Varios gobernadores, entre ellos Martín Llaryora, están convencidos de que el presidente Javier Milei no quiere negociar el Presupuesto 2025, para de este modo tener las manos libres para reconducir el del año 2023, como lo hizo durante el este primer año de su gestión.
Sin embargo, en las últimas horas, surgió una posibilidad que es una señal muy débil para torcer lo que parece una decisión tomada en la Casa Rosada: el Fondo Monetario Internacional (FMI) presiona para que el Gobierno tenga un Presupuesto aprobado, lo que también sería un guiño positivo para los mercados financieros.
El jueves pasado, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, le habría transmitido a algunos presidentes de bloques “dialoguistas” que el Gobierno estaría dispuesto a realizar algunos cambios, aunque lejos de las exigencias que ya plantearon la mayoría de los gobernadores.
El posible cambio de postura del oficialismo tendría que ver directamente con la presión del FMI, más que con el reclamo de los gobernadores “dialoguistas”.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recibirá entre martes y miércoles a los gobernadores Rogelio Frigerio (PRO-Entre Ríos) y el mendocino radical Alfredo Cornejo. Los mandatarios le solicitarán al Gobierno que incluya el debate por el Presupuesto 2025 en las sesiones extraordinarias.
Uno de los diputados peronistas que responde al gobernador Llaryora admitió que hay una “tenue posibilidad” para que el oficialismo acepte discutir “la ley de leyes” en extraordinarias.
Si esto es así, será por presión del FMI, no por el pedido de los mandatarios provinciales.
No obstante, fuentes oficiales del Centro Cívico aseguran que Llaryora está convencido que no habrá Presupuesto para el año que viene.
De allí, la decisión y la planificación del gobernador, que incluye al intendente Daniel Passerini, de prepararse para “vivir con lo propio” el año próximo, sin esperar recursos que vengan del poder central.
Los gobernadores de lo que fue la alianza Juntos por el Cambio, más otros peronistas alejados del kirchnerismo, como el propio Llaryora, habían acordado cinco puntos para exigirle al Gobierno que figuren en el Presupuesto 2025.
Estas cinco claves, son: un plan de pago de las deudas con las 13 cajas previsionales no transferidas a la Nación (entre ellas, la de Córdoba); la restitución del 1,9% de los impuestos coparticipables que antes financiaban la ahora extinta Afip; la distribución del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que el Ejecutivo no utiliza; el financiamiento de la compensación establecida en el Pacto Fiscal de 2017; y la coparticipación del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL).
Los gobernadores ya han renunciado a reclamar otros fondos, como el Incentivo Docente (Fonid) y los subsidios para el transporte, aportes de la Nación que ya dan por perdidos, como ocurrió durante este año.
Rechazo
Para el Gobierno, estas exigencias de las provincias “son incumplibles” para sostener el déficit cero, la columna vertebral del plan del ministro de Economía, Luis Caputo.
El martes pasado, el presidente de la Comisión de Presupuesto, el oficialista José Luis Espert, levantó la sesión al no conseguir los votos para sacar el dictamen del Presupuesto.
Ahora será un trabajo contrarreloj para que los opositores, sobre todo los gobernadores, logren convencer al presidente Milei de que incluya el debate por el Presupuesto en sesiones extraordinarias. El plazo vence el próximo 30 de noviembre.
Según los números del ministro Caputo, las cinco exigencias de los gobernadores representan 3.700 millones de dólares, que podrían amenazar el mantra de la gestión libertaria: el equilibrio fiscal.
Los gobernadores tienen otras cifras. Aseguran que cumplir sus exigencias no llegaría al 0,5% del Producto Bruto Interno (PBI).
Los mandatarios “dialoguistas” insisten que ellos proponen distintas alternativas para compensar ese gasto extra, para que el costo fiscal se mantenga en cero. Por ejemplo, recortando gastos tributarios.
Esta negociación entre el oficialismo y los bloques opositores más dialoguistas, con influencia de los gobernadores, se resolverá antes del sábado próximo.
Si finalmente el Gobierno decide atender a algunos de los pedidos de los gobernadores será solamente por presión del FMI, no por el reclamo de las provincias.
Los próximos días también será agitados en el Congreso. Sectores opositores como radicales y el PRO insistirán con darle media sanción a la ficha limpia, cuando los libertarios, y sobre todo, los peronistas no quieren saber nada con esa iniciativa.
Aseguran que la ley tiene nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner. Y el presidente Milei ya eligió a la expresidenta como rival.
Algunos bloques opositores insistirán con voltear el DNU 846 que le permite a Caputo negociar canje de deuda sin pasar por el Congreso. Por beneficio propio, la mayoría de los gobernadores quiere sostener ese decreto.
La embestida contra Villarruel
Por otro lado, la fuerte embestida del presidente Javier Milei contra la vicepresidenta Victoria Villarruel fue tema de comentarios en el Congreso, la caja de resonancia de la política.
Milei acusó a su vice de estar “cerca de la casta” y del “círculo rojo”. Fue confirmar lo que ya se sabía: el quiebre entre los dos dirigentes libertarios.
En uno de los mejores momentos del Gobierno, con un fuerte incremento en la imagen positiva el mes pasado, sorprendió que el Presidente alentara la interna con su vice.
“La lógica marcaba que el Presidente oficializar la interna en uno de los mejores momentos de su gestión, pero Milei no es un dirigente que aplique la lógica política”, argumento un diputado peronista cordobés, que está al tanto de lo que sucede en el escenario nacional.
La versión más aceptada es que en base a encuestas, Milei tomó la decisión junto a su asesor Santiago Caputo para fustigar a la vice.
Si bien la imagen del Presidente subió en el último mes, estaba por debajo de los números positivos de Villarruel, que según la mayoría de las encuestas es la dirigente nacional con mejores números, en la comparación de imagen positiva contra la negativa.
“Milei aprovechó su veranito para desligar a Villarruel de la gestión. Con la vice corrida del oficialismo, el Presidente no compartirá los éxitos de su gestión”, argumentó otro legislador nacional.
Aunque los consultores ya están midiendo el impacto de la embestida de Milei. “Al quiebre con Villarruel no lo conocían los políticos. Ahora lo saben todos los argentinos. Hay que medir esta decisión”, aseguró un prestigioso consultor nacional.