Abuelas de Plaza de Mayo, una de las organizaciones de derechos humanos más reconocidas de Argentina, comunicó este lunes la noticia del hallazgo del nieto número 140. Este anuncio, que representa la restitución de una identidad buscada, se convierte en el segundo nieto cuya identidad se restituye en lo que va del año 2025.
La verdadera historia de los padres del nieto 140
La presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, lideró el anuncio. Los padres del nieto 140 son Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz.
Graciela, nacida en 1952, estudió economía antes de dedicarse a la militancia tras casarse. Raúl, descrito como alguien con sentido del humor pero también “calentón”, trabajó en una pinturería y luego en el ferrocarril.
Graciela y Raúl fueron secuestrados el 16 de diciembre de 1977 por un grupo del Ejército y la policía de Neuquén irrumpió en su casa, donde estaba con Adriana, su otra hija. En el momento del secuestro Graciela estaba embarazada.
Adriana Metz, hermana del nieto 140, nunca dejó de buscarlo. En la conferencia agradeció a Abuelas “por enseñarnos que la búsqueda es colectiva y que tenemos que continuar por estos 300 nietos y nietas que nos faltan a todos”.
Contexto histórico de Argentina
Durante el régimen dictatorial, se implementó un plan sistemático de apropiación de bebés y niños, nacidos en maternidades clandestinas que funcionaban en centros de detención ilegal como la Esma, Campo de Mayo o el Pozo de Banfield. Se estima que cerca de 500 hijos de personas desaparecidas nacieron en cautiverio o fueron secuestrados junto a sus madres entre 1975 y 1980.
Estos niños eran entregados a familias vinculadas a las Fuerzas Armadas o de seguridad, o abandonados como NN en institutos, privándolos de su verdadera identidad, de sus familias y de conocer la verdad de su origen.
Previamente al hallazgo del nieto 140, la organización había celebrado el caso del nieto 139, una mujer nacida en 1978, hija de Noemí Macedo y Daniel Inama, ambos desaparecidos. A fines de 2024, se logró la restitución del nieto 138, hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, quienes fueron secuestrados el 10 de diciembre de 1976 y trasladados a la Esma, donde Marta dio a luz a los pocos días de su detención.
A pesar de haber logrado la restitución de 140 identidades, Abuelas de Plaza de Mayo estima que aún quedan cerca de 300 personas que desconocen su verdadero origen biológico. La lucha por encontrar a cada uno de ellos continúa, extendiéndose a individuos que hoy son adultos, muchos de ellos superando los 45 años de edad. Como expresaron tras el hallazgo del nieto 140, “Nuestros nietos y nietas están entre nosotros”.