Las escenas violentas de la última sesión en la Cámara de Diputados revivieron la interna en La Libertad Avanza y dejaron al desnudo las fallas de conducción. Martín Menem acumula cuestionamientos opositores en público y en privado por el manejo de los debates, la incapacidad para prevenir incendios y la ruptura de reglas de convivencia interna. Los señalamientos también apuntan al deslucido desempeño del cordobés Gabriel Bornoroni a la hora de ordenar a su tropa y encauzar las discusiones.
La crisis libertaria llega en momentos donde la Casa Rosada no logra retener el control total de la agenda. Por un lado, no consigue salir del escándalo del “criptogate”, que seguirá sobre la mesa porque el próximo miércoles la oposición se encamina a dictaminar los proyectos para investigar la supuesta estafa que involucra a Milei y su hermana Karina. Por otra parte, el Gobierno está en alerta por la posibilidad de que el Senado voltee los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.
Las piñas y los desmanes en el recinto fueron el corolario de una jornada que dejó en evidencia la dificultad de Menem y Bornoroni para ordenar la sesión, la demora en resolver una discusión que data de hace un año (la presidencia de la Comisión de Juicio Político), y la incapacidad para contener a aliados como Oscar Zago (MID), el diputado que golpeó al oficialista Lisandro Almirón porque lo forzaba a quitar el quórum. Zago se mantiene fiel a Milei pero apunta contra Menem y Karina.

La indignación por lo sucedido el miércoles llegó a revivir el deseo de algunos opositores de desbancar a Menem y elegir a un nuevo presidente a fin de año. En conversaciones informales en los pasillos incluso circularon algunos nombres. En diciembre pasado, Menem fue reelecto con el voto de los dialoguistas por respeto a la institucionalidad, pero le endilgaron distintas cuestiones, como el cierre de las negociaciones por el Presupuesto.
Los reproches de propios y ajenos también recaen en Bornoroni, que tuvo una participación muy acotada en la última sesión y tampoco intervino para frenar la pelea que se producía en el rincón derecho del recinto. El diputado busca mostrarse como el referente libertario en Córdoba con el aval de Karina, pero en Diputados le hacen sentir su falta de trayectoria política, algo que se extiende a casi todo el resto del bloque oficialista.
Repercusiones del escándalo
Tras la sesión, el bloque libertario se reunió en las oficinas de Menem y hubo coincidencias en la necesidad de “cuidar” la figura de Milei pero, según supo La Voz, faltó autocrítica por las agresiones físicas. “No podemos cometer más errores, porque le pega directamente a la imagen del presidente. No puede ser que cada uno haga lo que quiera y que no haya ninguna reprimenda”, lamentó una fuente del espacio. “Falta rosca”, aportó otra.
Por el momento, cerca de Menem niegan que vayan a expulsar del bloque a Marcela Pagano y Rocío Bonacci por negarse a salir del recinto cuando se estaba por votar una moción de Unión por la Patria para ratificar a la periodista como presidenta de la Comisión de Juicio Político. En ese momento, las oficialistas fueron increpadas por Lilia Lemoine y Celeste Ponce. Bonacci les respondió arrojando agua, y Pagano, con insultos gestuales.

Pagano está envuelta en una situación extraña que muestra a las claras la interna. Por un lado, Milei le mostró su simpatía en la Asamblea Legislativa, a la que ella asistió con su bebé en brazos. Pero en simultáneo, la periodista no pasa el filtro de Karina Milei. Menem, que responde a “El Jefe”, desconoce la designación de Pagano en Juicio Político, pero lleva un año sin resolver el tema, que estalló de la peor manera.
En Unión por la Patria no le perdonan a Menem que haya levantado la sesión en un instante en que se quedó sin quórum, cuando Almirón hizo levantar a Zago a la fuerza. “Decimos basta al autoritarismo de Menem y La Libertad Avanza en Diputados”, sentenció en un comunicado la bancada que conduce Germán Martínez, que acumula broncas de sesiones anteriores.
Los llamados de atención no vienen solo del kirchnerismo. Desde la Coalición Cívica, el diputado Maximiliano Ferraro le exigió al titular de la Cámara que aplique sanciones disciplinarias por la “coacción” ejercida por Almirón y las libertarias que insistían con sacar del recinto a Pagano y Bonacci.
En Encuentro Federal, el bloque de Miguel Pichetto, también hay malestar. “Se habla de los violentos, pero algunos fingen demencia cuando lo hace el propio oficialismo”, advirtió el cordobés Oscar Agost Carreño, encargado de ordenar la sesión en el inicio, luego de que no hubiera acuerdo en la reunión de Labor Parlamentaria.
Antes del desenlace final, hubo otra maniobra del oficialismo y el PRO que, según la oposición, rompió todos los códigos: no habilitaron el tratamiento de un proyecto del Frente de Izquierda para declarar la emergencia por el desastre en Bahía Blanca, cuando justo antes todos habían acompañado la incorporación de otro proyecto del libertario José Luis Espert sobre el mismo tema. Algunos lo calificaron como “carancheo político”.
En esta atmósfera de nerviosismo, el próximo martes se realizarán dos plenarios de comisiones sobre el caso $LIBRA, que incomoda al Gobierno. Por un lado, se discutirá la creación de una comisión investigadora, y por otro, pedidos de informes escritos e interpelaciones a funcionarios. El miércoles deberá firmarse dictamen, por lo que la semana siguiente podrá llevarse al recinto. Por lo tanto, el tema seguirá en el candelero, como mínimo, por dos semanas más.