La paz libertaria cordobesa duró poco. Las fotos que mostraban armonía entre las partes son parte del pasado. El regreso de Franco Mogetta a Córdoba, ahora como figura de La Libertad Avanza tras su paso por la Secretaría de Transporte de la Nación, empezó a generar inquinas en una tribu en la que todos se muestran empoderados luego del triunfo mileísta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Después de semanas de silencio y de aguantar que las luces enfoquen al nacido en Catamarca, pero afincado en Córdoba, el grupo que lidera el diputado Gabriel Bornoroni empezó a mostrar los dientes. En privado, desde ese sector, nadie se priva de minimizar el accionar de Mogetta, quien se presentó como un armador y organizador del partido con credenciales puestas desde Buenos Aires.
“En Córdoba, el que manda es Bornoroni. Es el que organizó el partido, el que logró el reconocimiento en la Justicia y es el que tiene vínculo directo con Karina, que es la que manda”, remarcan cerca del jefe del bloque libertario en la Cámara Baja.
En distintas notas que dio semanas atrás, Mogetta dijo que la tarea que le habían encomendado desde Buenos Aires era ampliar la base de dirigentes en La Libertad Avanza y contener a quienes no tenían lugar en el partido. La referencia, traducida, es retener a quienes Bornoroni no tiene en cuenta.
Hace unas semanas, cuando el ministro Luis Caputo disertó en la Bolsa de Comercio de Córdoba, Mogetta fue la atracción local, relegando a Bornoroni a un segundo plano. Eso no cayó bien en el diputado nacional, que parece dispuesto a defender su lugar de principal alfil de los hermanos Milei en Córdoba.
El armado de las listas promete tensión extrema entre los sectores. Serán dos meses intensos para la pata cordobesa del oficialismo nacional. La interna está a flor de piel.
Se viene una foto potente en La Agustina
Si todos los asistentes convocados dan el presente, el próximo miércoles Córdoba ofrecerá una foto poderosa en la que se mezclará la política con el fútbol.
Ese día, el club Instituto inaugurará en su predio de La Agustina una parte importante del mega proyecto de su nueva ciudad deportiva. Juan Manuel Cavagliatto, el presidente de la institución de Alta Córdoba, será el anfitrión.
Al corte de cintas están invitados el gobernador Martín Llaryora y el intendente de la Capital, Daniel Passerini. Desde Buenos Aires, en tanto, llegará el presidente de la AFA, Claudio Tapia. Como se sabe, Cavagliatto y “el Chiqui” tienen una relación personal que excede lo estrictamente institucional.
La postal, de concretarse, mostrará a las máximas autoridades políticas de la provincia con el mandamás del fútbol nacional. Será una nueva visita de Tapia a Córdoba, y en esta oportunidad llegará sin nubarrones en el horizonte. Luego de varios cruces, la relación entre Andrés Fassi, al frente de Talleres, y el 1 de la AFA mejoró.
Para el Panal, en tanto, será una oportunidad para tratar de sumar puntos en la idea de que la selección argentina de fútbol tenga un paso más por el Kempes antes de su participación, el año próximo, en el Mundial de EE.UU., México y Canadá.
Vigo, con fuerte respaldo a Passerini
En medio de la dura pulseada con el sindicato de los municipales (Suoem), la senadora nacional Alejandra Vigo envió un fuerte respaldo político al intendente capitalino Daniel Passerini.
La esposa del exgobernador Juan Schiaretti y referente del PJ Capital fue enfática al salir al cruce de las versiones –incluso difundidas por no pocos peronistas– en el sentido de que la gestión de Passerini tiene una imagen positiva muy por debajo de la que logra la administración provincial del gobernador Martín Llaryora.
“La gestión de Passerini es muy buena, y no tengo dudas de que terminará siendo excelente”, aseguró Vigo, con mucho optimismo. Luego, la senadora admitió que la gestión de la Capital “es muy importante” para la suerte electoral del cordobesismo.
“La ciudad de Córdoba volverá a ser la batalla Capital y la vamos a ganar”, expresó Vigo, quien –dicen– fue, junto a Schiaretti, una de las que más respaldó que el entonces viceintendente Passerini fuera el candidato del oficialismo en las elecciones de 2023.
Un histórico inmueble público, en la mira
Un relevamiento realizado días atrás en las sedes de los ministerios de Salud y Desarrollo Social reavivó los rumores respecto de la intención de la Provincia de desocupar el histórico edificio “Pizzurno”, entre la Ciudad Universitaria y la avenida Vélez Sársfield, en la zona sur de la ciudad de Córdoba.
Aunque “no está claro el motivo ni cuál es el proyecto”, los agentes serían trasladados a edificios que el Gobierno tiene en la primera cuadra de la avenida General Paz y en Juan B. Justo al 3600, donde funciona el área de Empleo del Gobierno.
En 2009, durante la primera gestión de Juan Schiaretti, la Provincia intentó desprenderse de este inmueble que tiene “alguna protección urbanística”. En aquella oportunidad hubo una fuerte polémica, y finalmente no se avanzó. Hace 15 años, Luis Juez denunciaba que se estaban “vendiendo las joyas de la abuela”. Hoy el clima de época es otro y el Estado nacional promueve la venta de tierras públicas.
En este caso, se trata de un predio enorme en una zona de desarrollo inmobiliario en ascenso. “Han empezado oficina por oficina a hacer una especie de relevamiento para ver cómo y dónde se reagrupa al personal de los ministerios, y aunque no hay nada oficial todavía, se cree que la mudanza se hará este año”, indicó un funcionario peronista.
El número de agentes municipales en la Capital vuelve al debate
El juecismo vuelve a la carga contra el intendente capitalino, Daniel Passerini, y tomará como una de las banderas la supuesta cantidad de empleados que hay en la Municipalidad de Córdoba.

Ahora, la concejala Graciela Villata difunde que la planta llegaría a 24.840 personas, un número que, de confirmarse, sería escandaloso y podría tapar la principal crítica que persigue a Luis Juez por su gestión como intendente: el pase a planta de 3.000 personas.
“A Luis todavía lo acusan de haber pasado a planta 3.000 contratados y el peronismo está llevando los niveles de empleo público a índices formoseños”, dicen en el Frente Cívico, dispuestos a instalar la cifra: 24.840 entre planta permanente, contratados, monotributistas y becarios.
Pero hay algo más: el juecismo repite que el número es “de adentro”, una forma de decir que empleados militantes del Frente Cívico “recuperaron” el control de áreas administrativas de las que habían sido expulsados con Martín Llaryora.