El lunes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que el país está creciendo, que el horizonte se está despejando luego de la pandemia y que se espera que siga en esa senda en los próximos meses.
A la hora de hablar de los problemas, el titular del Palacio de Hacienda apuntó casi con exclusividad a la inflación y a la necesidad de enfrentarla con herramientas económicas y políticas.
Respecto de estas últimas, dijo, con otras palabras, que el plan está siendo minado desde dentro de la alianza gobernante cada vez que otros funcionarios y referentes del Frente de Todos plantean estrategias distintas.
Sin decirlo, dejó entrever que la suba descontrolada de precios pone en peligro el crecimiento de la economía, pieza clave del proyecto del Gobierno.
La inflación entorpece el nivel de actividad
Los números demuestran lo que dice Guzmán. Un informe del Ieral explica que la inflación está licuando parte de los datos positivos con los que había terminado el 2021.
El instituto que depende de Fundación Mediterránea explica en el estudio que en el primer trimestre de 2022 se produjo una caída en términos reales del 0,7% en la recaudación de impuestos asociados al mercado interno respecto del trimestre anterior.
Puntualmente, dice que se perdió “una cuarta parte de la expansión registrada entre el tercer y cuarto trimestre del año pasado, que había sido del 2,4%”.
El dato proviene del índice desestacionalizado que elabora el Ieral que incluye tributos como el IVA; los aranceles a las importaciones, a los combustibles y a los créditos y débitos bancarios; y los aportes personales y contribuciones patronales. Todos vinculados estrechamente con el nivel de actividad de la Argentina.
El estudio, elaborado por el economista Mariano Devita, explica que las limitaciones de la economía argentina para superar el nivel de actividad previo al covid, pese a la fuerte mejora experimentada en los términos de intercambio, tiene que ver con “un ciclo cada vez más volátil”.
“En los últimos 15 meses, el índice que refleja la evolución en términos reales de la recaudación asociada al mercado interno no ha podido anotar tres periodos consecutivos de variación positiva, con un patrón de un mes de caída cada dos de recuperación”, explica.
Como explicación, Devita habla de “la falta de instrumentos genuinos de política económica”, lo que hace que “cada intento de expansión fiscal y monetaria contenga las semillas de su propio ajuste”. “Ya sea por la aceleración inflacionaria, que licúa la demanda agregada, o por la falta de capacidad de financiamiento de las importaciones necesarias para lubricar la oferta de bienes y servicios”, agrega.
Impuestos y actividad
Stop-and-go trimestral
A diferencia del clásico efecto “stop-and-go” cada dos años que acosa histñoricamente a la economía argentina y está vinculada a los años eleccionarios (impares, se crece) y “normales” (pares, se cae), el informe del Ieral advierte ahora sobre una dinámica mucho más inestable: crecer dos trimestres y retroceder al siguiente.
“La aceleración inflacionaria de los últimos cuatro meses apunta a replicar en el presente lo ocurrido en el primer semestre de 2021″, dice Devita.
El año pasado, la caída fue consecuencia de la fuerte emisión monetaria registrada en 2020, durante los meses más duros de la pandemia. Este año, sería producto de las transferencias del Banco Central al Tesoro, que según cálculos del Ieral alcanzaron los 1,16 billones de pesos.
“En términos del cuarto trimestre, aquella emisión fue equivalente a 10 puntos del PIB, un patrón semejante al verificado en 2020″, apunta el informe.
El único dato positivo que ve el Ieral es que la política fiscal y monetaria del comienzo de 2022 “ha dado un giro visible respecto de la última parte de 2021″. Aunque advierte que “es temprano para que ese cambio impacte sobre la inflación y las expectativas”.
En este sentido, y como parte de los condicionamientos del acuerdo con el FMI, en el primer trimestre de 2022 se advierte que las cuentas del Banco Central muestran contracción de origen fiscal a un ritmo de 87 mil millones de pesos por mes, según estima el Ieral.
Esto es un marcado contraste con la expansión de 390 mil millones por mes que se produjo en el cuarto trimestre de 2021, coincidente con el escenario electoral.
