La sesión de la Cámara de Diputados terminó en un nuevo escándalo y el cordobesismo denunció un acuerdo tácito entre Unión por la Patria y La Libertad Avanza para no abrir el debate sobre la disminución de retenciones al agro. El debate se quedó sin cuórum en medio de gritos y empujones entre legisladores kirchneristas y libertarios, por lo que no pudo votarse una moción para discutir sobre los derechos de exportación, tras el vencimiento de la baja temporaria.


“Yo lo denuncié hoy mucho antes de que se ejecutaran las acciones tanto de Unión por la Patria como del oficialismo, tendientes a pudrir la sesión y evitar que se tratara el tema de retenciones como emplazamiento. Una vez más, el kirchnerismo y el Gobierno son funcionales el uno al otro, en este caso para perjudicar el interés federal”, alertó a La Voz el cordobés Carlos Gutiérrez (Encuentro Federal).
Antes del final abrupto, la oposición había logrado aprobar emplazamientos por otros dos temas: el presupuesto universitario (161 votos a favor y 68 en contra) y la emergencia pediátrica en el hospital Garrahan (164 votos afirmativos y 66 negativos). Los proyectos deberán recibir dictamen el próximo martes en dos plenarios de comisiones, lo que obliga al libertario José Luis Espert a sacarle el cerrojo a la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
La sesión debía continuar con la votación de otras mociones, entre las que se encontraba la de retenciones, incluida en el temario a pedido de Córdoba. Pero el clima comenzó a recalentarse luego de que Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) pidió considerar otra moción para destrabar la comisión investigadora del caso $Libra, un tema que el oficialismo intenta frenar por todos los medios cada vez que surge.
El debate comenzó a desordenarse con gritos entre los dos polos del recinto: de un lado, Unión por la Patria, y, del otro, La Libertad Avanza. Las broncas se habían acumulado a lo largo de la tarde, con insultos entre las kirchneristas Florencia Carignano y Lorena Pokoik y las libertarias Lilia Lemoine y Juliana Santillán, entre otras. Para los bloques que observaban los cruces desde afuera, comenzaba a verse un intento del bloque de Germán Martínez de hacer caer la sesión.
La discusión detonó con el discurso de la massista Cecilia Moreau, que acusó a los libertarios de “meterse la Constitución en el culo”. Momentos después, Carignano cruzó todo el recinto para increpar a Espert y se desató una riña entre gritos y empujones. “¡Vos sos un cagón!”, lo abordó. “¡Defensora de la chorra!”, le gritó Santillán a la camporista Paula Penacca. Fueron sólo algunos de los agravios escuchados.
Mientras algunos diputados intentaban separar, Martín Menem no hacía nada para frenar la escalada de violencia, hasta que finalmente dio por caída la sesión. Para los cordobeses del gobernador Martín Llaryora, las escenas fueron claras: el kirchnerismo, que ya había conseguido el objetivo con las universidades y con el Garrahan, buscó excusas para montar un “show” y así anular el tema retenciones.
Gutiérrez aprovechó el desenlace para tirarle un dardo a Rodrigo de Loredo, jefe del bloque UCR, que no había aportado al cuórum. “Parece mentira que haya diputados como De Loredo, que no dio cuórum en esta sesión y es beneficiario indirecto de esta pelea que plasmó la caída de la sesión”, denunció.
El legislador, del ala del exgobernador Juan Schiaretti, reclamó: “Que se saquen la careta todos aquellos que hablan cuando van al interior y enfrentan a los productores respecto de las retenciones, y después vienen acá y son absolutamente funcionales, directamente responsables, de que no se haya logrado el emplazamiento”.
Por fuera de las denuncias de un pacto, hubo otros elementos que desencadenaron el desenlace violento. El kirchnerismo está enfurecido por la detención “arbitraria” de cinco personas (entre ellas Alexia Abaigar, funcionaria bonaerense, y Eva Mieri, concejala de Quilmes) por el ataque al domicilio de Espert con excremento animal.
Por otra parte, había enojo en Unión por la Patria porque el bloque Democracia para Siempre, que fue el que pidió la sesión, se negó a incluir otros ítems de la agenda kirchnerista, como la derogación de decretos polémicos de Milei que reestructuraron organismos culturales y el Banco de Datos Genéticos. El bloque había pedido una segunda sesión con esos DNU, pero quedó anulada por la de los radicales disidentes.
Lo cierto es que, antes del escándalo, la oposición logró el objetivo respecto de las universidades y del Garrahan. Las mociones fueron aprobadas con votos de Unión por la Patria, de Encuentro Federal, de la Coalición Cívica, del Frente de Izquierda, de Democracia para Siempre y de la libertaria Marcela Pagano, que no sólo votó a favor sino que también dio cuórum y, de esa manera, reavivó la interna. También colaboró en las votaciones el cordobés Héctor Baldassi, del PRO.
La UCR, en su gran mayoría, no ayudó a habilitar la sesión, aunque luego votó a favor de abrir los debates. De Loredo se mantuvo en silencio durante toda la sesión. La Libertad Avanza, el PRO (con dos o tres excepciones) y la cordobesa del MID Cecilia Ibáñez se opusieron a todo.
Los cordobeses de Llaryora, integrantes de Encuentro Federal, ayudaron esta vez a iniciar la sesión y acompañaron las dos votaciones. Así lo hicieron Carlos Gutiérrez, Ignacio García Aresca, Alejandra Torres y Juan Brügge, como también Natalia de la Sota. “Nos seguirán encontrando siempre en la defensa del trabajo, de la producción y del federalismo”, expresó la bancada.
Además de Llaryora, gobernadores aliados a Milei también colaboraron con presencias de sus diputados y le generaron al Presidente un dolor de cabeza, que puede enmarcarse en los reclamos no resueltos por fondos para las provincias. El entrerriano Rogelio Frigerio, del PRO, y los peronistas Raúl Jalil (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero) fueron de los que, esta vez, se despegaron del Gobierno nacional.