Javier Milei disfruta de uno de los mejores momentos de su gestión en la política y en los mercados. Las bandas de flotación aseguran una inflación controlada, pero el despegue tardará en hacerse notar en los bolsillos.
El contundente triunfo del 26 de octubre le permite sumar apoyos en Diputados y en el Senado en función de las necesidades de los gobernadores y de las apetencias de quienes abandonan a los partidos que perdieron en los comicios.
Por contrapartida, el peronismo no tiene un discurso unificado. Por caso, basta ver las profundas diferencias que expresan Axel Kicillof y Martín Llaryora sobre la marcha del plan económico.
Estos datos de la política influyen en el clima financiero y cambiario.
Argentina es una tierra de oportunidades para obtener rendimientos que al menos duplican el del bono norteamericano a 10 años (4,05% anual), que es el principal instrumento financiero de referencia global.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) tomó días atrás deuda por U$S 600 millones a 7,8% y los bonos de YPF -la empresa número uno de la Argentina- rinden entre 7% y 9%. Córdoba y Entre Ríos esperan colocar deuda en los próximos meses.
Las bandas ayudan
Pese a las voces en contrario de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional (FMI), el mercado ya aceptó que el Gobierno mantendrá el esquema de bandas cambiarias para la cotización del dólar.
Luis Caputo no se cansa de repetirlo en sus conferencias públicas y en las conversaciones en privado con cámaras empresarias y dirigentes sectoriales.
El techo de la banda cerró el jueves a $ 1.505,98. El dólar mayorista, que sirve de referencia para ese esquema, terminó $ 100 por debajo.
Ante inversores en Nueva York, el ministro de Economía habría insinuado la posibilidad de llevar la devaluación mensual de 1% a 1,5%.
Aun así, el tipo de cambio se retrasaría frente a una inflación estimada en torno de 2% mensual para el período noviembre-febrero, uno de los de más gasto anual de las familias.
La suba de los precios es una constante en los últimos cinco meses, y es probable que un aumento promedio de 2% mensual se mantenga hasta marzo próximo.
Más lento
Un dólar controlado, entre bandas, le asegura al Gobierno más tranquilidad cambiaria, al tiempo que provoca un desajuste en los precios relativos.
Además, potenciales inversores ponen bajo análisis sus recursos, con un dólar que no refleja el valor real que estiman los agentes económicos.
En contra del esquema de dólar controlado y precios tranquilos, juega el hecho de que la carne en el mostrador aumentó 30% en los últimos tres meses.
“Hoy, el freezer rinde más que cualquier inversión financiera”, afirma ante La Voz, con ironía, un dirigente que representa a los frigoríficos.
Hay expectativas favorables para el consumo. El índice de confianza de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) creció 8,8% este mes en relación con octubre último. Este indicador está muy próximo al máximo logrado por Milei al inicio de su gestión.
La consultora Scentia –especializada en estas mediciones– registró un aumento del consumo de 2,2% en octubre en relación con igual mes de 2024, y de 3,2% sobre septiembre último.
Sin embargo, los canales mayoristas y supermercados registraron bajas, en beneficio de los locales de cercanía. El bolsillo ajusta y se gasta lo necesario en el lugar más cercano.
A favor del consumo juega el hecho de que se avecinan 30 días de mayor gasto de las familias, antes de las Fiestas de fin de año.
La industria nacional parece demoler la bondad de las bandas cambiarias ante el fuerte avance de los productos importados.
El ingreso de bienes de consumo importados rozó los U$S 2.000 millones en octubre, con una expansión interanual de casi 49%.
Las ventas de Shein y de Temu, las dos grandes aplicaciones chinas de mayor uso en Argentina, crecieron 237% en un año.
El turismo local registra pocas reservas para el verano 2025/2026, mientras que explotan las consultas por las playas de Brasil y del Caribe. Hasta Aerolíneas suma vuelos con promociones a Aruba desde Córdoba, Buenos Aires y Mendoza.
Argentina expone ineficiencias y altos costos impositivos, laborales y logísticos para tener una economía abierta al mundo, sin limitaciones.
Por ahora, la fiesta está limitada a un sector de la población.





















