Con la desventaja de aún no saber cuándo se votará para gobernador y para intendente de Córdoba durante 2023 y con el marcapasos electoral corriendo al ritmo que regula el oficialismo, los dos postulantes más taquilleros de la opositora Juntos por el Cambio han iniciado un proceso que, por primera vez, amenaza con alterar aquella máxima de trabajo ”espalda con espalda” y en armonía política autoimpuesta desde la victoria legislativa de 2021.
Luis Juez y Rodrigo de Loredo han comenzado a tirar de la cuerda, pero esta vez -y esta es la novedad- cada uno desde un extremo y en sentido contrario. La tensión interna, todavía sin llegar a la alerta roja de ruptura, escalará en las próximas semanas. Eso se descuenta por las posiciones que se defienden desde ambos espacios. Las turbulencias están en las narices.
El conflicto no es nuevo: candidaturas, y una visión distinta (y neurálgica para la estrategia) sobre cómo articular protagonismos en una coalición donde la desconfianza y los factores exógenos siempre han tenido peso cuando llegan los momentos definitorios.
Juez está atornillado en una postura que irrita a De Loredo y a una parte del PRO local que se referencia en la figura del expresidente Mauricio Macri. Con argumentos que el radical de Evolución no comparte, el senador considera que una eventual interna abierta opositora se convertirá en un festín de discordia del que sólo sacaría provecho Hacemos por Córdoba.
Así lo dejó expresado en un escrito que envió al resto de los partidos de la coalición después de que la UCR, el PRO y la Coalición Cívica reclamaron la constitución formal inmediata de la alianza con el agregado clave de que ese contrato político incluya sí o sí la alternativa de internas para el caso que no se encuentre otro método para dirimir candidaturas.
De Loredo considera irracional que un partido que se pretende miembro reniegue de incluir la cláusula democrática para la selección de postulantes.
Posturas contrapuestas
“Luis ha jurado no caer en la trampa de la interna. Esa competencia le abre la puerta para que se meta el oficialismo. Una interna nos detona”. La expresión, lanzada por un dirigente aliado que en estos meses se acercó mucho a Juez, es la síntesis de lo que el líder del Frente Cívico planteó en otros términos, pero en igual sentido, en un acto reciente en Cruz del Eje y que fue leído por De Loredo como un desafío para sus aspiraciones.
“A nuestro entender, la fórmula (para gobernador y vice) debe ser producto de un acuerdo final, ya cubiertos todos los tramos, sin que ello implique rechazar otra forma de selección, siempre y cuando esta distinta manera no le abra el camino al adversario para incidir en las candidaturas de la alianza”, dice un fragmento del boceto de reglamento juecista que resalta sobre la “intromisión” peronista externa.
Allí se insiste también en aquello de que “primero el programa de gobierno, luego las candidaturas”.
En el juecismo y también en el larretismo, aliado clave nacional tras la victoria legislativa de 2021, creen que De Loredo pretende con el próximo turno electoral llevar adelante un juego a varias bandas que incluye convertirse en el único líder del radicalismo, postergando a dirigentes como Mario Negri y Ramón Mestre. “No hay que jubilar a nadie. Necesitamos de todos”, se escucha desde esas huestes afines a Juez.
Y se admite como válida la estrategia de De Loredo de sostener la candidatura provincial como una manera de contener a sectores del radicalismo que, sin rechazar a Juez, prefieren que el liderazgo del proceso lo conduzca un radical.
De Loredo dará en breve algunos pasos más en ese sentido. Desde sus redes sociales, el radical anuncia un “lanzamiento” que se hará efectivo el 14 de noviembre. “Volar más algo”, plantea la pieza de comunicación, que es una continuidad del discurso de lanzamiento provincial que dio el 1° de octubre en el Comedor Universitario.
Además, el radical les ha dicho a sus dirigentes más cercanos que buscará avanzar en el cortísimo plazo con la firma del reglamento -con la interna incorporada- y no descarta que en esa rúbrica no esté el Frente Cívico. “Se puede sumar después”, aseguran, sin dramatizar, pero ejerciendo presión, en su entorno.
Toda esta nueva realidad de creciente tensión entre los socios opositores se verá impactada por la avanzada peronista que tendrá el lanzamiento oficial de “Llaryora gobernador” como el punto de partida para 2023. Un clima nuevo se instala por estas horas entre los opositores: “Ellos cerraron filas y nosotros, que veníamos más ordenados, volvemos a correr de atrás”.