Estado que está haciendo el Gobierno de Javier Milei. “Lo que necesitaríamos es que no le dé los votos para que privatice todo, porque para Córdoba es perjudicial: la Provincia termina haciéndose cargo de obras y prestaciones de la Nación y los cordobeses cada vez pagamos más”, indicó.
Desde el otro extremo ideológico, Gregorio Hernández Maqueda –ex Coalición Cívica, ahora alineado a La Libertad Avanza– recalcó que su espacio comparte “el objetivo expresado de manera pública por el Gobierno Nacional de privatizar las empresas que hoy están en manos del Estado. Con prioridad en aquellas que son deficitarias y/o son administradas de manera ineficiente, como Aerolíneas Argentinas”.
En el caso de Fadea dijo que desconoce los detalles de un eventual acuerdo con la Provincia. “En nuestra concepción, no es conveniente que el Estado, en cualquiera de sus niveles, asuma un rol empresario”, indicó.
Similar es el planteo de Rodrigo Agrelo, de Encuentro Vecinal Córdoba. “La Provincia debe ser muy rigurosa al momento de decidir aceptar esta fábrica. Debe saber a ciencia cierta qué está recibiendo. Llámese deudas, juicios laborales o contratos por cumplir”, indicó. También brindó su postura personal: “Soy enemigo del Estado empresario, especialmente cuando se trata de actividades no esenciales: estas empresas públicas se prestan para negociados y desmanejos”, explicó.
